En 2019, la creciente popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes estadounidenses llevó a la FDA a tomar medidas drásticas. ¿Fueron efectivas estas intervenciones para cambiar el comportamiento de consumo entre los adolescentes? Un equipo de investigadores analizó la cuestión.
Durante 2019 fue evidente que los cigarrillos electrónicos habían ganado popularidad entre los jóvenes de Estados Unidos. Más de 5 millones de adolescentes y adultos jóvenes los utilizaban. Cerca de un millón de ellos lo hacía diariamente. De acuerdo con un informe de la Dirección General de Servicios de Salud de Estados Unidos, el 2,6 % de los estudiantes de sexto grado (11-12 años) ya había experimentado con estos dispositivos.
Pánico y medidas drásticas
Ante dicha situación, la FDA, entidad federal encargada de garantizar la salud pública, incrementó sus esfuerzos para combatir el uso de estos productos, sobre todo aquellos que fueran dulces y con sabores atractivos, aunque sus campañas han sido criticadas por carecer de enfoque pedagógico y tener un tono moralista y alarmista.
Durante el verano de ese mismo año, varias ciudades de Estados Unidos informaron sobre un brote de una enfermedad pulmonar que causó numerosos casos de síntomas respiratorios graves que resultaron en hospitalizaciones y varias muertes. Esta enfermedad se denominó —rápida e inadecuadamente— EVALI (siglas que vienen del inglés y se refieren a daño en los pulmones asociado a los cigarrillos electrónicos o el vapeo) y en poco tiempo tanto las autoridades como la prensa asociaron esta enfermedad al uso de cigarrillos electrónicos.
Las autoridades sanitarias tardaron meses en divulgar la causa exacta de la enfermedad, aparentemente sin prisa por calmar el pánico en torno al vapeo. Finalmente, se confirmó que el acetato de vitamina E, un aditivo presente en algunos cartuchos de tetrahidrocannabinol (THC) del mercado ilegal, era el responsable de las lesiones pulmonares. Sin embargo, la desinformación y la información de baja calidad sobre el vapeo y los cigarrillos electrónicos ya habían establecido en la opinión pública una relación directa entre estos y EVALI, intensificando el pánico y la oposición a estos productos de reducción de daños sustitutos de los cigarrillos.
En enero de 2020, el Centro para Productos de Tabaco (CTP) de la FDA, que regula también el vapeo, decidió tomar medidas estrictas contra los cigarrillos electrónicos tipo pod, que usan cartuchos reemplazables, dejando a un lado los productos desechables (los preferidos del mercado y de la industria) y los sistemas abiertos (favoritos de los vapeadores veteranos). Esta acción probablemente se debió a preocupaciones sobre los casos de EVALI.
Un estudio para comprender los efectos de las regulaciones
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los casos de EVALI alcanzaron su pico en septiembre de 2019 y fueron disminuyendo gradualmente hasta febrero de 2020. ¿Pero qué ocurrió con el comportamiento de los usuarios? ¿Se modificó el consumo de cigarrillos electrónicos en jóvenes tras las medidas del Centro de Productos de Tabaco en contra de los pods con sabores distintos del tabaco y el mentol?
Estas fueron las preguntas que se hicieron los investigadores del Departamento de Comportamiento de Salud del Roswell Park Comprehensive Cancer Center de Nueva York y de la Facultad de Ciencias de la Salud Pública de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá. El equipo de expertos, liderado por Karin Kasza e incluyendo a David Hammond, Jessica Reid, Cheryl Rivard y Andrew Hyland, hizo una investigación sobre cómo ha cambiado el uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes tras las medidas contra los pods con sabor.
El estudio, publicado el pasado 14 de agosto en JAMA Network Open, se centró en datos de 2019 y 2021 acerca de jóvenes de 12 a 17 años, tomados de un gran estudio llamado Evaluación de la Población sobre el Tabaco y la Salud, que representa a toda la población de EE.UU.
¿Qué encontraron?
En 2019, el estudio analizó a 8.771 jóvenes. El grupo era diverso, con casi igual número de niños y niñas y representación de diversos orígenes raciales y étnicos. Algunos jóvenes que no habían usado cigarrillos electrónicos en 2019 comenzaron a usarlos en 2021. La mayoría de ellos eligió sabores y dispositivos que no coincidían con las orientaciones de la FDA. Además, muchos de quienes usaban cigarrillos electrónicos en 2019 continuaron haciéndolo en 2021. Curiosamente, la mayoría de quienes usaron los cartuchos con sabor dulce que se señalaron en 2019 cambiaron a otros tipos para 2021. En 2021, más de la mitad de los jóvenes usuarios eligieron cigarrillos electrónicos desechables con sabor dulce.
Para los autores, el estudio sugiere que concentrarse en unos pocos tipos de cigarrillos electrónicos no parece ser suficiente. Los jóvenes simplemente cambiaron a otros sabores y tipos de dispositivos que no estaban cubiertos por las acciones de la FDA. Esto significa que si el objetivo es reducir el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, podrían ser necesarias acciones más amplias. Los hallazgos muestran cuán adaptables son los usuarios. Por último, hay que subrayar que los productos que la FDA ha buscado rechazar continúan estando disponibles.
Referencia
Youth Use of e-Cigarette Flavor and Device Combinations and Brands Before vs After FDA Enforcement. Kasza KA, Hammond D, Reid JL, Rivard C, Hyland A. JAMA Netw Open. 2023 Aug 1;6(8):e2328805. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.28805.
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