Hola Mark, soy nuevo en el foro desde hoy, pero he visto el post por casualidad y te quiero contar mi experiencia, por si te sirve de algo.
Hace casi 4 años se murió violentamente y en mis brazos un ser querido (el que más con diferencia). No tiene que ver que sea un familiar cercano, sino que sea con quién pasas más tiempo, haces más cosas y tienes más vinculado a tu día a día. Porque cada cosa que vas a hacer te recuerda.
Va que siempre fui una persona muy capaz, muy fuerte, con la autoestima alta, independiente y una mentalidad de hierro. Me ha pasado en la vida de todo. Pero aún así, en mi caso fueron dos años de depresión terrible, sin ganas de vivir, cansado todo el día, sin salir de casa, y con la autoestima destruída. No me importaba lo más mínimo morirme, y tenía el ego por los suelos. En fin, echo un trapo y llorando por las esquinas con cualquier cosa. Hasta con un poco de bipolarismo creo yo, de pasar de contento a triste en poco tiempo. Y todo derivado de las malas jugadas que le juega a uno el cerebro, que incluso cuando uno quiere estar bien, tu propia cabeza no te deja. Da igual que seas el tío más fuerte o inteligente del mundo, el cerebro es un poco cabrón a veces. Y ello derivó en problemas económicos, porque tanto tiempo sin trabajar y sin ganar dinero, pues luego tiene sus consecuencias.
De lo que más me arrepiento es de habérmelo comido yo solo, sin contar con nadie. Soy muy individualista y nunca comparto mis miserias con amigos ni familiares. Tampoco me arrepiento del todo, porque sé que no lo hubieran entendido. Ahora que lo veo todo con otra perspectiva, me hubiera ahorrado muchos disgustos si hubiera ido ya no al psiquiatra, sino también al psicólogo, que esto es su pan de cada día. Y bueno, al psiquiatra a por medicamentos, porque los ansiolíticos en estos casos son indispensables. Yo como soy raro no tomo nunca medicamentos (un error en este caso). Pero mi mayor error fue tirarme al alcohol simplemente para no pensar, como quién dice perdí dos años de vida en los que no hice otra cosa que autocompadecerme y estar todo el día o cocido o en la cama de resaca. Salí gracias a fumar (no tabaco precisamente) como ansiolítico natural (nunca me ha gustado fumar yerba y ya no la fumo, solo durante un par de meses en aquella época), ya que así quité el alcohol y cuando tenía pensamientos que no quería tener, me 'volaba' un poco fumando.
A los dos años ya estaba mejor, aunque a día de hoy todavía de vez en cuando me da un poco de 'chungo' en algunas situaciones, pero nada que ver con antaño.
Lo primero que debí haber hecho es ir al psiquiatra y al psicólogo, y bien concienciado de que estaría uno o dos años jodido, pero ahora sé que podría compatibilizar de alguna forma el estar jodido con más actividades. Lo último que haría sería volverme a tirar al alcohol y aprovechar el tiempo sabiendo que aún quedan muchos años por delante y se podrán hacer cosas.
Recientemente se murió un familiar mío muy cercano y sorprendentemente no me ha afectado lo más mínimo (bueno, un poco pero nada que ver con antaño). He visto la muerte como algo natural. Se ve que uno se insensibiliza, o que el cerebro ya no se cabrea tanto por los cambios vitales bruscos. O igual es que me he vuelto un monstruo... espero que no.
En tu caso te imagino como estuve yo de mal, y la verdad es que es indescriptible para el que no lo ha pasado. Te espera un camino bien jodido pero se sale (no del todo, pero se aprende a llevar de forma natural). Cuando pases el bajón bajón luego te irá subiendo la autoestima poco a poco y volverás a ser tú mismo. En mi caso fue como si se me hubiera destruido el 'yo', y ahora que me veo es como si hubiera estado medio loco y pasando de todo. Cierto es que algo de locura me ha quedado, y ya no le doy la importancia que le daba a las cosas antes, ahora le doy prioridad a mi estabilidad mental por encima de todo y de todos. Lo que me ha quedado también es una aversión terrible a los consejos, si lo he pasado tan mal y he salido yo solo, no admito que nadie me diga ahora lo que puedo o no puedo hacer, y mucho menos lo que debo o no debo hacer, o lo que es mejor o peor para mi.
Búscate gente con la que hablar del tema, si no son familiares ni amigos (que muchas veces no es lo más recomendable), el psicólogo es la mejor opción. Y sino, siempre quedará Internet. Con apoyos se lleva todo mucho mejor, aunque sea de desconocidos. Ojalá hubiera tenido yo las luces en su día para haberlo llevado mejor.