Lo que México puede enseñarle a Brasil sobre la regulación de los cigarrillos electrónicos
La experiencia de América Latina y el resto del mundo indica que la regulación del vapeo –no su prohibición– es el mejor camino para enfrentar el tabaquismo.
En octubre pasado, la Corte Suprema de Justicia de México dictaminó que prohibir la venta de vaporizadores y cigarrillos electrónicos es inconstitucional. La decisión, que indica que esta práctica es un derecho mercantil, se tomó luego de que el tribunal vetara el artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco, que prohibía la venta de vaporizadores en el país.
El argumento central fue que la restricción dañaría el libre comercio y el libre desarrollo de la personalidad, que garantizan la libertad de los ciudadanos para tomar decisiones que involucran sus cuerpos y lo que quieren consumir.
El veredicto de la corte mexicana refuerza la idea de que la regulación y la apertura de un camino para legalizar el vapeo pueden ser alternativas más efectivas que una prohibición total. Esta visión la respaldan no solo representantes de esta industria en todo el mundo –incluso en Brasil, donde la prohibición de venta sigue vigente–, sino también estudios que indican que la adopción de medidas de reducción de daños puede ser una alternativa para los consumidores tradicionales de cigarrillos.
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