Persiste la difusión (sin fundamento) de los supuestos peligros y enfermedades del vapeo
Durante mi carrera de 26 años como patólogo oral y maxilofacial en la Universidad de Alabama en Birmingham, tuve la oportunidad de participar en el diagnóstico y tratamiento de pacientes en el Centro Médico de la Administración de Veteranos de Birmingham (VAMC). Allí observé una alta tasa de tabaquismo entre los veteranos (confirmada en el artículo “Prevalencia del tabaquismo entre los veteranos de EE. UU.”) y una elevada tasa de ingresos por enfermedades graves relacionadas. Muchos pacientes arrastraban sus líneas intravenosas, catéteres, sondas de alimentación nasogástrica y otros equipos médicos al exterior para satisfacer sus ansias de cigarrillos.
Cuando inscribí a fumadores en el primer estudio piloto abierto de productos de riesgo reducido (Skoal Bandits, estudio publicado aquí), pensé que los veteranos probablemente adoptarían productos de tabaco sin humo, pero no pude convencer al Centro Médico de Veteranos (VA) para que ofreciera a sus pacientes esa opción.
Los médicos de VA no están obligados a informar a los pacientes que consumen cigarrillos sobre productos sustitutos libres de humo más seguros, a pesar de que su juramento hipocrático les obliga a no hacer daño. Pero un artículo reciente de la Oficina de Investigación y Desarrollo de VA demuestra un engaño mortal.
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