Lo de Vimeo es un avance, featurette o presentación de un proyecto de Jan Kounen, director francés más conocido por su relativo éxito Dobermann y otras películas menos conocidas (aunque muy interesantes). VapeWave es tan alternativa (ni datos en IMDB aún) como queráis etiquetarla, pero yo espero que la película-documental completa dé para ver más facetas que la "alternativa", a.k.a. "estilo Look Narcos y Blade Runner", aunque sólo sea porque en el trailer se ven personas normales también (incluyendo los revisores más conocidos a escala mundial).
De los "cigarrillos", ciertamente ahora es un freno más a su expansión, aunque personalmente nunca recomendaría esto a alguien que no sea fumador y que quiera dejarlo. Nunca lo ví más que como la revolución antitabaquismo definitiva. Vale que muchos (y me cuento) puede que psicológicamente nunca dejemos de vapear, incluso de doparnos con nicotina, pero decir que es tan inocuo como chupar caramelos (dentistas aparte, que hay para todos) es pasarse alguna estación.... aunque al final lo fuera (y creo que hay posibilidades de que realmente lo sea).
Así que vuelvo a los orígenes. Dicen los historiadores en las enciclopedias más recientes que esto tuvo su origen en una patente no explotada ni comercializada por un americano allá por los cincuenta, adelantándose a su tiempo más de lo que le convenía, y rescatada y mejorada por un chino que sufría viendo a su padre morir de cáncer de pulmón, ya a principios de los noventa. Así que la vinculación con el cigarrillo asesino es inevitable, al menos ahora, que total, lleva 25 años inventado y apenas diez plenamente desarrollado y disponible.
Si algún día el tabaco se extingue como forma de vehicular nicotina y otras cosas, quizás entonces, alguien lo llame de verdad vapeador personal (los anglosajones usan bastante el acrónimo APV, de Advanced Personal Vaporizer, pero eso engloba otras cosas......). Y entoncesw con suerte no recordará al tabaquismo. Hasta entonces, vamos a lo que de verdad importa:
Vapear salva vidas (de fumadores), y como mínimo, extiende la esperanza de vida y mejora (abrumadoramente) la calidad vital de los que cambian tabaco por líquidos de vapeo, y esa es la evidencia disponible, que a cada mes que pasa más y más sólida e incontrovertible aparenta.