Mollie Johnson... éste es la repera.
Como vapeador habitual del líquido de tarta de limón más conocido por todos, me resulta inevitable compararlos. Y las comparaciones son odiosas, sobre todo para el que sale perdiendo.
Para ir al grano, uno es como una tarta del Mercadona de 9,90 €. Dulce, quita el hambre, cumple su cometido y hasta está rica. Es más, vapeandolo por las mañanas delante del primer café algunas caladas me hacen poner los ojos en blanco de placer.
Mollie Johnson es otro nivel. Es como una tarta de alta repostería, con una receta cuidadosamente estudiada, complicada elaboración, ingredientes de calidad y que transporta tu paladar a un nivel superior al que uno no está acostumbrado. Éste me pone los ojos en blanco en cada calada y a cualquier hora del día. Y no cansa nunca.
Es indescriptible la sensación aterciopelada que deja al exhalar, un vapor denso y abundante. Al inhalar es cuando el limón se deja notar tímidamente, con un amargor que amenaza con amargar, pero se queda en el punto exacto para resultar agradable y adictivo.
Ése es el problema, podría consumirlo indefinidamente. Buscando y persiguiendo esos matices tenues pero indudablemente presentes y deliciosos. Esa dulzura en equilibrio con el frescor. Ambos presentes y distintos en cada calada, a veces más potente uno, a veces el otro. Lo mismo que la cantidad de matices y sabores, variables por momentos, manteniendo un juego de equilibrio inestable que a veces roza la perfección. Una perfección que, cuando llega, es brutal. Sin necesidad de café ni nada que acompañe o condicione el paladar.
De verdad Carlitos, te pasaste un huevo. Te habrás quedao a gusto sacándote de la chistera semejante joya.
Imagino, y se nota, la cantidad de trabajo y horas que hay detrás, y también imagino lo satisfecho que debes estar de haber obtenido un resultado así. Por que yo SÍ estoy satisfecho de tu trabajo y, sobretodo agradecido, por que elevas la experiencia del vapeo a un nivel superior y nos haces disfrutar como nunca
Los vapeadores españoles debemos enorgullecernos de tener un fabricante con tanta pasión y buen hacer en su trabajo. Pasión que se nota tanto en la espléndida relación y cuidado al cliente como en el producto final. Un producto en el que lo más importante es transmitir emociones a aquellos pocos capaces de apreciarlas, dejando en segundo plano el volumen de ventas. Espero y deseo que el mercado te permita continuar con esa filosofía.
Alguno se quejará, y se quejó, de que son líquidos caros... anda que no habré tirado yo (y todos) dinero por el retrete en forma de líquidos. Bueno,en mi caso se los doy a mi hermano, que tiene el paladar de una hiena carroñera y se vapea lo que le eches.
En este caso tengo la seguridad de que aprovecharé, saborearé y disfrutaré cada gota de estos líquidos, y si fueran más caros los compraría igual porque lo valen. En este sentido es muy de agradecer la cortesía de las muestras gratuitas, aunque Carlitos sabe lo que se hace, y sabe que el que prueba se engancha....