Un estudio de Consumer Choice Center en colaboración con World Vapers’ Alliance revela que conceptos erróneos y mitos sobre el vapeo, la nicotina y la reducción de daños están ampliamente extendidos entre los profesionales sanitarios y los fumadores.
Como saben todos los antiguos y actuales fumadores por su dolorosa experiencia personal, dejar de fumar es una de las cosas más difíciles de hacer. Por ello, es necesario que la sanidad pública y los políticos se esfuercen por ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Las más de 700.000 muertes que se producen cada año en la Unión Europea, por ejemplo, por enfermedades relacionadas con el tabaco deberían ser un incentivo suficiente para hacernos replantear nuestro enfoque actual.
Para ayudar eficazmente a los fumadores a dejar de fumar de forma definitiva, deben cumplirse las siguientes tres condiciones:
En primer lugar, los fumadores deben poder elegir entre el mayor número posible de opciones para descubrir qué método para dejar de fumar les funciona mejor. Las personas son diferentes y, por lo tanto, hay que poner a su disposición todas las formas posibles de dejar de fumar y asegurarse de que sean asequibles. Casi nadie (menos del 4 %) consigue dejar de fumar sin ayuda.
Para unos pocos, la terapia de sustitución de la nicotina (como los chicles o parches de nicotina) funciona. Y resulta que, para muchas personas, las nuevas alternativas a la nicotina les ayudan a dejar de fumar de una vez por todas. Estos productos van desde el vapeo o los productos de tabaco calentado hasta el snus o las bolsitas de nicotina. Lo que todas estas nuevas formas tienen en común es que separan el consumo de nicotina de la combustión del tabaco (que produce la mayor parte de la toxicidad del tabaquismo), lo que lashace mucho menos perjudiciales que fumar cigarrillos.
En segundo lugar, necesitamos un marco regulatorio moderno y abierto que se adapte a estas nuevas alternativas. Estos nuevos productos no son lo mismo que fumar. Por lo tanto, no deben estar regulados por la misma normativa que regula el tabaco. Necesitamos una regulación basada en el riesgo. El vapeo es un 95 % menos dañino que el tabaquismo y, por lo tanto, no debe ser tratado de la misma manera.
La reducción de daños debe convertirse en una pieza central de las políticas antitabaco, así como en el ámbito de los medicamentos. La reducción de daños se basa en las estrategias y soluciones prácticas para reducir las consecuencias nocivas asociadas al consumo de ciertas sustancias, en lugar del enfoque poco realista de «simplemente dejar de fumar». Animar a los fumadores que no pueden o no quieren dejar de fumar a que se pasen al vapeo es el mejor ejemplo de reducción de daños.
Por último, es esencial que los fumadores dispongan de información precisa para tomar decisiones sobre los riesgos potenciales de los distintos productos. Lo mismo ocurre con los profesionales médicos que trabajan con esos fumadores. Necesitan conocer los hechos para marcar una diferencia duradera para los fumadores.
“El vapeo tiene el potencial de ayudar a 200 millones de personas en todo el mundo a dejar de fumar”.
Los daños de la desinformación
Desgraciadamente, un nuevo estudio encargado por el Consumer Choice Center, realizado en colaboración con la World Vapers’ Alliance, revela que varios conceptos erróneos y mitos sobre el vapeo, la nicotina y la reducción de daños ampliamente extendidos entre los profesionales sanitarios y los fumadores.
La encuesta se llevó a cabo para conocer mejor el impacto de las percepciones erróneas sobre el vapeo entre los médicos de cabecera, los fumadores y los responsables políticos sobre la futura política de reducción de daños en Europa, y descubrió que solo 3 de cada 15 médicos en Alemania dicen siquiera conocer el término «reducción de daños». Por tanto, incluso las personas que podrían ayudar directamente a los fumadores a mejorar sus vidas apenas están informadas sobre la reducción de daños.
La reducción de daños del tabaco debería integrarse en la educación médica moderna. Solo el vapeo tiene el potencial de ayudar a 19 millones de fumadores en Europa y a 200 millones en todo el mundo a dejar de fumar. Sin embargo, un preocupante 33 % de los fumadores en Francia y un 43 % en Alemania creen erróneamente que el vapeo es tan perjudicial o más que los cigarrillos. Esto supone un enorme problema para la salud pública, pues estos mitos en torno a los riesgos impiden que millones de fumadores se pasen a alternativas menos nocivas, como el vapeo.
Además, el 69 % de los fumadores en Francia y el 74 % en Alemania creen erróneamente que la nicotina provoca cáncer. Las personas fuman para consumir nicotina, pero mueren por fumar, no por el consumo de nicotina. Muchos consumidores y médicos creen erróneamente que la nicotina es la causante de diversas enfermedades, a pesar de que está más que demostrado que son las otras muchas toxinas presentes en el tabaco las causantes de estas enfermedades, como ha demostrado el Servicio Nacional de Salud británico. Necesitamos una comunicación de riesgos con base científica dirigida a los fumadores, al público en general y a los profesionales de la salud para combatir este mal entendimiento del vapeo.
Al mismo tiempo, el 62 % de los fumadores en Francia y el 53 % en Alemania creen que las políticas antitabaco ignoran lo difícil que es dejar de fumar. Está claro que los fumadores no están satisfechos con los métodos tradicionales para dejar de fumar y, por lo tanto, buscan el vapeo como medio para dejarlo.
Es hora de que los políticos y los funcionarios de salud pública acepten los hechos y respalden el vapeo como herramienta de reducción de daños.
Vea el estudio en detalle aquí.
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