Desinformación, prejuicios y lentitud política son las principales barreras para impulsar la innovación en salud pública, según una encuesta global.
2025 arranca bajo la sombra de crisis globales complejas que exigen respuestas urgentes y nada fáciles. Desde la amenaza de nuevas pandemias y el acercamiento de las Big Techs hacia paradigmas autoritarios hasta la inminencia del colapso climático que el capitalismo persiste en ignorar.
En este contexto, la ciencia y la innovación tecnológica siguen emergiendo como herramientas con el potencial de transformar la realidad. Sin embargo, un estudio reciente advierte que los mayores obstáculos no son tecnológicos, sino profundamente humanos: la desinformación, los prejuicios arraigados y la incapacidad de los sistemas políticos para adaptarse al ritmo vertiginoso del cambio amenazan con frustrar este poder transformador.
La innovación, como un río que atraviesa terrenos escarpados, tiene el potencial de erosionar los muros de los prejuicios y las narrativas ancladas en la desinformación. Sin embargo, su capacidad transformadora exige, además de avances técnicos, la valentía de adoptar nuevas formas de pensar.
Innovación frente al tabaquismo
En el caso del tabaquismo, la reducción del daño es una solución pragmática que, como lo demuestran Suecia y Japón, salva vidas al ofrecer alternativas menos nocivas. Ignorar esta evidencia por el peso de ideologías rígidas, intereses económicos privados y debates polarizados perpetúa un statu quo mortal.
Como sociedad, debemos aprender a escuchar a la ciencia, incluso cuando desafía nuestras convicciones. No se trata de eximir al tabaco de sus responsabilidades históricas, sino de reconocer que la innovación, cuando se guía con datos sólidos y una intención clara de salvar vidas, puede marcar la diferencia entre un futuro de progreso y uno de oportunidades desperdiciadas. La reducción del daño no es solo una herramienta de salud pública; es un acto de compasión y pragmatismo frente a una realidad compleja y urgente.
El 22 de enero, Philip Morris International (PMI) presentó los resultados de una encuesta realizada por Povaddo en diez países de África, América, Asia y Europa. El informe, “Innovación bajo presión: aprovechar la complejidad para impulsar el cambio”, destaca el optimismo generalizado frente a la capacidad de la innovación para abordar desafíos sociales críticos en las próximas dos décadas.
El estudio identificó obstáculos significativos para implementar innovaciones efectivas, entre ellos la desinformación, los prejuicios arraigados y la lentitud de los responsables políticos para adaptarse al avance tecnológico.
El 80% de los encuestados consideró que la información engañosa dificulta la adopción de innovaciones cruciales, mientras que el 90% destacó la necesidad de que los gobiernos aseguren una comunicación precisa y establezcan regulaciones justas y transparentes.
Entre los hallazgos clave, el 71% de los participantes expresó confianza en el papel de la innovación para mejorar el desarrollo y la distribución de vacunas, mientras que el 62% consideró que podría ampliar el acceso a servicios de salud de alta calidad y bajo costo.
Sin embargo, el optimismo disminuye frente a problemas profundamente enraizados: solo el 49% cree que la innovación podría reducir las tasas de tabaquismo y el 43% ve posibilidades de abordar el consumo de drogas ilícitas.
A pesar de que el 76% de los encuestados se mostró esperanzado sobre las oportunidades tecnológicas, el 74% señaló que las discusiones polarizadas sobre nuevas tecnologías generan confusión entre los consumidores.
El estudio subrayó que la desinformación sigue siendo un obstáculo significativo, con ocho de cada diez participantes identificándola como un freno al progreso.
Señal de los tiempos: la industria tabacalera se alinea con los objetivos de salud pública
El director ejecutivo de PMI, Jacek Olczak, reafirmó el compromiso de la compañía con la innovación científica orientada a la creación de alternativas menos nocivas a los cigarrillos. Subrayó la importancia de un enfoque basado en evidencia para la formulación de políticas, instando a los líderes a evaluar los datos de salud pública antes de descartar nuevas tecnologías.
Como ejemplo citó a Suecia, que tiene las tasas de tabaquismo más bajas de Europa, y a Japón, donde el consumo de tabaco ha disminuido un 45% desde la introducción de productos de tabaco calentado en 2014. Según Olczak, la adopción de alternativas libres de humo está alineada con los objetivos de salud pública.
No obstante, persisten desafíos. El 64% de los encuestados expresó preocupación por la capacidad de los sistemas sociales y económicos para adaptarse a los rápidos avances tecnológicos. La desinformación, alimentada por las redes sociales, junto con cuestiones éticas, complica aún más la adopción de la innovación.
Los participantes hicieron un llamado a los gobiernos para liderar esfuerzos que combatan la desinformación (87%), fomenten la colaboración público-privada (83%) y promuevan un diálogo público equilibrado (82%).
Realizada entre el 13 y el 27 de diciembre de 2024, la encuesta incluyó a 10.250 participantes de 21 años o más procedentes de Argentina, Brasil, Francia, Italia, México, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Reino Unido y Estados Unidos, con un margen de error de ±1%.
PMI instó a los gobiernos, las instituciones de salud y la sociedad civil a colaborar en iniciativas basadas en la ciencia para acelerar el progreso y mejorar los resultados de salud pública global.
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