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El caso de Reino Unido y su apuesta gubernamental para reducir muertes y enfermedades causadas por el consumo de tabaco

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“El Reino Unido se ha convertido en la primera nación occidental en autorizar una vacuna contra la COVID-19, momento histórico en la pandemia de coronavirus”[1]. Esta frase se escuchó en muchos medios de comunicación internacionales, y sin duda representó un hito global en medio de una de las crisis de salud pública más importantes de nuestra época. Sin embargo, no es la primera vez que el Reino Unido es pionero en temas relacionados con la salud.

Los ejemplos de innovación en política pública e investigación en salud del Reino Unido se encuentran en diferentes contextos, en los que ha sido protagonista por ser un país pionero, que logra hacer inflexiones importantes o cambiar paradigmas en el abordaje de ciertos temas.

Por ejemplo, el Reino Unido emitió un novedoso enfoque en la Ley de Salud Mental de 1959 en la que consideraba que “las personas con trastornos mentales deberían ser tratadas en la comunidad y no en grandes instituciones psiquiátricas”[2]. Se trataba de un enfoque novedoso para muchos países a mediados del siglo XX. A finales de los 80 hizo la primera campaña de salud contra el SIDA. “El secretario de Salud, Norman Fowler, presentó la campaña para crear conciencia sobre la necesidad del sexo seguro”[3].

Incluso a mediados de la década de 1980, “Liverpool implementó enfoques pioneros para hacer frente a los problemas causados por el uso de drogas. La policía jugó un papel clave y la aceptación del servicio fue rápida”[4]. La estrategia logró que no se produjera una epidemia de VIH entre los usuarios de drogas inyectables en Mersey. Sin embargo, varios académicos documentan que “en aquellos días, la reducción de daños era en gran medida un «acto de fe». Desde entonces, la reducción de daños “salió del closet” y se han implementado proyectos con este enfoque en muchos lugares de Europa, Australasia, el sudeste asiático, en América del Norte y del Sur. Existe una creciente evidencia de que han tenido un impacto significativo en la salud de los consumidores de drogas”[5] y en la salud pública.

En este sentido, y frente al éxito de este enfoque, desde principios de los noventa el Reino Unido amplió la oferta de proyectos y programas de reducción de riesgo y daño. Esta llegó a ser una política pública seleccionada entre las veinte intervenciones y logros de salud pública destacados que tuvieron lugar durante los primeros veinte años del siglo XXI en Reino Unido. Entre estas está también, por ejemplo, el testeo de drogas en bares y festivales. El análisis de sustancias es “una intervención de reducción de daños que, especialmente en la segunda década del siglo, ha estado ocurriendo en un número creciente de países en todo el mundo, así como notablemente en el Reino Unido, a través de pruebas piloto extensivas en varios festivales y clubes nocturnos desde 2013”.

En 2009, David Nutt, asesor del gobierno británico, “planteó que la clasificación legal de las sustancias debería replantearse para estar más ajustada a su peligrosidad real, tanto para los usuarios como para los que les rodean, y generó una intensa polémica por estimar que el riesgo de tomar MDMA, una droga sintética también conocida como éxtasis que funciona como estimulante y aumenta la empatía, era similar al de montar a caballo”. Aunque afirmar que el alcohol es más peligroso que la cocaína, la marihuana y las anfetaminas en un país altamente consumidor de Whisky le costó su cargo, hoy en día su clasificación es una de las más utilizadas para identificar el daño individual y social de las sustancias psicoactivas[6].

Tabaco: una vez más a la vanguardia

Por décadas, una de las políticas públicas más destacadas de este país ha sido la investigación y la creación de estrategias frente al tabaco. En 1940 se publicó en el British Medical Journal la primera investigación que comprobaba el vinculo entre fumar y el cáncer. Más tarde, «en la década de 1950, varios estudios mostraron que fumar también estaba relacionado con enfermedades cardíacas”[7]. Posteriormente, en 2007, “la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados fue el tipo de legislación histórica que simplemente no aparece todos los años, lo que marca un gran cambio en la mentalidad de la ciudadanía”[8]. Su éxito se ha reflejado en que incluso está respaldada por la mayoría de los fumadores del Reino Unido. Hoy en día el 52% de ellos la apoya y solo el 25% se opone[9].

En marzo de 2011, el gobierno publicó un libro blanco de salud pública, Vidas sanas, personas sanas: un plan de control del tabaco para Inglaterra, donde definía su programa de control del tabaco durante cinco años. El plan estableció el apoyo para el control del tabaco en Inglaterra en seis áreas:
1. Detener la promoción del tabaco;
2. Hacer que el tabaco sea menos asequible;
3. Regulación eficaz de los productos del tabaco;
4. Ayudar a los consumidores de tabaco a dejar de fumar;
5. Reducir la exposición al humo de segunda mano, y
6. Comunicaciones efectivas para el control del tabaco[10].

Es así como el Reino Unido implementó todas y cada una las medidas tradicionales de control del tabaco. No obstante, reconocían que, si bien “el tabaquismo es la principal causa de enfermedades prevenibles y muerte prematura en Inglaterra, con aproximadamente la mitad de los fumadores de toda la vida que mueren prematuramente, perdiendo en promedio alrededor de 10 años de vida”[11], los resultados de estas medidas fueron disminuyendo su impacto positivo en los indicadores de salud.

La tasa de tabaquismo de adultos en Inglaterra continúa disminuyendo año tras año y ahora se encuentra en un mínimo histórico. Entre 2007 y 2017 la prevalencia del tabaquismo en la población adulta en Inglaterra se redujo del 21% al 15,5%. En 2017, el 14,9% de las personas en Inglaterra mayores de 18 años fumaba, lo que representa 6,1 millones de personas. Si esta tendencia continúa, llegará a estar entre el 8,5% y 11,7% en 2023. Public Health England le apuesta a que el plan a largo plazo del Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) se comprometa a lograr una sociedad libre de humo para 2030 con una prevalencia en adultos del 5% o menos[12].

Fuente: Public Health England. (2019). Health matters: stopping smoking – what works?

¿Cómo se ha logrado la disminución del consumo de tabaco y cómo se logrará una sociedad libre de humo?

Las medidas tradicionales de control de tabaco han estado dentro de la formula, pero no han sido lo único que ha logrado estos resultados. A principios de 2007 se dio uno paso importante en la aplicación de la reducción de riesgos y daños en tabaco. “El uso de formas más seguras de nicotina fue respaldado por el Royal College of Physicians, una ratificación que fue repetida en el 2016”[13].

En 2017, tras 10 años de implementación de la legislación libre de humo en Inglaterra, se reivindicó el mismo objetivo: reducir las tasas de tabaquismo, así como la brecha de desigualdad en la prevalencia del tabaquismo. Sin embargo, incluyó dentro de las estrategias una visión efectiva e integral que incluía que el gobierno “buscara ayudar a los consumidores a dejar de fumar y adoptar el uso de productos de nicotina menos dañinos”[14].

Así se consolidó un enfoque de política pública innovador, la reducción de riesgos y daños en el consumo de la nicotina, bajo la integralidad y la continuidad de la cesación y la prevención tradicional. La decisión se fundamentó en que la mayoría de las “ONG de salud y antitabaco y muchos grupos de médicos confiables avalan el uso de cigarrillos electrónicos como una manera de dejar de fumar tabaco. Entre ellos se incluye ASH (Acción sobre el tabaquismo y la salud), Cancer Research UK, British Heart Foundation, el Royal College of General Practitioners y el Royal College of Psychiatrists. La innovación y las alternativas menos dañinas han sido adoptadas en este gobierno, con el Departamento de Salud (en Inglaterra) estableciendo la de fumar o cambiando a productos menos riesgosos como los cigarrillos electrónicos”[15].

Pero en esencia, la decisión se ha basado en que una parte importante de los fumadores quiere dejar de fumar o por lo menos hacerse menos daño con su consumo. En Inglaterra, alrededor del 60% de los fumadores quiere dejar de fumar, y de ellos el 10% tiene la intención de hacerlo en un plazo de 3 meses[16]. De acuerdo con el Smoking Toolkit Study, una serie de encuestas mensuales a la población adulta de Inglaterra, se ha demostrado una clara asociación entre los cambios en las tasas poblacionales de dejar de fumar y la prevalencia del uso de cigarrillos electrónicos. Si la asociación es causal, los cigarrillos electrónicos fueron responsables de disminuir 69,930 exfumadores en Inglaterra en 2017[17].

En resumen, el plan de control del tabaco del gobierno de 2017 buscaba reducir el tabaquismo en general y abordar esta desigualdad. Los objetivos incluían “reducir el tabaquismo en adultos, jóvenes y mujeres embarazadas, garantizar la igualdad de estima para quienes tienen problemas de salud mental y respaldar el uso basado en la evidencia de tecnologías innovadoras para reducir el tabaquismo, como los cigarrillos electrónicos”[18].

El gobierno británico ha convertido este plan en política pública, si bien la mitad de todos los fumadores en Inglaterra intenta dejar de fumar sin ayuda, utilizando únicamente la fuerza de voluntad, a pesar de que este es el método menos eficaz. Obtener apoyo puede aumentar en gran medida las posibilidades de que una persona deje de fumar con éxito[19]:

  • El uso de terapias de reemplazo de nicotina (NRT) o cigarrillos electrónicos hace que sea una vez y media más probable que una persona tenga éxito.
  • Las posibilidades de una persona de dejar de fumar se duplican si usa un medicamento para dejar de fumar recetado por un médico de cabecera, farmacéutico u otros profesionales de la salud.
  • La combinación de ayudas para dejar de fumar con el apoyo de expertos de los servicios locales hace que alguien tenga 3 veces más probabilidades de dejar de fumar con éxito.

“En 2019, se estima que el 7,1% de la población adulta del Reino Unido (3.6 millones de personas) usa cigarrillos electrónicos. Más de la mitad (54,1%) de los actuales usuarios de estos cigarrillos son exfumadores, una proporción que ha ido creciendo cada año, mientras la proporción de usuarios duales (personas que vapean y también fuman) ha bajado hasta un 39,8%”[20]. Pero el objetivo y el resultado encontrado es la reducción de los daños en la salud asociados al consumo de nicotina gracias a métodos menos riesgosos de administración.

En efecto, en julio de 2019 el gobierno del Reino Unido, en su libro verde de prevención, “estableció la ambición de que Inglaterra sea un país libre de humo para el año 2030, definido en su plan de control del tabaco de 2017 como una tasa de tabaquismo por debajo del 5%”[21].

Conclusión

El Reino Unido ha logrado avances importantes en la lucha contra la epidemia del tabaquismo a través de políticas antitabaco –impuestos, barreras en el acceso, empaquetado, restricciones de promoción y publicidad, prohibición en espacios públicos–. Sin embargo, con la más reciente apuesta para ser un país libre de humo en 2030, que es extremadamente desafiante, se ha reconocido la necesidad de acciones innovadoras y audaces.

Es así como la reducción de riesgo y daño en el consumo de nicotina se ha convertido en parte fundamental de la estrategia. Y ya está mostrando su efectividad para ayudar a cumplir con este ambicioso objetivo. El enfoque se ha fundamentado, por un lado, en poner en el centro a los fumadores, su salud y su deseo de cambiarse a formas menos riesgosas y dañinas. Por otro lado, se ha basado en el respaldo investigativo de muchas ONG importantes en el Reino Unido que constantemente actualizan la evidencia de los nuevos productos, así como las encuestas de salud que indagan acerca de los efectos de estos productos en la población.

Para lograr objetivos ambiciosos se necesitan estrategias disruptivas, política que ha adoptado muy bien el Reino Unido para atender los efectos negativos del consumo de tabaco y para múltiples temas de salud pública.

Publicación original: El caso de reino unido y su apuesta gubernamental para reducir muertes y enfermedades causadas por el consumo de tabaco


[1] CNN. (3 de diciembre de 2020). UK becomes first country to authorize Pfizer/BioNTech’s Covid-19 vaccine, first shots roll out next week. Disponible en https://edition.cnn.com/2020/12/02/uk/pfizer-coronavirus-vaccine-uk-intl- hnk/index.html

[2] British Heart Foundation (2018). Explore: 70 years of the NHS. Disponible en https://www.bhf.org.uk/informationsupport/heart-matters-magazine/medical/nhs-at-70/nhs-at-70-timeline#1948

[3] Íbidem.

[4] O’Hare, P. (2007). Merseyside, the first harm reduction conferences, and the early history of harm reduction. International Journal of Drug Policy, 18(2), 141-144.

[5] Stimson, G. V. (1998). Harm reduction in action: putting theory into practice. International Journal of Drug Policy, 9(6), 401-409.

[6] https://elpais.com/elpais/2020/02/17/ciencia/1581962649_209617.html

[7] British Heart Foundation (2018). Explore: 70 years of the NHS. Disponible en https://www.bhf.org.uk/informationsupport/heart-matters-magazine/medical/nhs-at-70/nhs-at-70-timeline#1948

[8] O’Hare, P. (2007). Merseyside, the first harm reduction conferences, and the early history of harm reduction.

[9] Action on Smoking and Health (2019). 12 years on from England going smokefree, support for the Government to do more to tackle smoking is continuing to grow. Disponible en: https://ash.org.uk/media-and-news/press-releases-media- and-news/12-years-on-from-england-going-smokefree-support-for-the-government-to-do-more-to-tackle-smoking-is- continuing-to-grow/

[10] House of Commons. (2017). Tobacco control policy overview.

[11] Public Health England. (2019). Health matters: stopping smoking – what works?

[12] Public Health England. (2019). Health matters: stopping smoking – what works?

[13] GSTHR. (2020). Reducción de daños por tabaquismo y el derecho a la salud.

[14] Department of Health. (2017). Towards a Smokefree Generation A Tobacco Control Plan for England.

[15] GSTHR. (2020). Reducción de daños por tabaquismo y el derecho a la salud.

[16] Public Health England. (2019). Health matters: stopping smoking – what works?

[17] Action on Smoking and Health. (2019). Use of e-cigarettes (vaporisers) among adults in Great Britain.

[18] UK Parliament. (2017). Tobacco control policy overview.

[19] Public Health England. (2019). Health matters: stopping smoking – what works?

[20] GSTHR. (2020). Reducción de daños por tabaquismo y el derecho a la salud.

[21] Hopkinson, N. S. (2020). The path to a smoke-free England by 2030.


Este artículo fue adaptado para su publicación en Vaping Today. Si encuentra algún error, inconsistencia o tiene información que pueda complementar el texto, comuníquese utilizando el formulario de contacto o por correo electrónico a [email protected].

María Alejandra Medina
María Alejandra Medinahttps://www.acciontecnicasocial.com/
María Alejandra Medina es profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, magister en Responsabilidad Social y Sostenibilidad, asistente de investigación y gestión de conocimiento en Corporación Acción Técnica Social (ATS, Bogotá, Colombia).

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