Durante más de una década, Japón ha sido testigo de una revolución silenciosa. Entre 2011 y 2023, las ventas de cigarrillos convencionales se desplomaron mientras los productos de tabaco calentado experimentaron un auge sin precedentes. Este fenómeno, impulsado por la innovación y estrategias comerciales audaces, abrió un nuevo capítulo en la lucha global contra el tabaquismo, desafiando la ortodoxia de las políticas de control de tabaco y abriendo un futuro incierto para la salud pública.
Japón está reconfigurando el consumo de tabaco. Bien sea entre las calles bulliciosas de Tokio o en la calma serena de los templos de Kioto, el consumo de tabaco en Japón ya no es el mismo de algunos pocos años atrás.
Un estudio reciente, encabezado por K. Michael Cummings y un grupo de destacados investigadores de la Universidad Médica de Carolina del Sur y la Universidad de Michigan, ilustra la notable transformación que ha experimentado el país en sus hábitos de consumo de tabaco entre 2011 y 2023. Nutrido de datos del Instituto del Tabaco de Japón y empresas como Philip Morris International y Japan Tobacco, la investigación liderada por el Dr. Cummings revela que las ventas de cigarrillos tradicionales cayeron más del 50% en este período.
Este declive se acentuó de forma dramática a partir de 2015, cuando los productos de tabaco calentado (HTP) irrumpieron en el mercado, destacando el emblemático lanzamiento del IQOS de Philip Morris.
El poder de los productos de tabaco calentado
La tendencia no es fortuita. Japón se erige como pionero en la aceptación y expansión de los HTP, que, a diferencia de los cigarrillos, calientan el tabaco en lugar de quemarlo, reduciendo así la liberación de toxinas nocivas.
La venta de estos productos creció a un ritmo exponencial, alcanzando un aumento anual de ventas de 149% en sus primeros años. Para 2023, su adopción había transformado el paisaje del consumo de nicotina, abriendo un debate sobre su papel como herramienta de reducción de daños y posible vía de abandono del tabaquismo.
El análisis de puntos de unión (joinpoint) utilizado en el estudio señala un cambio contundente en las tasas de venta: mientras que las de cigarrillos se desplomaban, las de HTP mantenían un crecimiento sostenido. Este patrón subraya la capacidad de estos productos para capturar al consumidor que busca alternativas a los riesgos asociados al tabaco tradicional.
Japón: ¿un modelo a seguir?
De acuerdo con los autores, el notable descenso en las ventas de cigarrillos en Japón tras 2015 se da en un contexto particular: el país ha sido lento en adoptar políticas de control de tabaco alineadas con las directrices del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, especialmente en aspectos como la publicidad y el patrocinio, que son autorregulados por la Asociación de JT. Este escenario ha permitido la comercialización relativamente libre tanto de cigarrillos como de productos de tabaco calentado.
Entre 2016 y 2018, las ventas per cápita de cigarrillos cayeron drásticamente, coincidiendo con la entrada al mercado de los HTP. A partir de 2018, aunque la reducción de ventas de cigarrillos y el aumento de los HTP continuaron, lo hicieron a un ritmo más lento, influenciado por alzas impositivas y medidas de control como leyes de espacios sin humo y advertencias sanitarias más visibles.
La relevancia de este fenómeno trasciende las fronteras de Japón. Las implicaciones globales son inmensas: ¿puede la adopción de HTP replicarse en otros mercados como una estrategia de salud pública eficaz? El estudio sugiere que sí, pero plantea preguntas críticas sobre la reglamentación y los mensajes de salud necesarios para evitar que estos productos actúen como puente hacia el consumo de tabaco en jóvenes.
Japón, con su historia de innovación tecnológica y cultural, se ha convertido en un laboratorio mundial para observar las posibles evoluciones del mercado de la nicotina. Lo que comenzó como una novedad tecnológica ahora es un fenómeno de estudio y un desafío para los legisladores y expertos en salud pública. Los datos, claros y contundentes, invitan a una reflexión más profunda sobre cómo equilibrar el acceso a productos de menor riesgo con la protección de las generaciones más jóvenes.
La historia de este cambio no es solo una de cifras y porcentajes. Es un reflejo del complejo tejido de decisiones de consumo, presión comercial y políticas de salud.
Si bien los productos de tabaco calentado pueden representar un paso hacia la reducción de daños, su impacto a largo plazo aún debe ser observado con cautela, dejando una estela de interrogantes sobre las personas que deciden el futuro del control del tabaco en un mundo donde la innovación nunca se detiene.
El mecanismo detrás de esta transformación de mercado en Japón sugiere una sustitución que podría replicarse en otras regiones. Comprender estos procesos y sus implicaciones para la salud pública debe ser una prioridad para las autoridades científicas y políticas.
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