Hola! :smile:
Me gustaría que quienes se han pasado al vapeo para dejar de fumar, compartieran sus experiencias: habéis sentido síndrome de abstinencia?
Yo entré en esto del vapeo de una, sin haberme hecho ningún planteamiento previo ni nada. No sabía ni que existía esta alternativa, es que ni tan siquiera había visto nunca a nadie vapeando. La cuestión es que han abierto una tienda justo frente donde vivo, jajaja, y el lunes me dio por entrar a preguntar, por curiosidad. La pareja que lleva la tienda es sencillamente increíble y maravillosa; me explicaron muchas cosas y cómo no, me hicieron probar un vapeador. Bueno, bueno, bueno!!! Aquella primera calada me supo a gloria bendita. Ni toses, ni picores, ni golpe de garganta, ni mareo, ni nada de nada. Me atrapó inmediatamente, al punto que salí de allí con mi primer equipo. Media hora después de estar vapeando en casa, me dio por encender un cigarrillo por curiosidad (para contrastar la diferencia) y casi vomito del asco. No pude dar más de tres caladas y lo tiré. En ese momento decidí que no volvería a fumar nunca más.
Al día siguiente, mi cacharro se quedó sin batería. Entré en pánico, lo puse a cargar y salí disparada a la tienda (insisto, la tengo justo enfrente) y les dije que necesitaba otro vapeador para ir alternando, ya no solo por el tema de carga de la batería si no también porque así podría tener en cada cacharro distintas cargas de nicotina y/o sabores para ir alternando. Ellos me habían recomendado comenzar -como mínimo- con 6 mg de nicotina (tomando en cuenta lo que yo solía fumar), pero yo que soy así de chula me llevé líquidos con 3 mg. De hecho, me llevé un bote pequeñito de 6 mg y uno gigante de 3 mg, pensando que dejaría el de 6 mg para momentos puntuales y darle caña al de 3 mg.
Y supongo que fue un error... Me explico. Estuve hasta ayer a mediodía con el subidón de la novedad, sintiendo verdadero placer vapeando. Es que ni me acordaba del tabaco, no lo echaba de menos para nada y estaba como en un estado de éxtasis continuo. Es que el sabor, el aroma, los nubarrones... ¡todo resulta tan delicioso y atractivo! Eso sí, he estado en modo locomotora total, jajaja. Bueno; la cuestión es que ayer a mediodía comencé a encontrarme mal. Esa noche había dormido fatal, despertando muchas veces con angustia. Pero a mediodía entré en un estado de ansiedad tremendo que iba en aumento y de pronto me comenzó a pasar por la cabeza la idea de... ¿y si me fumo un cigarro a ver qué pasa? Eso no hizo más que aumentar la ansiedad, porque comencé una lucha interna titánica, en la que me decía a mi misma que ni hablar, el cigarro ni tocarlo! Pero a la vez, tenía esa idea cada vez más obsesiva de "probar a ver qué pasa".
Mal humor, una ansiedad que iba en aumento, un nerviosismo con temblores y todo... Mala, mala me puse, ehh? Lo que me llama la atención es que realmente yo no tenía "deseos" de fumar, en absoluto; era más como una obsesión en mi cabeza, como que algo me faltaba... Y entonces pensé que igual era porque los 3 mg me estaban siendo insuficientes. Resulta que el sabor del único bote de 6 mg que compré no me gustaba, me resultaba casi un castigo vapear con él y claro, apenas lo usaba. Entonces bajé corriendo a la tienda y me aumentaron el bote grande de 3 mg a 6 mg y, al rato de estar vapeando como una posesa, se me quitó TODO. Ni golpe de garganta, ni tos, nada. Y mira que en la tienda me dijeron que fuera con calma porque igual me "rascaba" al principio, pero nada que ver; una gozada, entra suave como la seda. Y ojo, que saco unos nubarrones impresionantes!
Desde anoche vuelvo a estar en la gloria, con un sabor que me encanta y a 6 mg, en modo chupete total. Estoy feliz, tranquila, relajada... Mi duda es la siguiente: podría volver a pasarme lo mismo en unos días? Es decir, podría necesitar aumentar otra vez la dosis? Por todo lo que voy leyendo, lo suyo es que suceda al contrario y cada vez bajas mas la dosis; por otra parte, también he leído que influye el equipo que tengas, ya que con distintos parámetros llegas a "sacar" más nicotina en las caladas, pero eso lo dejo para cuando "suba" de nivel en Reyes (si es que aguanto, porque he probado el dripeo y... joder, macho! Eso es otra cosa!!!). Mientras, me encuentro muy cómoda con el Stick V8 (el Aspire PockeX se me quedó corto el primer día, jajaja).
Entonces, después de mi mega tocho, mis dudas son esas: era cuestión de ajustar la dosis que realmente necesitaba o voy a volver a subir otra vez en algún momento? Cómo lo habéis vivido vosotros? Y otra duda que tengo es: habéis sentido algún síntoma de abstinencia al tabaco, pese a estar tomando la dosis correcta de nicotina? Es la primera vez en toda mi vida que dejo de fumar, no tengo ni puta idea de a qué me enfrento porque jamás lo he vivido y todo son dudas e interrogantes...
Me ayudaría mucho conocer vuestras experiencias en este sentido, ya que hasta ahora la sensación que tengo es: "no puede ser taaan fácil!!!" :vergu:
Me gustaría que quienes se han pasado al vapeo para dejar de fumar, compartieran sus experiencias: habéis sentido síndrome de abstinencia?
Yo entré en esto del vapeo de una, sin haberme hecho ningún planteamiento previo ni nada. No sabía ni que existía esta alternativa, es que ni tan siquiera había visto nunca a nadie vapeando. La cuestión es que han abierto una tienda justo frente donde vivo, jajaja, y el lunes me dio por entrar a preguntar, por curiosidad. La pareja que lleva la tienda es sencillamente increíble y maravillosa; me explicaron muchas cosas y cómo no, me hicieron probar un vapeador. Bueno, bueno, bueno!!! Aquella primera calada me supo a gloria bendita. Ni toses, ni picores, ni golpe de garganta, ni mareo, ni nada de nada. Me atrapó inmediatamente, al punto que salí de allí con mi primer equipo. Media hora después de estar vapeando en casa, me dio por encender un cigarrillo por curiosidad (para contrastar la diferencia) y casi vomito del asco. No pude dar más de tres caladas y lo tiré. En ese momento decidí que no volvería a fumar nunca más.
Al día siguiente, mi cacharro se quedó sin batería. Entré en pánico, lo puse a cargar y salí disparada a la tienda (insisto, la tengo justo enfrente) y les dije que necesitaba otro vapeador para ir alternando, ya no solo por el tema de carga de la batería si no también porque así podría tener en cada cacharro distintas cargas de nicotina y/o sabores para ir alternando. Ellos me habían recomendado comenzar -como mínimo- con 6 mg de nicotina (tomando en cuenta lo que yo solía fumar), pero yo que soy así de chula me llevé líquidos con 3 mg. De hecho, me llevé un bote pequeñito de 6 mg y uno gigante de 3 mg, pensando que dejaría el de 6 mg para momentos puntuales y darle caña al de 3 mg.
Y supongo que fue un error... Me explico. Estuve hasta ayer a mediodía con el subidón de la novedad, sintiendo verdadero placer vapeando. Es que ni me acordaba del tabaco, no lo echaba de menos para nada y estaba como en un estado de éxtasis continuo. Es que el sabor, el aroma, los nubarrones... ¡todo resulta tan delicioso y atractivo! Eso sí, he estado en modo locomotora total, jajaja. Bueno; la cuestión es que ayer a mediodía comencé a encontrarme mal. Esa noche había dormido fatal, despertando muchas veces con angustia. Pero a mediodía entré en un estado de ansiedad tremendo que iba en aumento y de pronto me comenzó a pasar por la cabeza la idea de... ¿y si me fumo un cigarro a ver qué pasa? Eso no hizo más que aumentar la ansiedad, porque comencé una lucha interna titánica, en la que me decía a mi misma que ni hablar, el cigarro ni tocarlo! Pero a la vez, tenía esa idea cada vez más obsesiva de "probar a ver qué pasa".
Mal humor, una ansiedad que iba en aumento, un nerviosismo con temblores y todo... Mala, mala me puse, ehh? Lo que me llama la atención es que realmente yo no tenía "deseos" de fumar, en absoluto; era más como una obsesión en mi cabeza, como que algo me faltaba... Y entonces pensé que igual era porque los 3 mg me estaban siendo insuficientes. Resulta que el sabor del único bote de 6 mg que compré no me gustaba, me resultaba casi un castigo vapear con él y claro, apenas lo usaba. Entonces bajé corriendo a la tienda y me aumentaron el bote grande de 3 mg a 6 mg y, al rato de estar vapeando como una posesa, se me quitó TODO. Ni golpe de garganta, ni tos, nada. Y mira que en la tienda me dijeron que fuera con calma porque igual me "rascaba" al principio, pero nada que ver; una gozada, entra suave como la seda. Y ojo, que saco unos nubarrones impresionantes!
Desde anoche vuelvo a estar en la gloria, con un sabor que me encanta y a 6 mg, en modo chupete total. Estoy feliz, tranquila, relajada... Mi duda es la siguiente: podría volver a pasarme lo mismo en unos días? Es decir, podría necesitar aumentar otra vez la dosis? Por todo lo que voy leyendo, lo suyo es que suceda al contrario y cada vez bajas mas la dosis; por otra parte, también he leído que influye el equipo que tengas, ya que con distintos parámetros llegas a "sacar" más nicotina en las caladas, pero eso lo dejo para cuando "suba" de nivel en Reyes (si es que aguanto, porque he probado el dripeo y... joder, macho! Eso es otra cosa!!!). Mientras, me encuentro muy cómoda con el Stick V8 (el Aspire PockeX se me quedó corto el primer día, jajaja).
Entonces, después de mi mega tocho, mis dudas son esas: era cuestión de ajustar la dosis que realmente necesitaba o voy a volver a subir otra vez en algún momento? Cómo lo habéis vivido vosotros? Y otra duda que tengo es: habéis sentido algún síntoma de abstinencia al tabaco, pese a estar tomando la dosis correcta de nicotina? Es la primera vez en toda mi vida que dejo de fumar, no tengo ni puta idea de a qué me enfrento porque jamás lo he vivido y todo son dudas e interrogantes...
Me ayudaría mucho conocer vuestras experiencias en este sentido, ya que hasta ahora la sensación que tengo es: "no puede ser taaan fácil!!!" :vergu: