¡Hola!
Como ya deduciréis mi nombre es David. Tengo 22 años (jovencito ¿eh?) y estuve fumando 10 años. Empecé con la prematura edad de 11 años junto con una amiga, cuando todavía íbamos al colegio. :facepalm:
Teniendo en cuenta que las etapas de la adolescencia son a menudo duras y sumando que soy una persona muy ansiosa, caí por completo en las garras del tabaco, llegando a fumar una cantidad de dos paquetes al día. Lo que en los últimos años me ha dejado hecho polvo física y mentalmente, pues era consciente de que no era algo bueno para mi y realmente quería dejarlo, así que por un lado, fumaba como un carretero y por el otro me sentía culpable, lo que me conducía a seguir fumando por los nervios sumiéndome en un bucle infinito.
Empezar a fumar es una de las peores cosas que he hecho en mi vida y de las que más me arrepiento...
Sabéis esto de... "¿Si tuvieras una máquina del tiempo y pudieras volver atrás, qué cambiarías? yo sin duda, iría al momento en que cogí un cigarillo y me auto-soltaría una leñe muy descriptiva.
Los 4 últimos años intenté dejar el tabaco de todas las maneras posibles:
Después de pasar por todo aquello y más, un día me encontré con el cigarrillo electrónico. Acababa de llegar a España y todavía no había creado tendencia en algunas zonas (en la mía por ejemplo, todavía se estaba dando a conocer), no se sabía mucho de él, pero era un incentivo más que podía probar... me decía a mi mismo "Tarde o temprano, alguno de los métodos funcionará " pero no estaba nada convencido, es más, estaba casi seguro de que sería una pérdida absoluta de tiempo.
En una tienda especializada que abrieron en mi pueblo me explicaron como funcionaba todo, me contaron testimonios muy creíbles, me dieron a probar sabores y fue una tarde muy divertida... al menos, esto tenía mejor pinta que unos chicles. Así que, ya convencido, me compré un kit de iniciación; una batería ego pequeña con un consumible iClear de usar y tirar.
Al probarlo durante unas horas me quedé sorprendido, realmente era un aparato con el que podía llegar a dejar de fumar, sentía el golpe de garganta, podía hacer el gesto con la mano, tiraba vapor, era el perfecto reemplazo del cigarrillo y además, podía bajar gradualmente la nicotina. No salía de mi asombro... Entendí el potencial de esa oportunidad.
Después de tantas veces fallidas, esta vez me remarqué el objetivo de dejar de fumar con más confianza que de costumbre.
Pronto me encontré con varios problemas. La cantidad de nicotina de 6mg no me satisfacía, y además cuando la carga se acababa y la resistencia se chamuscaba, volvía a sentir la necesidad imperiosa de fumarme un cigarro. Como era muy fumador, las baterías ego y los atomizadores los quemaba solo con mirarlos, así que un kit de iniciación básico con tan poca nicotina no me ayudó a iniciarme. Cualquiera se hubiera desmotivado en esta parte y hubiera recurrido al tabaco de inmediato, pero yo comprendí que esto era un ciencia, que había que informarse, que cada persona debía seguir unas pautas diferentes y consumir X cantidad de miligramos.
Las primeras semanas fueron todo testeos.
Compré una batería ego mediana, tampoco. Una c-twist, casi casi....
Al final, aposté por todas, me compré una iTaste que parecía un Walkie-Talkie y éste sí que sí. Podía estar vapeando con muchas ansias una semana entera y la batería ni se inmutaba, con esta por fin pude dejar de fumar. Desde los 23mg hasta los 0mg, pasó un año entero de vapeo pero lo alargé por gusto (y por precaución), realmente, la primera semana ya había olvidado del tabaco.
Todavía no me puedo creer que lo haya conseguido, llevo ya dos años limpio y todo se lo debo a el cigarrillo electrónico, podría decir que me ha salvado la vida; mi salud ha mejorado enormemente, mi casa ya no echa pestes a tabaco, mi ropa tampoco, duermo mejor por las noches, respiro mejor, puedo correr sin cansarme... Es como volver a nacer.
¡Esta es mi historia!
Como ya deduciréis mi nombre es David. Tengo 22 años (jovencito ¿eh?) y estuve fumando 10 años. Empecé con la prematura edad de 11 años junto con una amiga, cuando todavía íbamos al colegio. :facepalm:
Teniendo en cuenta que las etapas de la adolescencia son a menudo duras y sumando que soy una persona muy ansiosa, caí por completo en las garras del tabaco, llegando a fumar una cantidad de dos paquetes al día. Lo que en los últimos años me ha dejado hecho polvo física y mentalmente, pues era consciente de que no era algo bueno para mi y realmente quería dejarlo, así que por un lado, fumaba como un carretero y por el otro me sentía culpable, lo que me conducía a seguir fumando por los nervios sumiéndome en un bucle infinito.
Empezar a fumar es una de las peores cosas que he hecho en mi vida y de las que más me arrepiento...
Sabéis esto de... "¿Si tuvieras una máquina del tiempo y pudieras volver atrás, qué cambiarías? yo sin duda, iría al momento en que cogí un cigarillo y me auto-soltaría una leñe muy descriptiva.
Los 4 últimos años intenté dejar el tabaco de todas las maneras posibles:
1) De golpe "tan simple como dejar de fumar" (dicen algunos): No podía, me encontraba realmente mal con el síndrome de abstinencia, jaquecas, mareos, vómitos... y si conseguía superar los dos primeros días a la siguiente semana ya estaba fumando otra vez, porque no podía soportar no tener un cigarrillo por las mañanas, durante el café, después de las comidas ¡cómo me dolía ese!
2) Gradualmente "poco a poco lo conseguirás, es la voluntad de querer" (dicen otros): ¿Al final? lo mismo de arriba.
3) Médico (toxicología): Iba, le contaba mis problemas con el tabaco y entonces me recomendaba ir a la farmacia a comprar productos.
4) Con parches y chicles de la farmacia: Empezar diciendo que me desangraron con los precios de estos productos que luego además resultaron ser totalmente inefectivos. No hay mucho más que decir, masticas el chicle o te pones el parche, pero sigues deseando coger el cigarrillo, sentirlo en la garganta y ver el humo, por lo que tarde o temprano es muy probable que tengas una recaída. Eso mismo me sucedió.
5) Acupuntura: Bueno, de este método en realidad dudo de su base entera, creo que es más pseudociencia y charlatanería que otra cosa. Mi tía la hippie trabaja en ello, asi que al final me convencieron para un par de sesiones, accedí a ello por probar cosas. Me clavaba unas agujas en la oreja, me ponía un parche pequeño con una semilla encima de la herida que debía pulsar a lo largo del día para estimular los puntos chakra o que se yo. Yo creo que era para fastidiarme.
2) Gradualmente "poco a poco lo conseguirás, es la voluntad de querer" (dicen otros): ¿Al final? lo mismo de arriba.
3) Médico (toxicología): Iba, le contaba mis problemas con el tabaco y entonces me recomendaba ir a la farmacia a comprar productos.
4) Con parches y chicles de la farmacia: Empezar diciendo que me desangraron con los precios de estos productos que luego además resultaron ser totalmente inefectivos. No hay mucho más que decir, masticas el chicle o te pones el parche, pero sigues deseando coger el cigarrillo, sentirlo en la garganta y ver el humo, por lo que tarde o temprano es muy probable que tengas una recaída. Eso mismo me sucedió.
5) Acupuntura: Bueno, de este método en realidad dudo de su base entera, creo que es más pseudociencia y charlatanería que otra cosa. Mi tía la hippie trabaja en ello, asi que al final me convencieron para un par de sesiones, accedí a ello por probar cosas. Me clavaba unas agujas en la oreja, me ponía un parche pequeño con una semilla encima de la herida que debía pulsar a lo largo del día para estimular los puntos chakra o que se yo. Yo creo que era para fastidiarme.
Después de pasar por todo aquello y más, un día me encontré con el cigarrillo electrónico. Acababa de llegar a España y todavía no había creado tendencia en algunas zonas (en la mía por ejemplo, todavía se estaba dando a conocer), no se sabía mucho de él, pero era un incentivo más que podía probar... me decía a mi mismo "Tarde o temprano, alguno de los métodos funcionará " pero no estaba nada convencido, es más, estaba casi seguro de que sería una pérdida absoluta de tiempo.
En una tienda especializada que abrieron en mi pueblo me explicaron como funcionaba todo, me contaron testimonios muy creíbles, me dieron a probar sabores y fue una tarde muy divertida... al menos, esto tenía mejor pinta que unos chicles. Así que, ya convencido, me compré un kit de iniciación; una batería ego pequeña con un consumible iClear de usar y tirar.
Al probarlo durante unas horas me quedé sorprendido, realmente era un aparato con el que podía llegar a dejar de fumar, sentía el golpe de garganta, podía hacer el gesto con la mano, tiraba vapor, era el perfecto reemplazo del cigarrillo y además, podía bajar gradualmente la nicotina. No salía de mi asombro... Entendí el potencial de esa oportunidad.
Después de tantas veces fallidas, esta vez me remarqué el objetivo de dejar de fumar con más confianza que de costumbre.
Pronto me encontré con varios problemas. La cantidad de nicotina de 6mg no me satisfacía, y además cuando la carga se acababa y la resistencia se chamuscaba, volvía a sentir la necesidad imperiosa de fumarme un cigarro. Como era muy fumador, las baterías ego y los atomizadores los quemaba solo con mirarlos, así que un kit de iniciación básico con tan poca nicotina no me ayudó a iniciarme. Cualquiera se hubiera desmotivado en esta parte y hubiera recurrido al tabaco de inmediato, pero yo comprendí que esto era un ciencia, que había que informarse, que cada persona debía seguir unas pautas diferentes y consumir X cantidad de miligramos.
Las primeras semanas fueron todo testeos.
Compré una batería ego mediana, tampoco. Una c-twist, casi casi....
Al final, aposté por todas, me compré una iTaste que parecía un Walkie-Talkie y éste sí que sí. Podía estar vapeando con muchas ansias una semana entera y la batería ni se inmutaba, con esta por fin pude dejar de fumar. Desde los 23mg hasta los 0mg, pasó un año entero de vapeo pero lo alargé por gusto (y por precaución), realmente, la primera semana ya había olvidado del tabaco.
Todavía no me puedo creer que lo haya conseguido, llevo ya dos años limpio y todo se lo debo a el cigarrillo electrónico, podría decir que me ha salvado la vida; mi salud ha mejorado enormemente, mi casa ya no echa pestes a tabaco, mi ropa tampoco, duermo mejor por las noches, respiro mejor, puedo correr sin cansarme... Es como volver a nacer.
¡Esta es mi historia!