¿Es inocuo tomar alcohol o café? No.
¿Pueden generar dependencia? Sí.
¿Es recomendable que alguien que jamás los ha consumido se inicie? No.
¿Es alarmante que un adulto lo haga? No.
¿Es el
consumo de nicotina a través del vapeo comparable a esos dos hábitos? Sí.
Repito: ¿Es recomendable? No. ¿Es alarmante? No debería.
Y mucho menos alarmante debería ser el vapeo sin nicotina.
Una persona adulta debe valorar los pros y los contras y tomar una decisión por sí misma sin ser estigmatizada por ello.
El vapeo es una herramienta de dejación tabáquica, pero también es la herramienta que deberíamos recomendar usar a todas aquellas personas que, de otra forma, se iniciarían en el consumo de tabaco en el futuro.
¿O acaso para poder vapear se debe de fumar primero? Mala recomendación para el que desee iniciarse.
Por mucho que no nos guste, por mucho que no sea ideal, seguirán apareciendo nuevos consumidores.
El vapeo no solo es una herramienta para dejar el tabaco. Es la herramienta que lo dejará obsoleto.
No interpretéis mis palabras como apología al consumo, sino como una reflexión con los pies en la tierra.
La gente consume sustancias por placer, y eso no dejará de ser así aunque nos incomode.
Antes de poner el grito en el cielo por lo que he dicho, pensadlo con calma.