Financiación, influencias y opacidad: la economía política de la COP

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Cuando el dinero privado pesa y el procedimiento se cierra, el sesgo regulatorio no es un accidente: es diseño institucional.

Empecemos por lo obvio. La salud pública cuesta. ¿Quién paga la COP y qué recibe —en acceso, prestigio u orientación de la agenda— a cambio de su filantropía?

Una parte significativa del financiamiento internacional contra el tabaco procede de donantes privados que no sólo apoyan políticas, sino que a veces ayudan a redactarlas. Se han documentado, por ejemplo, apoyos económicos a campañas que “facilitaron 103 prohibiciones estatales y locales de e-cigarrillos con sabor” en Estados Unidos y, en Filipinas y México, ese activismo fue objeto de escrutinio por posible interferencia en procesos políticos. No es un juicio de intenciones; es una constatación de capacidad de influencia.

A la vez, muchos países de renta baja y media dependen de esos fondos para implementar el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), y la OMS depende de contribuciones voluntarias para una parte de su trabajo técnico. Con ese paisaje, no extraña que el sesgo regulatorio haya tendido a prohibir o restringir productos de menor riesgo en lugar de regularlos con proporcionalidad. La consecuencia es un peso desmedido de ciertas prioridades en la agenda internacional, con escaso escrutinio democrático.

La supuesta transparencia ayuda poco. Aunque se nombra y agradece a algunos Estados por sus aportes, no hay información pública desagregada sobre otras “entidades” que apoyan al secretariado: quién, cuánto, para qué. Y la mayor parte de los procedimientos ni se transmite ni se transcribe. La opacidad es una elección de diseño, no un accidente.

Mientras tanto, los indicadores globales se mueven despacio. El objetivo voluntario —reducir el consumo un 30% para 2025, adoptado en la COP6— “se ha perdido por un margen considerable”. A escala global, sigue fumando aproximadamente uno de cada cuatro hombres, más de mil millones de personas usan tabaco y el statu quo mata a ocho millones de personas al año.

Ese es el coste de oportunidad del dogma. Allí donde los productos de menor riesgo se han utilizado para acelerar la caída del tabaquismo, bloquear esa paleta regulatoria exporta inmovilidad. Una lectura crítica lo dice sin rodeos: si la reforma del CMCT es posible, vendrá de las Partes que ya adoptaron, habilitaron y apoyaron el acceso a esas alternativas y vieron caer la combustión; su responsabilidad ahora es blindar lo logrado frente a decisiones de la COP.

Qué se está jugando realmente

No es sólo dinero; es gobernanza. Financiación concentrada + proceso opaco = asimetría de influencia. Cuando pocos pagan mucho, su capacidad de establecer la agenda crece; cuando el foro cierra la puerta, las categorías se endurecen; cuando las categorías se endurecen, proliferan los eslóganes.

Salvaguardas razonables (sin demonizar a nadie)

  • Firewall 5.3 bien entendido: protege la política frente a la industria del tabaco, pero no justifica desoír a usuarios, médicos o académicos sin conflicto.
  • Transparencia ex ante: publicar todas las contribuciones voluntarias (quién, cuánto, finalidad) con informes de ejecución.
  • Registro de lobby y expertos: agenda pública de reuniones, declaraciones de interés y criterios de selección de paneles.
  • Proporcionalidad del riesgo: marcos que desincentiven la combustión y regulen —no prohíban por defecto— alternativas de menor daño.
  • Evaluación independiente: auditorías metodológicas de los informes que fundamentan decisiones clave.

Qué mirar en la COP (si pudiéramos)

  • Notas a pie de página: menciones a donantes en documentos técnicos, líneas de financiación y “agradecimientos”.
  • Criterios de admisión: quién entra como observador y por qué; ausencia sistemática de usuarios y consumidores.
  • Lenguaje operativo: si “reducción de daños” aparece entre comillas o como herramienta legítima.
  • Definiciones clave: “humo”, “producto de tabaco”, “nicotina” —dicen más que un discurso.

En resumen: la economía política de la COP no es un pie de página, sino la primera página. Si el foro aspira a la universalidad sanitaria, necesita reglas de transparencia y proporcionalidad que reduzcan el humo —y el ruido— sin sacrificar la evidencia ni capturar el proceso.

Precisión y cautelas (para no confundir correlación con causalidad)

  • Hechos verificables: existen donaciones privadas significativas al control del tabaco; muchos PMRB dependen de ese apoyo; parte del trabajo de la OMS se financia con contribuciones voluntarias; la COP transmite poco y publica pocas transcripciones.
  • Inferencias razonables (no probadas por sí solas): mayor dependencia → mayor influencia potencial en la agenda; opacidad procedimental → menor escrutinio;el  sesgo hacia prohibiciones puede estar asociado a esa estructura de incentivos.
  • Como resolver a dúvida: datos abiertos de financiación + trazabilidad de cómo un insumo técnico se transforma en decisión política.

Ficha rápida — COP11 (CMCT)

  • Dónde y cuándo
    • Ginebra, Suiza — 17 a 22 de noviembre de 2025
  • Cómo se decide
  • Informes públicos: se publican 75 días antes
  • “Consenso” con válvulas de escape: si no hay objeciones, se adopta; si las hay, se buscan redacciones de compromiso
  • Redacciones nocturnas: grupos pequeños, sin traducción garantizada
  • Presión regional: alineamiento de posiciones por bloques al amanecer
  • Qué mirar en la agenda
    • Ítem 4.5 y documentos “de visión de futuro” (art. 2.1)
    • Temas ligados a los artículos 5.2(b), 6, 8, 9–10, 11, 13 y 16
  • Marco regulatorio por artículos (qué habilita cada uno)
    • 5.2(b) — Regulación integral: marcos y coordinación nacional que incluyen productos emergentes
    • 6 — Precio e impuestos: medidas fiscales sobre productos de nicotina para reducir la demanda
    • 8 — Entornos libres de humo/aerosol: protección frente a la exposición; varios países lo extienden a vapores y emisiones de dispositivos
    • 9 y 10 — Contenido, emisiones y evaluación científica: fijación de normas de contenido y obligación de informar a la autoridad; ya aplicados a cigarrillos electrónicos y productos calentados
    • 11 — Empaquetado y etiquetado: advertencias sanitarias adaptadas a nuevos formatos de producto
    • 13 — Publicidad, promoción y patrocinio: alcance al marketing de cigarrillos electrónicos y dispositivos, incluida la promoción digital e ‘influencer’
    • 16 — Ventas a menores: prohibición de venta y regulación de puntos de venta y máquinas; extensible a vapeadores y pods
  • Cómo seguir desde fuera
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REDACCION VT
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