Buenas historias. Pues ahí va la mía. En realidad, yo ya hice mi propio análisis beneficio-riesgo "personal" hace unos seis años.
En aquella época yo llevaba quince años fumando unos 30 cigarrillos día, y había probado varios métodos para dejar de fumar (el libro de Allen Carr, con el que aguanté unos meses, hasta que recaí, la vareniclina, que además de revolverme el estómago no me quitó las ganas de fumar, los "buenos propósitos" con fecha concreta, con la irritabilidad posterior y las frustrantes recaídas...) sin lograr una solución satisfactoria.
Así que, contra lo que solemos hacer los médicos, decidí "ir al médico", y pregunté por ayudas. Mi doctora de cabecera me mandó a un centro en el que, durante dos meses, asistí a unos grupos terapéuticos en el que hacíamos listas de razones para dejar de fumar, recibíamos fotocopias con trucos para los primeros días sin tabaco (cambiar de hábitos, no tomar café, beber mucho líquido...) y se nos ofrecía vareniclina, bupropion o parches de nicotina. Aquello coincidió con una búsqueda por mi parte de información en internet sobre algún "sustitutivo gestual". Soy lector empedernido y quería tener "algo humeante" por lo menos para algunos momentos especiales del día (me remito a las primeras entradas de este blog, en las que señalo la parte, al menos para mí, atractiva del tabaco en su momento, y ahora del vapeo). Encontré una página sobre cigarrillos electrónicos, miré sus ingredientes, y sumé dos y dos: nicotina (como la del parche) más glicerina y propilenglicol (inofensivos, por la información ya entonces disponible) me parecieron suficientemente seguras, y empecé a usarlos, dejando los parches (que habían sido mi opción inicial).
Durante los meses posteriores, nos fueron haciendo seguimiento (entrevistas y mediciones de CO espirado) en dicho centro: de los trece participantes, doce no habían conseguido dejar el tabaco (y uno había desarrollado claros signos depresivos a los pocos días de un tratamiento farmacológico, sin dejar aún el tabaco), y yo sí. Recuerdo que ya entonces les expliqué a la doctora y a la enfermera encargadas del programa que me estaba yendo muy bien con el vapeo (usaba una minipipa comprada por internet) y les animé a que, igual que había hecho yo, se informasen sobre ese (entonces) nuevo tipo de productos, por si podían servir de ayuda a otras personas. Hablo de 2009.
Con el tiempo, fui leyendo aquí y allá algunas revisiones sobre el tema (muy buena, por ejemplo, de abril de 2010, la carta abierta a la OCU del creador de vapeando.com) y todo apuntaba a que este modo de inhalar nicotina se iría popularizando.
Así fue durante 2013 en España, pero para mi sorpresa, cuando a finales de ese año me puse a hacer este blog, la mayor parte de opiniones publicadas al respecto desde el mundo sanitario eran contrarias. Dicen que la mujer del Cesar no sólo ha de ser buena, sino parecerlo, así que cuando animé a un buen amigo a abrir una tienda online (que fracasó, como tantas...) de estos productos "ahora que ya empezaba a existir demanda creciente" me planteé poner por escrito los argumentos que a mí me habían servido para decantarme por estos productos. Y así, cuando alguien le preguntase sobre si eran más seguros que el tabaco, sólo tendría que decirles: "tú échale un vistazo a este blog".
Y ya ha llovido desde entonces...
Y sigo sin fumar. Lo que no he conseguido es entender el funcionamiento de los mods. Yo soy de K500 y Dekang a 24mg. Me funciona.