¿Los antivapeo realmente piensan en los niños?
Ya es suficiente de leer y escuchar discursos insulsos, llenos de cifras aleatorias carentes de lógica como de sustento. La manipulación de la información es parte de la estrategia de la mayoría de conglomerados antivapeo. Es una guerra sucia donde la persuasión está manchada con alarmismos y fanatismos infundados.
Cada vez que escucho algún pseudoargumento que en su construcción tiene las palabras “niños” y “vulnerar”, es para mi inevitable pensar en un personaje de la serie animada estadounidense Los Simpson. Ultra religiosa, chismosa, alarmista y déspota; “¿alguien quiere pensar en los niños, por favor?” es su frase insignia. Helen Alegría es la viva imagen del constructo social de los antivapeo, que usan discursos sensibleros y llenos de “verdades acomodadas” y carentes de sustento más allá de sus egos (o billeteras).
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