Lo que debemos tener claro para tener una buena experiencia con un mecánico sin kick es que uno de los secretos está, aparte de en su calidad y conductividad, en las resistencias que hagamos.
En un mecánico sin kick nos tenemos que olvidar del wataje fijo, que nos hace experimentar unas caladas más o menos homogéneas.
Aquí nos debemos guiar por el voltaje. Se recomienda, con bastante acierto según mi gusto y experiencia, vapear a un voltaje que sea el resultado de sumar 2 al valor de la resistencia en ohmmios. Pero sabemos que la máxima carga que tendremos en la batería es de 4,2 voltios. Pues bien, no tiene sentido utilizar un mecánico con una resistencia de 2,2 Ohm, ni de 2 Ohm, ya que nos vamos a quedar a dos velas enseguida.
Lo acertado es confeccionar resistencias que estén entre 1,3 y 1,5 Ohm, momento en que debemos pensar ya en cargar las baterías. Así en los últimos momentos estaremos vapeando a una potencia aceptable 1,5 Ohm+2=3,5 V.
Esto obliga, eso sí, a ser muy cuidadosos a la hora de hacer el setup para que exista un drenaje adecuado. Si es muy abundante, en los primeros minutos de vapeo donde la batería está muy cargada no habrá problemas pues será capaz de evaporar todo el líquido y no habrá inundaciones. Ahora bien, cuando caiga la carga de la batería y más si somos de los de calada larga, atraeremos hacía la resistencia más cantidad de líquido del que pueda evaporar está y comenzará a haber excedentes del mismo en la campana.
Por el contrario, un setup que drene lo justito para que incluso en las primeras caladas nos sepa un poco quemadito vendrá bien para el resto de la sesión de vapeo. Si este sabor quemadito es desagradable no hay más que dar un par de caladas en vacío; es decir, tapando el orificio de ventilación para que al sorber llevemos líquido a la resistencia sin que ésta lo queme y quede bien empapada la fibra.
Esa es mi experiencia, por si os sirve de algo.
En un mecánico sin kick nos tenemos que olvidar del wataje fijo, que nos hace experimentar unas caladas más o menos homogéneas.
Aquí nos debemos guiar por el voltaje. Se recomienda, con bastante acierto según mi gusto y experiencia, vapear a un voltaje que sea el resultado de sumar 2 al valor de la resistencia en ohmmios. Pero sabemos que la máxima carga que tendremos en la batería es de 4,2 voltios. Pues bien, no tiene sentido utilizar un mecánico con una resistencia de 2,2 Ohm, ni de 2 Ohm, ya que nos vamos a quedar a dos velas enseguida.
Lo acertado es confeccionar resistencias que estén entre 1,3 y 1,5 Ohm, momento en que debemos pensar ya en cargar las baterías. Así en los últimos momentos estaremos vapeando a una potencia aceptable 1,5 Ohm+2=3,5 V.
Esto obliga, eso sí, a ser muy cuidadosos a la hora de hacer el setup para que exista un drenaje adecuado. Si es muy abundante, en los primeros minutos de vapeo donde la batería está muy cargada no habrá problemas pues será capaz de evaporar todo el líquido y no habrá inundaciones. Ahora bien, cuando caiga la carga de la batería y más si somos de los de calada larga, atraeremos hacía la resistencia más cantidad de líquido del que pueda evaporar está y comenzará a haber excedentes del mismo en la campana.
Por el contrario, un setup que drene lo justito para que incluso en las primeras caladas nos sepa un poco quemadito vendrá bien para el resto de la sesión de vapeo. Si este sabor quemadito es desagradable no hay más que dar un par de caladas en vacío; es decir, tapando el orificio de ventilación para que al sorber llevemos líquido a la resistencia sin que ésta lo queme y quede bien empapada la fibra.
Esa es mi experiencia, por si os sirve de algo.