La historia del vapeo en Reino Unido demuestra la importancia de abrirle la puerta a la reducción de daños para combatir el tabaquismo.
Como un producto de consumo normal y corriente desde 2012, los cigarrillos electrónicos son parte fundamental de la histórica caída de las tasas de tabaquismo en el Reino Unido, que pasaron de cerca del 21 % en 2011 a menos del 15 % en 2020. Pero para llegar a esa popularidad y tener políticas públicas valiosas, como vaporizadores gratuitos para personas embarazadas que fuman, tiendas de vapeo en hospitales o la prescripción en los servicios públicos de salud, lo que se hizo en el Reino Unido fue un ejercicio de diálogo y consideración de la ciencia en el campo político.
En 2015, Public Health England, una agencia ejecutiva del Departamento de Salud y Asistencia Social, publicó el informe titulado “Cigarrillos electrónicos: un consenso de salud pública emergente”, que entregó la famosa conclusión de que vapear era al menos un 95 % menos dañino que fumar. El informe fue respaldado por importantes agrupaciones como Action on Smoking and Health (ASH), la Asociación de Directores de Salud Pública, la Fundación Británica del Pulmón, Investigación del Cáncer del Reino Unido, la Facultad de Salud Pública, la Real Sociedad de Salud Pública, el Centro de Estudios sobre el Tabaco y el Alcohol del Reino Unido, el Foro de Salud del Reino Unido y el muy prestigioso Royal College of Physicians, un pionero en el combate al tabaquismo.
Una institución líder
El Dr. Sanjay Agrawal, profesor de Ciencias Respiratorias del Instituto de Salud Pulmonar del Reino Unido, revisó la historia del Royal College of Physicians (Real Colegio de Médicos) desde su creación en 1518 por el rey Enrique VIII hasta 1962, cuando se publicó el informe «Fumar y salud», el documento inaugural de combate contra el tabaquismo en el mundo. Aunque rechazado o ignorado por gran parte del público, los medios, los políticos y los propios profesionales de salud, el informe ha influido en la comprensión de la relación entre diversas enfermedades y el hábito de fumar, estableció las bases para el campo del Control del Tabaco e inspiró la formación de grupos de combate del tabaquismo en el mundo.
El carácter pionero del Royal College of Physicians se vio de nuevo en 2015 cuando, analizando las evidencias científicas y clínicas de entonces sobre los cigarrillos electrónicos, declaró en un nuevo informe que estos productos debían ser utilizados con cierta seguridad en la reducción de daños por tabaquismo, lo que fue ampliamente adoptado como política pública en el Reino Unido.
“La clave del éxito en la reducción del daño del tabaco es la colaboración: trabajar juntos, compartir datos, explorar, innovar, generar confianza y hablar entre nosotros (científicos)”, declaró Agrawal en uno de los eventos mas importantes del año, la décima edición inglesa de la cumbre del cigarrillo electrónico de 2022, E-Cigarette Summit.
Las evidencias
La orientación hacia la reducción de daños por tabaco adoptada como política pública de salud para disminuir los problemas relacionados con el hábito de fumar viene siendo refrendada hace algunos años por la acumulación de evidencias científicas. El Grupo Cochrane de Adicción al Tabaco, una unidad de investigación vinculada a la Universidad de Oxford que hace lo que se considera el estándar de oro en los ensayos controlados aleatorios, hace una revisión sistemática de las más solidas evidencias científicas explorando los efectos de dar cigarrillos electrónicos a los fumadores con el propósito explícito de ayudarlos a dejar de fumar o hacer la transición al vapeo.
La actualización más reciente del Grupo Cochrane, publicada en noviembre de 2022, ha encontrado que:
- “Con alta certeza” más personas dejaron de fumar con éxito en 6 meses o más usando cigarrillos electrónicos;
- “Con moderada certeza” más personas dejan fumar a los 6 meses o más usando cigarrillos electrónicos de nicotina;
- Con “certeza muy baja” (debido al riesgo de sesgo de los sujetos) aquellos que usaban cigarrillos electrónicos de nicotina mostraron tasas de abandono más altas al analizar el uso de cigarrillos electrónicos de nicotina versus el apoyo conductual o la ausencia de apoyo.
Otro estudio reciente de Action on Smoking and Health y la Oficina de Mejoramiento y Disparidades de la Salud concluyó que poco más del 50 % de los fumadores a quienes se les dieron cigarrillos electrónicos para ayudarlos a dejar de fumar seguían usándolos después de 6 meses o más, con el número que había dejado de fumar por completo en una tasa superior al 75 %.
El éxito de la reducción de daños
Al lado de las evidencias científicas, la experiencia del Reino Unido con el vapeo demuestra que la reducción de daños funciona en el combate de los problemas relacionados con el tabaquismo. La Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) del Reino Unido ha publicado datos que demuestran que la tasa de fumadores mayores de 18 años en 2021 disminuyó a un mínimo histórico del 13,3 %.
La ONS describió la caída en el número de fumadores desde la tasa del año anterior, del 14,0 %, como estadísticamente significativa y concluyó que el vapeo había jugado «un papel importante» en esta reducción.
Aunque todavía haya un largo camino por recorrer, porque un tercio de los fumadores británicos todavía no ha probado un cigarrillo electrónico, en el Reino Unido el público ya está acostumbrándose a escuchar sobre el vapeo en los medios de comunicación y el número creciente de vapeadores significa que la mayoría de la gente conocerá a un amigo o familiar exfumador que ha dejado el tabaco cambiando los cigarrillos combustibles por algún tipo de producto de vapeo.
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