Adicción al tabaco: ¿es el cigarro electrónico una alternativa terapéutica?

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Estado
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d4n13lus

Vendedor
15 Abr 2014
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Un artí­culo/opinión interesante publicado ayer en la web "www.redaccionmedica.com" por Nestor Szerman, jefe de servicio de Salud Mental de Retiro, del Hospital Gergorio Marañón, de Madrid, y presidente de la Sociedad Española de Patologí­a Dual


La adicción al tabaco es un trastorno mental reconocido en las clasificaciones de las enfermedades mentales, entre las que destaca el DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders- Fifth Edition).

Los investigadores han propuesto desde hace décadas diferentes teorí­as neurobiológicas para explicar las adicciones. En la actualidad, y desde la investigación en neurociencias, se postula que todas las sustancias psicoactivas con capacidad adictiva se corresponden con sistemas y circuitos cerebrales de comunicación y regulación celular endógenos, como por ejemplo el sistema opioide, cannabinoide y el colinérgico/nicotí­nico entre otros.

Estos circuitos cerebrales no existen solo para que podamos drogarnos, sino que están vinculados a nuestra supervivencia como individuos y como especie.

La disfuncionalidad de estos sistemas y circuitos neurobiológicos del cerebro por causas genéticas y/o ambientales podrí­a explicar la conducta adictiva y también otros sí­ntomas o trastornos psiquiátricos que se presentan de forma paralela o secuencial, (rasgos y estados de enfermedad mental) y que se conocen como patologí­a dual.

De hecho, existen evidencias cientí­ficas que muestran la implicación de receptores cerebrales nicotí­nicos en diferentes enfermedades mentales como la psicosis, la depresión, la ansiedad, el TDAH, la obesidad y en sí­ntomas como la hostilidad, agresividad, cognición, etcétera.

Según datos manejados por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de los Estados Unidos (NIDA), casi la mitad del tabaco consumido en ese paí­s, lo es por parte de individuos que sufren los trastornos mentales anteriormente citados. Recientes estudios epidemiológicos amplí­an este hecho y señalan que el mejor predictor de pasar de usar una sustancia, como el tabaco, a tener un uso problemático y/o adictivo de esa sustancia, es tener cualquier trastorno mental. Es un hecho que el tabaco es una droga altamente perjudicial y que produce en los enfermos con trastornos mentales otras patologí­as también graves.

Con estas evidencias, los psiquiatras y expertos en patologí­a dual abordan el tratamiento de las enfermedades mentales de forma conjunta: el trastorno mental y, en este caso, la adicción al tabaco.

No podemos obviar que el tratamiento de las adicciones y otras enfermedades mentales ha estado expuesto a corrientes moralistas que han obstaculizado su abordaje terapéutico. Por ejemplo, hemos tardado años y decenas de miles de fallecimientos en generalizar el uso de la metadona en los pacientes, debido a que se argumentaba que solo “se reemplazaba una droga por otra y no se optaba por la curaciónâ"

El tratamiento de la adicción al tabaco dispone de tres tratamientos psicofarmacológicos aprobados por las agencias reguladoras internacionales (FDA y EMA): bupropion, vareniclina y nicotina. Respecto a esta última, los expertos conocemos que los pacientes “fuman por la nicotina, pero mueren por el humo”. Esto quiere decir que la gran mayorí­a de la mortalidad y morbilidad atribuible al tabaco se debe a la inhalación de partí­culas de alquitrán y miles de gases tóxicos inhalados en aire caliente en los pulmones.

Pero la nicotina es un medicamento razonablemente eficaz y seguro y sirve como tratamiento para los enfermos con patologí­a dual. Sabemos que el tabaco es una sustancia perjudicial y con potencialidad adictiva en individuos vulnerables (por una posible disfuncionalidad cerebral de sistemas y circuitos nicotí­nicos), pero la nicotina es un medicamento. Su potencialidad dañina para el sistema cardiovascular, por ejemplo, es al menos controvertida y por tanto, no demostrada.

La nicotina se comercializa en diferentes ví­as de administración como parches transdérmicos, chicles, pellets, spray, y desde hace pocos meses también puede encontrarse en los cigarrillos electrónicos.

Un artí­culo publicado en la revista Science en enero de este año recoge la opinión del profesor David Nutt, neuro-psicofarmacólogo del Imperial College of London y exconsejero del Gobierno británico en polí­tica de drogas, en el que afirma que el cigarrillo electrónico es una forma revolucionaria de administración de la nicotina con la que se podrí­an salvar cada año más de cinco millones de vidas.

El éxito del cigarro electrónico es muy fácil de explicar: radica en que el cambio de comportamiento que implica para los individuos adictos es muy sencillo y, al igual que otros sujetos con adicciones, - aunque conscientes del riesgo-, no pueden imaginar vivir, funcionar, trabajar o disfrutar sin el cigarro de tabaco. De hecho, muchos de estos pacientes, y sobre todo al comienzo, usan simultáneamente tabaco y cigarro electrónico, con lo que consiguen reducir el uso de tabaco al 50% o más desde el uso inicial, y a nadie se le escapa la diferencia en riesgos para la salud entre fumar 40 cigarros o 10.

Los cigarros electrónicos están compuestos de una baterí­a recargable, un atomizador y un depósito donde se inserta el cartucho que contiene el lí­quido que lleva entre 6 y 24 miligramos de nicotina, glicerina o propilenglicol, y otros aditivos alimentarios que otorgan los diferentes sabores. Debido a la falta de regulación, podrí­a haber otros productos que pueden resultar tóxicos y que no aparecen en las etiquetas, como nitrosaminas o metales pesados, pero su presencia en cantidades muy pequeñas, no resultarí­a perjudicial.

Es evidente que existe un déficit de información sobre este producto. Ni los comercios que los expenden ni las autoridades sanitarias han regulado su control, uso y comercialización de forma rigurosa, como debe hacerse cuando se trata de medicamentos y tratamientos que afectan la salud.

Aún en el caso de que la nicotina no sea totalmente inofensiva, el cigarrillo electrónico ofrece una opción terapéutica muy importante a los fumadores que no pueden o no desean dejar de consumirla, como muchos de los enfermos de patologí­a dual.

A pesar de estos datos y evidencias cientí­ficas, hemos asistido a una campaña feroz con tintes moralistas que han situado a nuestro paí­s en uno de los últimos lugares de Europa en cuanto a la difusión del cigarrillo electrónico. Para ello, se han esgrimido argumentos tales como el peligro de que los niños puedan ingerir los cartuchos de nicotina, o que serán usados por adolescentes no fumadores, cuando sabemos que el uso de los e-cigarrillos por los no fumadores es insignificante y no pueden ser considerados como una puerta de entrada al consumo de tabaco.

Aquellos que abordan este tema desde un punto de vista moral e ideológico argumentan que no existen evidencias cientí­ficas a favor del uso del e-cigarro. Sin embargo, ya comenzamos a disponer de los primeros estudios controlados en pacientes con esquizofrenia- por ejemplo- y los resultados iniciales sobre su utilización son muy positivos.

Sobre los distintos intereses económicos involucrados en este asunto, serán las autoridades sanitarias las que deban tomar las medidas regulatorias oportunas, adoptar una visión cientí­fica de este problema y no aceptar o promover información defectuosa o malas interpretaciones de los datos por parte de activistas y moralistas.

La investigación y el debate cientí­fico debe continuar, pero no hay discusión posible ni útil para los afectados y sus familias, cuando ésta se aborda desde los prejuicios ideológicos y la supuesta superioridad moral.

Nuestra sociedad, los pacientes y sus familias nos demandan ciencia, no moral o ideologí­a.



Fuente: http://www.redaccionmedica.com/opin...-electronico-una-alternativa-terapeutica-2839
 

makunan

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14 Abr 2014
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De Madrid al Cielo
Me acabo de quedar atónito la forma de romper una lanza a favor del vapeo, sobre sorprendido por quién lo ha hecho, es un avance muy importante y no creo que pase desapercibido.

Gracias por publicar el artí­culo.
 

SuzukiGSX1000

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24 Abr 2014
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Perú
Este tema se viene desarrollando hace un tiempo y demuestra, una vez más, los beneficios del E-cig a diferencia de los analógicos. Gracias por publicarlo, hay que seguir difundiendo estas noticias
 

Aretop

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15 Abr 2014
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España
Lo que hace falta es que verdaderos profesionales opinen sobre el tema, no aquellos otros que se aprovechan de los beneficios del tabaco y de las enfermedades que origina y que han demostrado de qué lado están y cuales son sus prioridades (económicas por encima de la salud).
Cuando no hay argumentos sólido y sólo se van poniendo trabas para mantener así­ los cuantiosos beneficios del tabaco, al final la verdad prevalece. No se puede estar engañando a todos durante mucho tiempo, porque los buenos profesionales al final hablan y desmontan toda esa parafernalia de miedos que han ido creando un puñado de canallas que se lucran con la mala salud de los demás; desgraciadamente gobiernos, tabaqueras, profesionales sanitarios que viven de los tratamientos anti tabaco, laboratorios farmacéuticos ..... y como no, los jodedores profesionales anti todo que siempre están al pie del cañón, así­ como los medios sensacionalistas y otros moralistas.
"Entre todos la mataron y ella sola se murió", ese es el camino que llevamos actualmente, marcado por una panda de inconscientes; esperemos ver la luz al final del túnel y que podamos vapear tranquilamente sin estar constantemente en el punto de mira de recaudadores, impositores, oportunistas, etc.
 

Nube Blanca

New member
30 May 2014
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Me acabo de quedar atónito la forma de romper una lanza a favor del vapeo, sobre sorprendido por quién lo ha hecho, es un avance muy importante y no creo que pase desapercibido.

Gracias por publicar el artí­culo.

Y yo.

Parece que esto puede avanzar de forma positiva ... veremos
 

drizzt

New member
23 Abr 2014
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coruña
Gracias por el articulo,compañero,tendremos k difundirlo nosotros porque no creo k los medios lo difundan
 
Estado
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