Con un enfoque educativo y una legislación equilibrada el gobierno de Nueva Zelanda alienta a los fumadores a cambiar a los cigarrillos electrónicos y consigue buenos resultados.
El 11 de noviembre de 2020, Nueva Zelanda aprobó la histórica legislación sobre el vapeo. A la par de la entrada en vigor de la “Ley de Enmienda de Ambientes Libres de Humo y Productos Regulados (Vaping)”, el gobierno ponía en marcha una exitosa campaña educativa, sobre todo a través de un sitio web institucional del Ministerio de Salud, con numerosas informaciones a la ciudadanía. Al cargar la página principal de Vaping Facts se leen los directos y precisos mensajes de que «Vapear es menos dañino que fumar», “El vapeo puede ayudarle a dejar de fumar” y “ No empiece si no fuma”.
Desde aquel 11 de noviembre, se prohibió el vapeo en lugares de trabajo, escuelas, centros de educación y atención a la primera infancia. Así mismo, se prohibió la venta de productos de vapeo a menores de 18 años, al igual que toda publicidad y patrocinio relacionado con estos productos.
Dos años después, según Nancy Loucas, coordinadora de la Coalición de Defensores de la Reducción de Daños del Tabaco de Asia Pacífico (CAPHRA), es posible suponer con base en los hechos que la ley viene logrando el equilibrio entre garantizar que los productos de vapeo estén disponibles para los fumadores que desean cambiar a una alternativa menos dañina y garantizar que no se comercialicen a los más jóvenes. Aun así, el mensaje distorsionado de pánico moral hacia el peligro del vapeo en los más jóvenes también tiene eco en el país.
“Los gobiernos, los políticos y los funcionarios de todo el mundo continúan estudiando lo que ha hecho Nueva Zelanda para reducir a la mitad su tasa de tabaquismo”.
“Si el vapeo juvenil es un problema, la solución no es cambiar la ley, que ya es más que adecuada. Las soluciones se encuentran en la responsabilidad de los padres y una mayor aplicación por parte del regulador. Se pueden aplicar fuertes sanciones a quienes sean sorprendidos vendiendo a menores. Cualquier minorista deshonesto ahora debe enfrentar las consecuencias, ya que está haciendo que una buena legislación se vea mal”, dice Loucas, quien también es cofundadora de Aotearoa Vapers Community Advocacy (AVCA).
“Nueva Zelanda está actuando directamente con el público y, posteriormente, está en camino de lograr el proyecto Smokefree 2025. En contraste, la prohibición de Australia de productos de nicotina más seguros y su alarmismo financiado con fondos públicos ha asegurado que su tasa de tabaquismo apenas se haya movido en los últimos años”, dice. De acuerdo con Loucas, ahora es el momento de atacar el tabaco con fuerza, no de volver a litigar las reglas y regulaciones de vapeo.
Con el objetivo de limitar aún más el atractivo y el acceso al tabaco mortal, el comité selecto de salud del parlamento debe informar sobre el proyecto de ley de enmienda de ambientes libres de humo y productos regulados (tabaco sin humo) antes del próximo 1 de diciembre.
“Mantener el rumbo con su enfoque en la Reducción de Daños es la forma en que Nueva Zelanda aplastará el tabaco y salvará miles de vidas”.
“Los gobiernos, los políticos y los funcionarios de todo el mundo continúan estudiando lo que ha hecho Nueva Zelanda para reducir a la mitad su tasa de tabaquismo y poner los espacios libres de humo en la mira. Mantener el rumbo con su enfoque en la Reducción de Daños es la forma en que Nueva Zelanda aplastará el tabaco y salvará miles de vidas cada año”, dice Nancy Loucas.
Nueva Zelanda consiguió reducir el tabaquismo a mínimos históricos e implementar políticas sólidas para promocionar alternativas menos riesgosas para el consumo de nicotina.
El consumo de nicotina por medio del vapeo se incrementó drásticamente en el país, pasando del 3,1% (2019) al 9,6% (2021). Y, al mismo tiempo, el consumo diario de tabaco decreció hasta llegar al 1,3% (desde el persistente 2% entre 2015-2019), según la encuesta Youth Smoking and Vaping Factsheet de 2021.
Estos datos son muy similares a los que llegaron los estudios realizados por el Ministerio de Salud neozelandés. La NZ Health Survey ha encontrado que el consumo de vapeo pasó del 2,5% al 6,2%, al paso que el consumo diario de cigarrillo, que estuvo en 11,9%, pasó al 9,4% en 2021.
A la espera de datos de 2022, lo que se puede inferir es que la caída del consumo de tabaco sigue una sintonía con el crecimiento del consumo del vapeo. Incluso antes de la vigencia de la histórica legislación a favor de la reducción de daños, los diversos datos recogidos mostraban la participación del vapeo en la caída de las ventas de cigarros tradicionales. Los números publicados por el Ministerio de Salud acerca de la venta de cigarrillos registraron una disminución anual de 8,1% entre 2017 y 2019, en el mismo periodo en que la Agencia de Promoción de la Salud de Nueva Zelanda descubrió que el 23% de quienes habían intentado dejar de fumar recientemente habían usado un vaporizador de nicotina.
La experiencia Neozelandesa, que puede convertirse en un ejemplo factible para otros países, deja claro que la simple disponibilidad de productos de reducción de daños puede ayudar a los fumadores a dejar de fumar.
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