En su última columna del año, el Dr. Brad Rodu denuncia cómo afirmaciones infundadas y estudios manipulados perpetúan mitos sobre los cigarrillos electrónicos, distorsionando la percepción pública y obstaculizando la aceptación de alternativas más seguras al tabaco. Esta desinformación, sostiene, pone en riesgo millones de vidas al desincentivar la transición de los fumadores hacia opciones menos dañinas.
El Dr. Michael Siegel publicó una entrada de blog criticando un artículo del American Journal of Medicine que afirma que los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos tienen cinco veces más probabilidades de convertirse en fumadores de cigarrillos. El comentario fue escrito por los opositores al tabaco y la nicotina Pamela Ling y Edward Goetzl.
El Dr. Siegen señala correctamente que el artículo «no proporciona ninguna cita o fuente para su afirmación absurda… Aparentemente debemos aceptar por fe que es verdad».
Al revisar el texto de Ling y Goetzl, encontré que los autores atribuyen la afirmación de «cinco veces más» a «adolescentes sin experiencia previa con el tabaco». Sin embargo, aunque no citan una fuente directamente, incluyen en su lista de referencias una posible fuente: otro comentario del también prohibicionista Jonathan Winickoff y colaboradores en la edición de septiembre de JAMA.
Winickoff tampoco ofrece una fuente directa para sustentar su afirmación, pero parece basarse en un artículo de 2019 de Kaitlyn Berry y colaboradores en JAMA Network Open.
Esto significa que el doble de adolescentes que comenzaron fumando cigarrillos usaban actualmente cigarrillos electrónicos en el seguimiento, en comparación con los adolescentes que comenzaron vapeando y que actualmente fumaban cigarrillos.
Para complicar aún más la situación, yo, junto a David Abrams y Ray Niaura, publiqué un comentario crítico en dicha revista, documentando cómo Berry y colaboradores diseñaron su estudio para que los cigarrillos electrónicos parecieran aumentar las tasas de tabaquismo por un factor de 4, no 5, como se afirma.
En mi análisis de febrero de 2019, señalé que sus resultados reales mostraban lo contrario: entre los jóvenes que habían comenzado con cigarrillos, la probabilidad de usar cigarrillos electrónicos en el seguimiento era del 8,3%, el doble que la probabilidad de fumar entre los que comenzaron con cigarrillos electrónicos (4,0%).
La lección clave aquí no se centra solo en las transgresiones de Ling-Goetzl, Winickoff o Berry. Se trata de cómo la repetición constante de investigaciones exageradas, distorsionadas e incluso falsificadas distorsiona peligrosamente las percepciones públicas sobre productos sustitutos del cigarrillo que son mucho más seguros. Sucedió antes con el tabaco sin humo y ahora ocurre con los vaporizadores y las bolsas de nicotina.
El resultado: millones de fumadores morirán mientras los prohibicionistas no serán llamados a rendir cuentas.
Este artículo fue traducido y adaptado al español por el equipo de Vaping Today. Publicación original: Tobacco Prohibitionists Kill Safer Cigarette Substitutes… and Smokers. Si encuentra algún error, inconsistencia o tiene información que pueda complementar el texto, comuníquese utilizando el formulario de contacto o por correo electrónico a redaccion@thevapingtoday.com.