Phillip Morris se entrega sin ambages al cigarrillo electrónico. Sí, tal vez lo
disfrazan a su estilo (
IQOS lo llaman), pero
Marlboro apuesta por un aparato electrónico que vapea tabaco. Hay sutiles diferencias con "lo nuestro", pero el caso es que reconocen dos cosas: que no es lo mismo la combustión que el calentamiento, ni el humo ni el vapor. Y que los cigarrillos tradicionales estarían sentenciados a pena de muerte, al menos en la compañía tabaquera más importante del mundo con todo lo que ello supondría.
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¿Qué os parece la nueva política de Phillip Morris? ¿Nos puede afectar colateralmente si a este producto no le dan la regulación y la fiscalidad específica que Marlboro quiere? Son apenas dos preguntas, aunque se ocurren decenas.