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Entre oportunidades y desafíos: una charla sobre reducción de riesgos y daños

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El 22 de octubre en Bogotá se realizó la Conferencia Internacional sobre Reducción de Riesgos y Daños en Consumo de Tabaco y Nicotina. ¿Cuáles fueron los temas de discusión y qué se dijo sobre ellos?

La Conferencia Internacional Reducción de Riesgos y Daños en Consumo de Tabaco y Nicotina: Oportunidades y Desafíos que se realizó el pasado 22 de octubre en Bogotá, Colombia, contó con oradores y expositores de áreas como la ciencia de la salud, política, ciencias humanas, investigación social, activismo, academia y la sociedad civil de España, México, Colombia, Brasil, Ecuador y Argentina.

Organizado por la plataforma Nicotina, Reducción de Riesgos y Daños e ideado por la Corporación Acción Técnica Social, el evento presentó cuatro paneles de conversación sobre la perspectiva de la medicina y la salud sobre la reducción del riesgo y el daño en consumo de tabaco, el proceso de regulación nacional y mundial de los dispositivos electrónicos para uso de nicotina, las lecciones que las regulaciones de sustancias psicoactivas legales e ilegales le pueden dar a este nuevo fenómeno, y por qué es importante hablar de la reducción de riesgos y daños, participación y derechos en este nuevo contexto.

Panel 1

La ronda inaugural de la Conferencia se enfocó en la perspectiva médica sobre distintas especialidades y estuvo a cargo de los doctores Enrique Terán de Ecuador y Diego Verrastro de Argentina, ambos miembros de la Red Latinoamericana por la Reducción de Daños por el Tabaquismo (RELDAT), junto con el médico colombiano Hugo caballero.

El nombre del panel fue «Perspectivas de las ciencias de la salud y la medicina en el abordaje alternativo en el consumo de nicotina». Este inició con la intervención del doctor Verrastro, quien hizo una explicación breve sobre las nuevas tecnologías de administración de nicotina y resaltó el importante papel de estos en la reducción de daños. Además, hizo énfasis en los subproductos de la combustión versus los del vapeo, señalando que la nicotina no es la causante de los efectos carcinogénicos. Por otra parte, el tema de salud pública abordado por Verrastro hace notar la precariedad y la falta de humanidad en los procesos actuales que, a diferencia de las políticas inglesas, “condenan al fumador a cesar o morir”. 

“Las políticas de salud pública ya existentes necesitan de una tercera vía, la reducción de daños, creando observatorios científicos imparciales que ayuden a mejorar las tecnologías y métodos”, menciona el médico argentino a propósito de que la regulación debe estar presta a las garantías de los derechos como individuo, salubre y social.

Después, la presentación del médico ecuatoriano Enrique Terán estuvo enfocada en la incidencia del consumo de cigarrillo y vaporizador, destacando que la nicotina genera una dependencia y que “existen estudios sobre las ventajas sobre el consumo de nicotina, sin embargo, su tasa de tolerancia es muy alta, lo que obliga a consumir cada vez más”, recuerda Terán, quien es enfático al decir que los vaporizadores no son totalmente inofensivos, pero sí representan un riesgo muchísimo menor al del cigarrillo y su exposición, lo cual los convierte en una alternativa para el fumador que quiere cesar. Además, subraya que el acceso a estos dispositivos debe ser democrático y fácil para que los fumadores dejen el mal hábito, aunque hay que proteger a los jóvenes y adolescentes de su consumo.

El doctor Hugo Caballero menciona que “de los 1.1 mil millones de fumadores, el 80% vive en odisea de bajos y medianos ingresos. De los 8 millones de personas que mueren por el tabaco, 1.2 millones son fumadores pasivos, y en 2019 se reportaron 65 mil muertes infantiles por ser fumadores pasivos”. Rescata también que la razón por la que se fuma el cigarrillo es la nicotina y que, a pesar de que es considerada extremadamente adictiva, hoy existen alternativas mucho menos nocivas.   

Además, recalca que el abordaje alternativo de la cesación del tabaquismo debe poner en una balanza el tabaco y los productos de administración de nicotina para entender que, gracias a la evidencia científica, resulta un método seguro para los pacientes que no pueden dejarla o que han optado continuar con su consumo. Por eso es necesario “darle un enfoque más positivo asumiendo su papel de herramienta con riesgo reducido que administra nicotina”.

Hugo Caballero concluye leyendo una frase de Aldoux Huxley: “la prohibición completa puede ser decretada, pero jamás práctica, y producirá más mal que bien”. Igualmente, recuerda el papel de los profesionales de la salud para la cesación tabáquica, que debe estar enfocado en el acompañamiento y el ofrecimiento de alternativas, incluyendo las nuevas tecnologías como el vapeo y el tabaco calentado.

 

Panel 2

El segundo panel, «Principios para una regulación responsable en Colombia», tuvo la participación de Paula Aguirre, abogada de DD.HH. en la organización Elementa, Julián Quintero, sociólogo y fundador de la fundación Acción Técnica Social (ATS), Diana Valenzuela, abogada e investigadora académica en Indepaz, y de Romina Vásquez como moderadora.

Paula Aguirre tomó en primera instancia la palabra y expuso un paralelo entre el vapeo y la coyuntura actual del cannabis en Colombia, analizando que la evidencia debe ser el pilar de la regulación, asignando un “comité independiente de personas expertas, locales e internacionales”, incluyendo la participación civil, la socialización de las normas y los proyectos regulatorios.

El prohibicionismo no funcionó. Se parte desde una «ignorancia» y un tabú generalizado para la concepción de cannabis y el vapeo, incluso la institución llega a victimizar a las propias víctimas (cultivadores de coca/cannabis ilegal), aunque son un punto de partida importante para la búsqueda de la paz y la reparación. Además la abogada colombiana sugiere que el compromiso de los medios de comunicación debe ser replantear su discurso sobre cannabis y vapeo, cambiando las narrativas y exponiendo de forma estratégica la realidad y las evidencias.

Diana Valenzuela, abogada, desde su experiencia en la industria del cannabis medicinal, plantea la necesidad de un marco regulatorio que tenga claridad sobre la importancia del respaldo científico y los estudios que avalan a la planta para ser usada con carácter terapéutico. “El médico, dentro de sus conocimientos y experiencia frente a la cannabis medicinal, está en el deber ético de asistir a sus pacientes”, menciona. De hecho, según Valenzuela, los pacientes, por sus propios medios, han empezado a acceder a información y tecnologías para consumir cannabis. Sin embargo, los actos opresores por parte del gobierno (Colombia), sumados a la desinformación, no les dan seguridad y el acceso se limita bastante. 

El fundador de ATS, Julián Quintero, recuerda el caso colombiano en que la chicha, una bebida ancestral fermentada, sufrió una propaganda negra por parte de las cerveceras con el objetivo de sacarla del mercado. “En Colombia salió una publicidad muy famosa, mostraban a las personas con orejas de burro, porque “la chicha te hace burro”. Sin embargo las prácticas de producción y consumo de la chicha representaban un reto para la salud pública”, recuerda Julián en un paralelo con las medidas restrictivas que el alcohol y el tabaco han sufrido hasta la fecha que, aunque han logrado un descenso en el consumo, para el tiempo que llevan aplicándose no resultan eficientes.

“A partir de una restricción excesiva, el descenso del consumo y la publicidad del tabaco fueron desapareciendo, pero la institucionalidad olvidó la prevención. Olvidó la salud, se convirtió en una institucionalidad resolutiva”, dice Qintero, quien junto a ATS calculó que para el año 2016 Colombia había recibido aproximadamente 200 millones de dólares en impuestos. Luego de la restricción se alcanzó el tope de 450 millones de dólares, y el gobierno fue cuestionado sobre la inversión en campañas preventivas: se han invertido 15.000 dólares en dos comerciales televisivos para 2015 y la última vez que se emitieron fue en 2018. “El Estado olvida, entonces, su función principal que no es restringir, sino educar, prevenir y acompañar”, advierte Julián.

Panel 3

El tercer panel, «La regulación de dispositivos electrónicos de administración de nicotina», con un tono más local gracias a la presencia de dos representantes a la Cámara, dio espacio para la discusión sobre el camino que lleva el actual proyecto regulatorio sobre el vapeo en Colombia. Mauricio Toro, representante a la Cámara por el Partido Verde, Juan Carlos Lozada, representante a la cámara por el Partido Verde, Julio Ruades, portavoz de Anesvap, y María Alejandra Medina, portavoz de ATS, fueron los participantes de la charla que tuvo una connotación particular, pues el mismo día en la mañana se discutía el proyecto de ley sobre la regulación del vapeo, que tuvo resultados muy prometedores.

El representante Toro contextualiza en su presentación el estado del consumo y los puntos clave que busca cubrir el proyecto de ley en curso: reglamentar el consumo de la nicotina y los dispositivos, incluyendo los que no contienen nicotina. “La lucha es en contra de las actitudes del prohibicionismo, basados en el respeto a los derechos de los mayores de edad, protegiendo a los no consumidores”, enfatiza Toro, pues una de las grandes falencias del sistema radica en la inexistencia de un proyecto educativo sobre la prevención del consumo de drogas en jóvenes y niños.

Por su parte, el representante Lozada, reconocido por proyectos de leyes como la antitaurina y la de plásticos de un solo uso, eleva una crítica frente a lo que sucede con otra representante a la cámara, Norma Hurtado, quien ha sido su “enemiga” al intentar bloquear su proyecto antitaurino y quien además ha presentado un proyecto de ley absolutamente prohibitivo para el vapeo. “Ella [argumenta] que yo no puedo inmiscuirme en el derecho cultural de quienes disfrutan con el sufrimiento de un animal, pero parece que sí podemos meternos con el derecho individual, teniendo (este) plena conciencia del daño que se hace y que no involucra a un tercero”, reclama Juan Carlos.

Además, Lozano es enfático en las consideraciones que deben tomarse frente a la regulación del vapeo e incluso del cannabis, recordando que una acción prohibitiva llega a generar un mercado negro que expone peligrosamente a los consumidores, da espacio a los productos no regulados y la República deja de recaudar extensos rubros. “Nosotros necesitamos de una nueva generación, tal vez Mauricio y yo somos parte de una generación que deja de lado tanta hipocresía, tabú, tan torpe y estigmatizante… Esta generación debe llegar pronto al Congreso de la República”, menciona el representante Lozano.

Julio Ruades trae a la charla los casos de la TPD (Tobacco Product Directive), organismo que se encarga de dictar directivas de cumplimiento obligatorio a los miembros de la UE, para posteriormente ser adaptadas por cada país. Su tarea es darles seguridad y confiabilidad a los consumidores. Es por esto, y también por lo sencillo que es acceder a un TPD, que la industria del vapeo posee fuerza en Europa. “Creo que un punto importante son los puntos de venta, que los productos de vapeo sean vendidos en tiendas especializadas, yo no voy a comprar naranjas a un taller de mecánica”, recuerda Ruades, quien es enfático en este punto, ya que percibe la importancia de un personal especializado y conocedor de los procesos de reducción de daños que puede, además de vender, asesorar correctamente al exfumador.

La portavoz de ATS, Alejandra Medina, recuerda el éxito, la solidez y la eficacia que viene presentando la estrategia de Gran Bretaña para la cesación del tabaquismo por medio del vapeo, siendo un modelo a seguir debido a las consideraciones que tiene el programa para con todos los pacientes. Por otro lado, recuerda que los cuatro escenarios de la OMS para el tratamiento del vapeo por parte de los gobiernos son segregantes, puesto que las razones de los usuarios son diversas, afirma Medina. Incluso, la OMS ahora reconoce que las políticas prohibicionistas no son sostenibles, “no abordar una buena regulación puede ser peor que la misma sustancia”.

Panel 4

El cuarto panel, «¿Por qué la reducción de riesgos y daños se debe aplicar al consumo de tabaco y nicotina?» contó con participación internacional y tuvo una clara tendencia hacia el análisis científico y de datos sobre la cesación tabáquica por medio de nuevas tecnologías para el consumo de nicotina. Estuvo conformado por Carmen Escrig, PhD en biología molecular y portavoz de la Plataforma médica Española por la Reducción de Daños por Tabaquismo; Pablo Zuleta, psiquiatra e investigador de la Universidad de los Andes; Carolina Pinzón, portavoz de Deliberar; Francisco Ordoñez, presidente de Asovape Colombia y portavoz de ARDT Iberoamérica, y fue moderado por Francis Negrete, sociólogo del Grupo de Investigación e Intervención sobre Drogas en Ecuador.

Carmen Escrig empieza el panel mencionando la blanda efectividad que han tenido los programas antitabaco desde 2005, pues se mantienen las cifras de muertos anuales por el tabaquismo en los 8 millones de personas, hay más de 120 millones de enfermos y podrían llegar a ser 1.000 millones los muertos al final de siglo. “El cambio del paradigma se da en 2011 con la llegada del cigarrillo electrónico como una revolución de consumo generada por los mismos usuarios, evolucionando tras prueba y error hasta que, finalmente, dejan de fumar. Algunos fueron más allá en busca de un negocio con el vapeo”, afirma Escrig.

Desde su aparición, la industria del vapeo a nivel mundial ha venido sufriendo ataques frontales y hostiles desde la gran mayoría de los sistemas sanitarios de control de tabaco. “Se ha convertido en una auténtica caza de brujas… es un ataque (contra el consumidor) continuo y hostil”, resalta Carmen. Esta tecnología ha causado así mismo una revolución en la forma de tratar el tabaquismo, puesto que “por primera vez en la historia dejar de fumar no es un auténtico infierno, sino que aporta placer. El placer es la clave del seguro en la cesación”, dice.

“El fumar, como tal, fue inventado en América. Y lo primero que se aprendió a fumar fue el tabaco”, menciona inicialmente Pablo Zuleta, quien explica que la llegada del tabaco a las cortes europeas marcó el inició del cigarrillo y el consumo del tabaco. Además, tras la evolución del consumo de tabaco, las tabacaleras hicieorn todo lo posible por ocultar el riesgo y, haciendo uso de sus influencias, evitaron dar a conocer la información sobre las repercusiones de fumar cigarrillo. “El riesgo silencioso llevó a la exposición crónica a los fumadores de los años 40 tras el ocultamiento de las afecciones reales”, recuerda Pablo.

Resalta también la importancia que tiene el sistema respiratorio y la vía de administración aérea en el mundo de la medicina, pues “la administración de gases provenientes de sustancias psicoactivas es profundamente eficiente para el manejo del dolor. Es el caso del THC y del CBD”, resalta Zuleta, e insiste en la importancia que tienen el vapeo y los sistemas de calentamiento de tabaco. Además, la percepción del riesgo y el riesgo asociado se convierten en puntos claves para entender los espacios compartidos, por ejemplo, con el vapeo o el cigarrillo, que están soportados en la diferencia de toxicidad entre la combustión y la vaporización.

Francisco Ordoñez, presidente de Asovape Colombia y portavoz de la Asociación de Reducción de Daños por Tabaquismo (ARDT), recuerda la estructura de las estrategias de políticas de salud y el derecho al acceso a esta, así como la necesidad del libre acceso a los programas de reducción de daños. “La reducción de daños se encuentra en un cruce, realmente, entre la salud pública y los derechos humanos”, afirma Ordoñez.

“El Colegio Real de Médicos (Royal College of Physicians) establece unas políticas tras evaluar la evidencia científica (…), es precisamente [por esto] que Inglaterra hace este ejercicio y genera la regulación”, resalta Francisco. Por ejemplo, uno de los estudios que usa el Colegio Real de Médicos habla sobre la cantidad de toxinas en el vapor versus el aire de una avenida, donde el resultado es que la toxicidad del vapeo es casi nula. “Recordemos el caso de EVALI en Estados Unidos. Eso es lo que genera una falta de regulación. Estados Unidos no es un buen ejemplo en materia de regulación”, menciona Francisco.

Carolina Pinzón cierra el último panel del día recordando la incidencia que tiene el tabaquismo en la salud pública mundial. Sin embargo, enfoca esta problemática hacia las estrategias de impacto individual, como la psicoterapia, y la importancia del acompañamiento a los pacientes sin olvidar que el consumo puede ser beneficioso. “Muchas veces las personas necesitan combinar diferentes metodologías, y la psicoterapia, en combinación con un método de riesgo reducido, puede ser más efectiva”, subraya Carolina.

Para Pinzón, el apoyo de pares resulta imprescindible. Por eso resalta las dinámicas evolutivas sociales que ha sufrido el vapeo y que fueron mencionadas por Carmen Escrig, pues, al tratarse de un método con riesgo reducido, y junto con la psicoterapia, contribuye a crear una cadena beneficiosa debido a la cercanía y la credibilidad que da el acceso a la información mas el acompañamiento. “El consumo del tabaco le costó a la nación (Colombia) alrededor de 17 billones de pesos, lo que equivale al 1,8 del PIB nacional”, menciona Carolina. Esto se debe en parte a que los tratados antitabaco que se han firmado y están en vigencia no dan claridad en cuanto a los actores que deben tratar la evidencia científica para tomar las decisiones.


Conclusiones

La Conferencia Internacional Reducción de Riesgo y Daños en el Consumo de Tabaco y Nicotina: Oportunidades y Desafíos se dio en el marco de un proyecto de regulación en curso en Colombia que, de ser aprobado, promete una ley equitativa, justa y enfocada en la reducción del riesgo y el daño causados por el tabaquismo. Sin embargo, el cambio del paradigma social creado alrededor de información y datos manipulados, así como de las fake news, supone un reto importante para que las nuevas tecnologías para el consumo de nicotina tengan reconocimiento social y médico a nivel mundial como una alternativa menos nociva que el tradicional cigarrillo. 

De hecho, las estrategias para la reducción de daños y riesgos por tabaquismo deben ser abordadas desde múltiples espacios gubernamentales, civiles y no gubernamentales para garantizar un planteamiento y así mismo un correcto desarrollo ajustado a las necesidades de los pacientes y consumidores. Sumado a esto, es imprescindible una política económica que desincentive el uso del cigarrillo por combustión y facilite el acceso al electrónico por parte de los exfumadores, garantizando el libre acceso a la información, así como el acompañamiento de un profesional de la salud si el paciente lo solicita.

Por otra parte, el estado del arte vaperil en Europa continua siendo el ejemplo a seguir debido a su organización, equidad y uso transversal como terapia de cesación, como ocurre en el Reino Unido. Este país ha logrado descensos importantes en el consumo de tabaco gracias a dicha implementación, convirtiéndolo hoy por hoy en la vocería más importante ante el COP9. 

Los retos en materia de reducción de riesgos y daños no son ajenos a Latinoamérica. Sin embargo, el tabaquismo nunca ha hecho parte de un programa sólido y continuo para desincentivar el consumo de cigarrillo, pese a los convenios y tratados firmados. Es por esto, y por la muestra demográfica que respalda que el consumo de tabaco es mayoritariamente dado en sociedades de medios a bajos ingresos, que el vapeo como política de reducción de riesgos por consumo de nicotina resulta imprescindible para proteger la vida de los ciudadanos más vulnerables, garantizar los derechos de los usuarios mayores de edad y cuidar y educar a las juventudes con respecto al consumo de sustancias psicoactivas.

Al cierre de la jornada se presentó el informe «Nicotina Reducción de Riesgos y Daños: Estado Actual del Debate y Elementos para el Abordaje en Salud y Derechos Humanos», que se puede consultar aquí.


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Redacción VT / Carlos M. López
Redacción VT / Carlos M. Lópezhttp://500px.com/cmiguel
Carlos Miguel López es miembro del equipo editorial y corresponsal en América Latina para The Vaping Today, comunicador social-editor de la Pontificia Universidad Javeriana, fotógrafo y emprendedor en Flavorchaser Handcrafted E-liquid, GreenQueen y Bicannans.

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