Hoy al fin, me he decidido a registrarme en este Foro al que tantas veces he acudido. ¿Por qué tanto tiempo de espera? Ufff, porque he tenido tantos vicios en mi vida que nunca me fío de mí mismo en cuanto a la fidelidad con la que los mantengo. Pero con esto del vapeo, ha hecho ya seis meses que me siento fiel. Seis meses y once días desde que acudí a una tienda a informarme y me endiñaron y sabiamente me aconsejaron un VECO ONE PLUS. Yo fumaba desde los quince años. Y a razón ya de dos paquetes de tabaco al día. Veía imposible abandonar semejante vicio tan embaucador como perfecto: como decía Oscar Wilde, los mejores vicios nos dejan siempre insatisfechos. Y esa era mi historia de Amor con el Tabaco.... hasta que conocí el Vapeo por mediación de ese VECO ONE PLUS, y por supuesto gracias a la incondicional atención que me prestaron en la tienda especializada donde lo adquirí.
Mi idea era fumar en la calle mi tabaco de toda la vida y vapear en casa para desincrustar el humo de las paredes y cortinas y hasta de los rollos de papel higiénico. La primera tarde que tuve mi VECO, vapeaba en casa y fumaba tabaco a partes iguales. Y me hacía yo mismo tal lío, que llegaba a poner boca abajo el vaporizador para ver si salía ceniza de él, jaja.... Eso solamente fue una tarde. Os lo juro.
A la mañana siguiente y buscando mi chute diario de nicotina tempranera y cafetera, me quedé mirando a ambos: a mi VECO plateado y a ese paquete de tabaco arrugado y maloliente que yacía junto a un mechero y junto a un cenicero negro, pestilente y carbonizado como cualquiera de mis pulmones debía de estar ya desde que hice la comunión.
Elegí el VECO. Aposté por él, con ciertas dudas y sin querer aún enamorarme de algo desconocido; pensando -porque me conozco mucho- que era un mero capricho que en cualquier momento abandonaría.
Pues NO.
Hace ya seis meses y 11 días que no he vuelto a querer saber nada de un cigarrillo. Mi familia no se lo cree, mis amigos no se lo creen, los compañeros de trabajo no se lo creen.... Creo que debe de ser porque ya no huelo como un neumático quemado.... Pero YO SI ME LO CREO e incluso he logrado contagiar a algunos de ellos para que se cambien ya.
Me estoy extendiendo demasiado y lo sé. Pido perdón, pero es una deformación profesional ya que soy escritor. Hay mil cosas que podría contar sobre este radical cambio del TABACO al VAPEO.
Por ahora, creo que lo principal para mí no ha sido el modelo, la marca o el tipo de vaporizador que me endiñaron. Creo que lo que en verdad me hizo dar el Gran Salto, fue la Atención, la Amabilidad, los Consejos y el Asesoramiento que me dieron en esa primera tienda que pisé, en mi Sevilla, llamada SINHUMO.
Y después, vas conociendo a gente, te vas metiendo en foros, vas viendo vídeos... y descubres un Mundo Nuevo que te hace rotundamente olvidar un cigarrillo. Es como si cambiaras la adicción al tabaco por la adicción a personas que te aportan cosas buenas y con las que existe una especie de vínculo muy especial.... llamado vapor.
Esta ha sido mi presentación. Siento que haya sido extensa, tanto como una nube de vapor.
Saludos cordiales a todos.
Mi idea era fumar en la calle mi tabaco de toda la vida y vapear en casa para desincrustar el humo de las paredes y cortinas y hasta de los rollos de papel higiénico. La primera tarde que tuve mi VECO, vapeaba en casa y fumaba tabaco a partes iguales. Y me hacía yo mismo tal lío, que llegaba a poner boca abajo el vaporizador para ver si salía ceniza de él, jaja.... Eso solamente fue una tarde. Os lo juro.
A la mañana siguiente y buscando mi chute diario de nicotina tempranera y cafetera, me quedé mirando a ambos: a mi VECO plateado y a ese paquete de tabaco arrugado y maloliente que yacía junto a un mechero y junto a un cenicero negro, pestilente y carbonizado como cualquiera de mis pulmones debía de estar ya desde que hice la comunión.
Elegí el VECO. Aposté por él, con ciertas dudas y sin querer aún enamorarme de algo desconocido; pensando -porque me conozco mucho- que era un mero capricho que en cualquier momento abandonaría.
Pues NO.
Hace ya seis meses y 11 días que no he vuelto a querer saber nada de un cigarrillo. Mi familia no se lo cree, mis amigos no se lo creen, los compañeros de trabajo no se lo creen.... Creo que debe de ser porque ya no huelo como un neumático quemado.... Pero YO SI ME LO CREO e incluso he logrado contagiar a algunos de ellos para que se cambien ya.
Me estoy extendiendo demasiado y lo sé. Pido perdón, pero es una deformación profesional ya que soy escritor. Hay mil cosas que podría contar sobre este radical cambio del TABACO al VAPEO.
Por ahora, creo que lo principal para mí no ha sido el modelo, la marca o el tipo de vaporizador que me endiñaron. Creo que lo que en verdad me hizo dar el Gran Salto, fue la Atención, la Amabilidad, los Consejos y el Asesoramiento que me dieron en esa primera tienda que pisé, en mi Sevilla, llamada SINHUMO.
Y después, vas conociendo a gente, te vas metiendo en foros, vas viendo vídeos... y descubres un Mundo Nuevo que te hace rotundamente olvidar un cigarrillo. Es como si cambiaras la adicción al tabaco por la adicción a personas que te aportan cosas buenas y con las que existe una especie de vínculo muy especial.... llamado vapor.
Esta ha sido mi presentación. Siento que haya sido extensa, tanto como una nube de vapor.
Saludos cordiales a todos.