Hola a todos; os cuelgo la traducción de la segunda carta a la OMS desde EVUN. Os agradeceremos mucho, una vez más, que dejéis vuestro comentario en español al pie de la carta en la web http://evun.net/?p=217 Muchas gracias a todos.
Querida Dra. Chan:
Nadie ha muerto nunca, ni ha desarrollado una enfermedad, a causa del vapeo. Sin embargo, millones están muriendo a causa de la inhalación del humo del tabaco, los vehículos y la contaminación industrial. El vapeo podría no ser una cura milagrosa para todo pero ciertamente reduce la tasa de mortalidad. La única cuestión es ¿Por cuánto tiempo? Incluso si una sola vida fuera salvada, seguramente valdría la pena, por muy perturbadora que resulte la visión del vapor para algunas personas. No pueden creer seriamente que, tal angustia, vale más que la vida humana en sí; incluso la vida de un fumador por mucho que sea despreciada.
Observamos que en todos aquellos lugares donde el vapeo llega a ser popular, las ventas de tabaco caen significativamente. Entonces, ¿Cómo pueden ustedes defender que el vapeo “renormaliza el acto de fumar†(para usar una expresión más real “causa incomodidad visualâ€)? Si ustedes tuvieran razón, seríamos testigos de un aumento en las ventas de productos del tabaco que, de hecho, pondría en peligro la salud pública; sin embargo, el vapeo únicamente es un problema para algunas personas que se sienten incómodas con lo que ven.
Ustedes deben ser conscientes de que la revolución vaper ha sido iniciada y financiada únicamente por los vapers. El dinero de los contribuyentes no ha estado involucrado en ningún momento. Ahora ustedes pretenden que la sociedad gaste enormes sumas de dinero en restringir o prohibir el vapeo, negándoles a los fumadores la salida que ellos han elegido y financiando campañas de desinformación que promulgan que el vapeo es tan peligroso como el tabaco, sólo porque a algunas personas les molesta presenciarlo.
¿Podríamos sugerirles que la salud pública podría verse beneficiada por un uso menos costoso y más razonable del dinero público? ¿Por qué no proponer una regulación adecuada que esté basada en la multitud de estudios científicos objetivos que ya han sido llevados a cabo? En vez de reaccionar de forma histérica ante algo que no ha sido desarrollado por la industria farmacéutica y no ha seguido los mecanismos estándar de aprobación, ¿Por qué no tomarse el tiempo necesario en consultar a todas las partes interesadas, incluyendo a los propios vapers, para encontrar la mejor manera de promover el potencial para salvar vidas de esta nueva tecnología? ¿Por qué demonios están tratando de aplastarlo bajo el peso de la imposición injustificada, liberticida y dictatorial?
La OMS parece presentar una fuerte determinación en considerar a los fumadores como pacientes a tratar únicamente con productos farmacéuticos aprobados formalmente. Si los pacientes se niegan a recibir dicho tratamiento (o si, como es mucho más probable, éste resulta ser absolutamente inútil) y, como hijos que se apartan de sus padres, buscan otra solución, entonces, por muy eficaz que sea, ésta debe ser anulada sea cual sea el coste financiero y humano.
Nosotros, como muestra representativa de millones de vapers europeos, hemos experimentado los productos farmacéuticos comunes para dejar de fumar y sabemos de su inefectividad. Ustedes mismos saben que, estadísticamente, a pesar de las campañas de propaganda de sus productores, estos medicamentos tienen una pésima tasa de éxito. Habrán notado que a pesar de que estos productos son fuertemente promovidos y a menudo financiados por los servicios de salud pública, la prevalencia de tabaquismo se mantiene estancada en la mayoría de los países e incluso aumenta entre los jóvenes. Ustedes podrían incluso haber notado que hay tres grandes excepciones al respecto: EEUU, Reino Unido y Francia donde el consumo de tabaco está cayendo. Seguramente no es una coincidencia que estos sean los lugares donde la venta de cigarrillos electrónicos se mantiene relativamente sin restricciones y como resultado se ha disparado su consumo.
Por supuesto, la OMS podría ser elogiada por impulsar medidas para proteger a la población del tabaquismo pasivo. Con el cigarrillo electrónico, que tiene el potencial para sustituir el consumo de tabaco tradicional, deberían acoger la extensa investigación científica que demuestra que el vapeo pasivo no es significativamente nocivo. Así que ¿Por qué están ustedes indicando lo contrario? ¿Por qué consideran a los vapers tan peligrosos como a los fumadores, tratándolos a ambos como parias?
¿Por qué permiten ustedes que uno de sus funcionarios declare públicamente que “Lo más peligroso del cigarrillo electrónico es que la nicotina va directamente a los pulmones mientras que en los cigarrillos normales pasa por un filtroâ€? ¿Y otro que asegure que “El marketing inteligente y la información inadecuada sobre el contenido de nicotina en los cigarrillos electrónicos ha creado la falsa impresión de que estos dispositivos no son tan peligrosos como los cigarrillos normalesâ€? ¿O incluso otro que ofreció una presentación ante el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (ENVI) asegurando que de acuerdo con estudios no sesgados de especialistas los cigarrillos electrónicos son perjudiciales, mientras que omitió deliberadamente todos aquellos que aseguraban que los cigarrillos electrónicos podrían ser útiles para ayudar a la gente a dejar de fumar?
¿Están ustedes sorprendidos de que estemos enfadados con su organización que ignora a las personas más afectadas por sus decisiones: los vapers? Aparentemente estamos siendo tratados como los perros de la industria tabaquera, cuyas intenciones son de hecho muy sospechosas. Sin embargo, ¿Qué hay de la impresión de que su organización presenta una insana proximidad a los intereses de la industria farmacéutica?
Tras siete años de investigación científica, ¿Qué valor podemos darle al reciente comunicado de la OMS que promulga que “No sabemos bastanteâ€? ¿No suena más bien como si la OMS “No quisiera saberâ€? El único argumento de fondo para apoyar las medidas draconianas que proponen, es que existe una cierta semejanza visual a fumar tabaco. Al ignorar totalmente la investigación realizada por casi todos los científicos líderes en el campo del vapeo, que apunta a que, si se incentivara, el beneficio de salud pública generado por los cigarrillos electrónicos podría convertirse en masivo, la OMS parece estar invocando la ignorancia en apoyo de sus argumentos que, de otro modo, no se sostienen. Los participantes en la próxima reunión del COP6 deberían asesorarse con pruebas reales y sin distorsiones.
Mientras tanto, los fumadores, sin el apoyo de los funcionarios de salud pública o de cualquier subvención de las arcas públicas, están adoptando los cigarrillos electrónicos y sus variantes más avanzadas para reducir sustancialmente, o cesar por completo el consumo de tabaco fumado. En ciertos países, donde su uso no ha sido injustificadamente prohibido, lo están haciendo gracias al snus, otra efectiva herramienta de reducción de daño. Todo lo que pedimos es que nos permitan seguir haciéndolo, a través de nuestros propios esfuerzos y con el apoyo de los organismos estándar que garanticen la calidad y seguridad del producto.
La única cuestión ante el COP6 debería ser la medida del apoyo que la OMS podría darnos y no la mejor manera de animarnos a volver al tabaco y mantener a los fumadores en las garras de los poderosos intereses industriales.
¿Por qué no demostrar que están abiertos no sólo a los intereses comerciales y políticos, sino a la gente común también? ¿Por qué no nos invitaron a dirigirnos al COP6?
¡Dejen que Moscú presencie una revolución de la gente real!
Suya sinceramente,
Hazel Mabe
European Vapers United Network
Querida Dra. Chan:
Nadie ha muerto nunca, ni ha desarrollado una enfermedad, a causa del vapeo. Sin embargo, millones están muriendo a causa de la inhalación del humo del tabaco, los vehículos y la contaminación industrial. El vapeo podría no ser una cura milagrosa para todo pero ciertamente reduce la tasa de mortalidad. La única cuestión es ¿Por cuánto tiempo? Incluso si una sola vida fuera salvada, seguramente valdría la pena, por muy perturbadora que resulte la visión del vapor para algunas personas. No pueden creer seriamente que, tal angustia, vale más que la vida humana en sí; incluso la vida de un fumador por mucho que sea despreciada.
Observamos que en todos aquellos lugares donde el vapeo llega a ser popular, las ventas de tabaco caen significativamente. Entonces, ¿Cómo pueden ustedes defender que el vapeo “renormaliza el acto de fumar†(para usar una expresión más real “causa incomodidad visualâ€)? Si ustedes tuvieran razón, seríamos testigos de un aumento en las ventas de productos del tabaco que, de hecho, pondría en peligro la salud pública; sin embargo, el vapeo únicamente es un problema para algunas personas que se sienten incómodas con lo que ven.
Ustedes deben ser conscientes de que la revolución vaper ha sido iniciada y financiada únicamente por los vapers. El dinero de los contribuyentes no ha estado involucrado en ningún momento. Ahora ustedes pretenden que la sociedad gaste enormes sumas de dinero en restringir o prohibir el vapeo, negándoles a los fumadores la salida que ellos han elegido y financiando campañas de desinformación que promulgan que el vapeo es tan peligroso como el tabaco, sólo porque a algunas personas les molesta presenciarlo.
¿Podríamos sugerirles que la salud pública podría verse beneficiada por un uso menos costoso y más razonable del dinero público? ¿Por qué no proponer una regulación adecuada que esté basada en la multitud de estudios científicos objetivos que ya han sido llevados a cabo? En vez de reaccionar de forma histérica ante algo que no ha sido desarrollado por la industria farmacéutica y no ha seguido los mecanismos estándar de aprobación, ¿Por qué no tomarse el tiempo necesario en consultar a todas las partes interesadas, incluyendo a los propios vapers, para encontrar la mejor manera de promover el potencial para salvar vidas de esta nueva tecnología? ¿Por qué demonios están tratando de aplastarlo bajo el peso de la imposición injustificada, liberticida y dictatorial?
La OMS parece presentar una fuerte determinación en considerar a los fumadores como pacientes a tratar únicamente con productos farmacéuticos aprobados formalmente. Si los pacientes se niegan a recibir dicho tratamiento (o si, como es mucho más probable, éste resulta ser absolutamente inútil) y, como hijos que se apartan de sus padres, buscan otra solución, entonces, por muy eficaz que sea, ésta debe ser anulada sea cual sea el coste financiero y humano.
Nosotros, como muestra representativa de millones de vapers europeos, hemos experimentado los productos farmacéuticos comunes para dejar de fumar y sabemos de su inefectividad. Ustedes mismos saben que, estadísticamente, a pesar de las campañas de propaganda de sus productores, estos medicamentos tienen una pésima tasa de éxito. Habrán notado que a pesar de que estos productos son fuertemente promovidos y a menudo financiados por los servicios de salud pública, la prevalencia de tabaquismo se mantiene estancada en la mayoría de los países e incluso aumenta entre los jóvenes. Ustedes podrían incluso haber notado que hay tres grandes excepciones al respecto: EEUU, Reino Unido y Francia donde el consumo de tabaco está cayendo. Seguramente no es una coincidencia que estos sean los lugares donde la venta de cigarrillos electrónicos se mantiene relativamente sin restricciones y como resultado se ha disparado su consumo.
Por supuesto, la OMS podría ser elogiada por impulsar medidas para proteger a la población del tabaquismo pasivo. Con el cigarrillo electrónico, que tiene el potencial para sustituir el consumo de tabaco tradicional, deberían acoger la extensa investigación científica que demuestra que el vapeo pasivo no es significativamente nocivo. Así que ¿Por qué están ustedes indicando lo contrario? ¿Por qué consideran a los vapers tan peligrosos como a los fumadores, tratándolos a ambos como parias?
¿Por qué permiten ustedes que uno de sus funcionarios declare públicamente que “Lo más peligroso del cigarrillo electrónico es que la nicotina va directamente a los pulmones mientras que en los cigarrillos normales pasa por un filtroâ€? ¿Y otro que asegure que “El marketing inteligente y la información inadecuada sobre el contenido de nicotina en los cigarrillos electrónicos ha creado la falsa impresión de que estos dispositivos no son tan peligrosos como los cigarrillos normalesâ€? ¿O incluso otro que ofreció una presentación ante el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (ENVI) asegurando que de acuerdo con estudios no sesgados de especialistas los cigarrillos electrónicos son perjudiciales, mientras que omitió deliberadamente todos aquellos que aseguraban que los cigarrillos electrónicos podrían ser útiles para ayudar a la gente a dejar de fumar?
¿Están ustedes sorprendidos de que estemos enfadados con su organización que ignora a las personas más afectadas por sus decisiones: los vapers? Aparentemente estamos siendo tratados como los perros de la industria tabaquera, cuyas intenciones son de hecho muy sospechosas. Sin embargo, ¿Qué hay de la impresión de que su organización presenta una insana proximidad a los intereses de la industria farmacéutica?
Tras siete años de investigación científica, ¿Qué valor podemos darle al reciente comunicado de la OMS que promulga que “No sabemos bastanteâ€? ¿No suena más bien como si la OMS “No quisiera saberâ€? El único argumento de fondo para apoyar las medidas draconianas que proponen, es que existe una cierta semejanza visual a fumar tabaco. Al ignorar totalmente la investigación realizada por casi todos los científicos líderes en el campo del vapeo, que apunta a que, si se incentivara, el beneficio de salud pública generado por los cigarrillos electrónicos podría convertirse en masivo, la OMS parece estar invocando la ignorancia en apoyo de sus argumentos que, de otro modo, no se sostienen. Los participantes en la próxima reunión del COP6 deberían asesorarse con pruebas reales y sin distorsiones.
Mientras tanto, los fumadores, sin el apoyo de los funcionarios de salud pública o de cualquier subvención de las arcas públicas, están adoptando los cigarrillos electrónicos y sus variantes más avanzadas para reducir sustancialmente, o cesar por completo el consumo de tabaco fumado. En ciertos países, donde su uso no ha sido injustificadamente prohibido, lo están haciendo gracias al snus, otra efectiva herramienta de reducción de daño. Todo lo que pedimos es que nos permitan seguir haciéndolo, a través de nuestros propios esfuerzos y con el apoyo de los organismos estándar que garanticen la calidad y seguridad del producto.
La única cuestión ante el COP6 debería ser la medida del apoyo que la OMS podría darnos y no la mejor manera de animarnos a volver al tabaco y mantener a los fumadores en las garras de los poderosos intereses industriales.
¿Por qué no demostrar que están abiertos no sólo a los intereses comerciales y políticos, sino a la gente común también? ¿Por qué no nos invitaron a dirigirnos al COP6?
¡Dejen que Moscú presencie una revolución de la gente real!
Suya sinceramente,
Hazel Mabe
European Vapers United Network