Yo creo realmente que un poco de las dos cosas (es una opinión personal).
Siempre he sido muy viciosillo, de hecho empecé en el mundo de los vaporizadores de material seco y resinas vegetales mucho antes de que empezaran a aparecer los primeros cigarrillos electrónicos. El caso es que fumaba como un carretero y ya había tenido como 10 intentos de dejarlo, notaba que me estaba haciendo daño. En mi curro había una señora que se había comprado uno de los primeros, a mi me parecía una burrada (a saber la mierda que se está metiendo, pensaba). Después vi como iba evolucionando y cambiando a cacharros que cada vez se parecían más a los vaporizadores del mundo del cannabis. Aunque el principio no era el mismo, me sentía identificado por varias razones. La primera fue la que me hizo investigar más sobre el cigarrillo electrónico y me hizo darme cuenta de que de cigarrillo tenía muy poco, y es que algo que crea tanta polémica y hace que gobiernos, farmacéuticas y tabacaleras creen tanto revuelo y de unas formas y argumentos tan desencajadas entre si, hablen cosas malas, es como siempre, que nos están ocultando una verdad. La segunda era mi necesidad evidente de dejar de fumar y la tercera, que fue cuando ya me metí de lleno a vapear, es que me di cuenta de que era un vicio que me molaba mucho, el probar nuevos líquidos y aromas, las sensaciones que da vapear en cada cacharrito, aprender de electrónica, de química y de física, molaba mucho más que el fumar.
Yo creo que estamos ante un dilema, porque aunque no lo queramos también estamos a merced de un negocio creciente y por mucho que no queramos, vivimos en una sociedad de consumo masivo y acabamos dejando que nos coman el coco con la publicidad. En realidad no hace falta un mod de 200w para vapear y es una burrada consumir 20ml de liquido al día, y hay tantos fabricantes y marcas de cosas nuevas que no es necesario preocuparse por conocer a todos, pero yo mismo siempre tengo el piquillo de comprarme algo que he visto en alguna revisión o alguna página de las que visito. La búsqueda por el cacharro que nos satisfaga o la del nuevo aroma siempre esta ahí, es como el sexo en la pareja, si no se reinventa cada tanto, puede resultar muy monótono, y acabas poniendo los cuernos o siendo un infeliz.
Y por su puesto que es parte de un vicio, por lo que ami respecta eso no tiene porqué ser malo. Vicio es la tele, el fútbol, el trago, el sexo, las drogas, el café. La cuestión es hasta que punto puedes tomar conciencia de tu vicio sin que este se apodere de tu conciencia. Somos tan débiles como para dejar que en nombre de la protección de papá estado solo hagamos lo que nos piden mientras solo un ente superior o algunos en el tope de la pirámide deciden por nosotros que es el bien y el mal?
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