Un estudio realizado en Estados Unidos ha concluido que el vapeo puede ser 7 veces menos efectivo para dejar de fumar que las terapias tradicionales, mostrando a la industria como inútil en casos de cesación. ¿Por qué en Reino Unido, Nueva Zelanda o Filipinas el vapeo sí funciona?
El mercado del cigarrillo electrónico en los Estados Unidos emergió en 2007 y empezó a usarse como reemplazo al consumo de tabaco, logrando posicionarse como una conocida ayuda para la cesación tabáquica hacia 2010. Desde entonces, el número de vapeadores ha ido en aumento, los productos se diversifican a la vez que se popularizan, desplazando al tabaco e invadiendo diversos espacios sociales. Paralelamente, el consumo de esta tecnología llegó a los espacios escolares, donde la FDA acusa de manera alarmista la existencia de más de 5 millones de estudiantes de secundaria usuarios de vaporizadores.
Detalles del estudio
El estudio, realizado en Public Health and Human Longevity Science de la Universidad de California en San Diego, recoge datos obtenidos entre 2017 y 2019 del estudio Population Assessment of Tobacco and Health (PATH), que se encarga de perfilar y analizar el consumo de tabaco en toda la nación. Particularmente, este incluye datos de 3.578 participantes fumadores que recientemente han tratado de dejar de fumar y de 1.323 fumadores actuales. Se les preguntó sobre los productos de cesación reconocidos por la OMS que probaron, las terapias de reemplazo de nicotina (TRN), incluidos los farmacéuticos; además, a quienes usaron los cigarrillos electrónicos como terapia se les preguntó sobre la concentración de nicotina en los líquidos usados.
Adicionalmente el perfilamiento de los participantes tuvo factores sociales implicados, conductas de consumo de tabaco y datos sobre el consumo/abstinencia. En el caso de la abstinencia, esta debía ser superior a 12 meses. en los cuales el usuario tendría que haber reemplazado el tabaco con alguna TRN, un cigarrillo electrónico u otra alternativa.
Los (dudosos) hallazgos
«Los hallazgos de este estudio observacional sobre el abandono del hábito de fumar y el uso de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos son fundamentalmente defectuosos debido a la confusión por la gravedad, razón por la que los fumadores más empedernidos, que han intentado dejar de fumar y han fallado con las TRN u otros tratamientos en el pasado, o que se han negado a intentar dejar de fumar, prueban los cigarrillos electrónicos”, menciona John Britton, profesor emérito de epidemiología de la Universidad de Nottingham, acerca del estudio “Efectividad de los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar: evidencia de la cohorte del estudio PATH, 2017-2019” por Ruifeng Chen et al. publicado en Control del Tabaco.
Puesto que el estudio del PATH encontró que las ventas de cigarrillos electrónicos crecieron en 2017, pero la cantidad de personas que dejaron de fumar no refleja dicho incremento, más del 12% de los usuarios cesantes optaron por el cigarrillo electrónico exclusivamente o en combinación con otros productos. Mientras el 21% usó TRN y el 2,5% optó por otros productos de tabaco, el 64% no usó ninguna ayuda.
De los exfumadores más recientes, cerca del 15% han migrado al cigarrillo electrónico, pero el 16% admitió haber usado otros productos de tabaco. Sin embargo, el porcentaje restante dice no haber usado ninguna ayuda. De los usuarios de cigarrillo electrónico, solo el 24% eligió una concentración de nicotina superior al 4%. Las cifras para 2019 demuestran que el 22% de los exfumadores, ahora usuarios de CE, consumen líquidos altos en nicotina. Sin embargo, según el PATH, todos los exfumadores que cambiaron al vapeo fueron menos exitosos (10%) que aquellos que no usaron ninguna ayuda (19%).
Con lo anterior concluyen que el vapeo es 7 veces menos efectivo que otras ayudas, como las TRN.
Estados Unidos versus el resto del mundo
“Probablemente, esta es la razón por la que entran en conflicto con los hallazgos de los metaanálisis de múltiples ensayos clínicos bien diseñados que han demostrado que los cigarrillos electrónicos son ayudas eficaces para dejar de fumar y que llevaron al Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (NICE) del Reino Unido a recomendar los cigarrillos electrónicos para ayudar a los fumadores a dejar de fumar en una guía publicada a fines de 2021”, dijo el profesor Britton.
Las políticas gubernamentales de países como Nueva Zelanda han permitido incluir la industria del vapeo como una estrategia de salud pública para la cesación. Dicho enfoque tiene una notable carga educativa en cuanto a la prevención del consumo en menores y como una alternativa más eficiente para los fumadores que quieren dejar el tabaco.
Además, revisiones transnacionales de estudios científicos independientes y prestigiosos como Cochrane han encontrado que los exfumadores que deciden cambiar al cigarrillo electrónico tienen hasta 70% más éxito que con cualquier otro tipo de terapia de cesación. Esta red internacional con sede en Reino Unido es una organización que trabaja con los más altos estándares de información y datos sobre salud; es un referente de calidad avalado por gran cantidad de científicos y profesionales afines.
Son varios los países que han avalado el vapeo como terapia de cesación con apoyo de instituciones gubernamentales. En estos casos, los índices de consumo de tabaco han disminuido notablemente, así como la calidad de vida de los ciudadanos. ¿Por qué en Estados Unidos ocurriría lo contrario?
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