Suecia se perfila como la primera nación libre de humo, con menos del 5 % de su población adulta consumiendo tabaco. Esta hazaña la sitúa diecisiete años por delante en el objetivo propuesto por la Unión Europea. El informe titulado «La experiencia sueca», recientemente traducido al español, desglosa el camino recorrido por este país escandinavo en su lucha contra el tabaquismo.
En un giro sorprendente para muchos, Suecia ha emergido como un modelo a seguir en la lucha contra el tabaquismo. Según un informe reciente, que ahora se publica en español, el país ha logrado reducir su consumo de tabaco a un impresionante 5 %, un umbral establecido por la Organización Mundial de la Salud y la Red Europea para la Prevención del Tabaquismo para designar a una nación como «libre de humo». Esta hazaña no se logró simplemente con prohibiciones y regulaciones restrictivas, sino a través de una combinación de estrategias, algunas de las cuales surgieron orgánicamente de las preferencias de los consumidores de productos sin combustión.
Varios colaboradores internacionales respaldan el informe «La experiencia sueca», escrito bajo el liderazgo de los doctores Karl Fagerström, miembro fundador de la Sociedad para la Investigación sobre la Nicotina y el Tabaco (SRNT), Anders Milton, expresidente de la Asociación Médica Mundial, y Delon Human, consejero del secretario general de la ONU. Este documento no solo detalla la impresionante evolución de Suecia hacia la reducción significativa del tabaquismo, sino que ofrece una hoja de ruta para otros países que buscan replicar este éxito, en el que destaca la importancia de las estrategias de reducción de daños.
Un camino a seguir
El Dr. Diego Verrastro, miembro fundador y portavoz de la Red Latinoamericana por la Reducción de Daños Asociados al Tabaquismo (RELDAT), ha sido uno de los expertos involucrados en la elaboración del informe. «El notable éxito de Suecia sirve como un modelo ejemplar, ya que otros países pueden tomar como referencia su experiencia y adoptar políticas análogas para disminuir la morbilidad y mortalidad asociadas al tabaco».
De acuerdo con el mencionado informe, si el resto de Europa siguiera el «modelo sueco» de reducción de daños, incentivando a los fumadores a optar por productos alternativos, se podrían prevenir más de 3,5 millones de muertes en la Unión Europea en la próxima década. Para el representante de RELDAT, una red compuesta por profesionales de la salud y científicos latinoamericanos que abogan por la reducción de daños en el consumo de tabaco, emular y adaptar la experiencia sueca podría resultar en la salvación de innumerables vidas en los países de ingresos bajos y medios, donde se encuentran la mayoría de fumadores del mundo.
Lo que es aun más notable es que Suecia ha logrado estas cifras mientras mantiene una incidencia de cáncer significativamente más baja que la de otros países europeos. El informe sugiere que esto se debe en parte al uso de alternativas al tabaco, como el snus y los cigarrillos electrónicos. Los suecos han optado por productos alternativos como los cigarrillos electrónicos, el snus y las bolsitas de nicotina en lugar del cigarrillo tradicional. El enfoque de Suecia demuestra que es viable obtener resultados positivos al explorar alternativas que están fuera de las medidas convencionales propuestas por el Convenio Marco para el Control del Tabaco, que hace mucho tiempo parecen haber alcanzado su límite de efectividad.
Queda mucho por hacer
A pesar de los anterior, el informe no es complaciente. Aunque reconoce la importancia de las medidas regulatorias tradicionales, como el aumento de impuestos y las restricciones publicitarias, y subraya la necesidad de una investigación continua sobre la eficacia y seguridad de las alternativas a la nicotina, los autores reconocen sus limitaciones. Los científicos deben estar a la vanguardia, explorando los impactos a largo plazo de estos productos en la salud y aportar datos sólidos sobre estrategias y prácticas exitosas que los responsables de políticas públicas a nivel mundial puedan implementar para atenuar las enfermedades y muertes vinculadas al tabaco.
El informe sueco ofrece una visión fresca y progresiva en el campo del control del tabaco. Mientras que las estrategias tradicionales tienen su lugar pero se encuentran estancadas en términos de eficacia, la experiencia de Suecia muestra que una combinación de enfoques, respaldada por la investigación y la innovación, puede llevarnos más cerca de un mundo libre de humo.
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