La desconsideración por los fumadores y las tasas elevadas de tabaquismo entre población vulnerable llevaron al estadounidense John de Miranda a desarrollar un kit de herramientas para ayudar a las personas a reducir los daños del tabaquismo.
La población vulnerable y, como parte de ella, las personas con diagnósticos de trastornos de salud mental o emocional o que tienen problemas de uso de drogas tienen las tasas más altas de tabaquismo. Este fenómeno ocurre en todo el mundo, independiente de las particularidades culturales, los niveles educativos o de ingresos, el acceso a servicios públicos de calidad o el grado de bienestar social. Así mismo, como se podría suponer, estas personas tienen las tasas más altas de fracaso en los intentos de dejar de fumar. En Estados Unidos esta población consume el espeluznante número del 40% de todos los cigarrillos fumados en el país. La situación es tal que realmente no parece ser eficiente pensar la prevalencia del tabaquismo, el abuso de drogas y los diagnósticos psiquiátricos como temas aislados.
En este escenario, el tabaquismo no es solo un problema añadido, sino que puede significar muchos años menos de vida. Solamente entre los usuarios de drogas ilícitas, la prevalencia del tabaquismo en los Estados Unidos está entre el 74 y el 88%. Como ha señalado la periodista Helen Redmond, “de las 480.000 personas que mueren en los EE. UU. por enfermedades relacionadas con el tabaquismo cada año, se estima que 200.000 tenían un diagnóstico de salud mental”. Así mismo, un estudio bajo el liderazgo de María A. Parker, del Departamento de Psiquiatría, Centro de Comportamiento y Salud de la Universidad de Vermont, verificó que “las probabilidades de fumar cigarrillos en la actualidad fueron significativamente más altas en individuos con trastornos por consumo de drogas y trastornos afectivos”.
La ética del cuidado: contra la marginación y el estigma
En general, a pesar de los altos índices de mortalidad y morbilidad relacionadas con el tabaquismo entre este conjunto de personas, son pocas las entidades que ponen el consumo de tabaco en el centro del tratamiento de adicciones. Comúnmente, los programas de recuperación de adicciones desprecian el tema del consumo de tabaco, bien sea permitiendo que sus clientes sigan fumando o prohibiendo por completo el consumo.
En los Estados Unidos existen por lo menos 15.000 unidades de servicios públicos y privados con más de 1,3 millones de personas atendidas. El sistema de tratamiento y recuperación de adicciones ha apoyado a unos 24 millones de personas. Conociendo esa realidad, John de Miranda ha utilizado su larga experiencia para buscar soluciones. “Un colega y yo habíamos estado hablando durante algún tiempo sobre la altísima incidencia de tabaquismo entre las personas que abusan del alcohol o las drogas, en tratamiento por adicción o en recuperación. Aquí en los EE. UU., la tasa de tabaquismo en la población general es de alrededor del 14%, pero entre estas otras poblaciones se informan regularmente tasas del 60% o más”.
El Smoking & Recovery Toolkit [Kit de herramientas para fumar y recuperarse] desarrollado por Miranda busca precisamente ayudar a las personas, organizaciones y programas de tratamiento y recuperación de adicciones a enfocarse en la reducción o cesación del consumo de cigarrillos.
Para generar buenas prácticas con bases robustas, el kit contiene instrumentos para analizar y evaluar las políticas y prácticas existentes y proporciona los fundamentos necesarios para la preparación de programas de tratamiento y recuperación que optimicen la respuesta al tabaquismo. También presenta dos currículos de capacitación que se enfocan en las prácticas de reducción de daños, tanto para el personal técnico como para los propios clientes.
“No dejes que lo perfecto sea enemigo de lo bueno”
Con una trayectoria de más de 40 años, John de Miranda tiene larga y transversal experiencia en el tema:
- Fue director asociado de Door to Hope [Puerta a la esperanza], un programa de tratamiento y recuperación de adicciones en Salinas, California, especializado en el tratamiento familiar, incluidos los servicios para bebés y niños expuestos a las drogas;
- Actuó como presidente y director ejecutivo de Stepping Stone of San Diego, un programa de tratamiento y recuperación de adicciones que atiende principalmente, pero no exclusivamente, a las comunidades LGBTIQ+;
- Es director ejecutivo de la Asociación Nacional sobre Alcohol, Drogas y Discapacidades Inc., una red de personas y organizaciones dedicadas a mejorar el acceso a los servicios de tratamiento y prevención del abuso de sustancias para personas con discapacidades.
Las becas de reducción de daños por tabaquismo en 2019 y 2020 que recibió de Knowledge Action Change (KAC) han permitido el desarrollo del Smoking & Recovery Toolkit. “Inicialmente me otorgaron una beca KAC que me permitió aprender más sobre el tema. La beca también me permitió realizar entrevistas con expertos y grupos focales entre estas poblaciones. Aprendí mucho hablando con fumadores en tratamiento o recuperación. Para muchos, fumar y dejar de fumar fueron grandes problemas a lo largo de sus vidas. Después de ese año recibí una segunda beca mejorada que me permitió desarrollar una solución al problema, que era el kit de herramientas”.
Una ayuda bien recibida
Le preguntamos cómo ha sido recibido el conjunto de herramientas por las organizaciones y los propios usuarios o clientes.
“Que yo sepa, no existe nada con las ideas de reducción de daños del kit de herramientas y los proveedores de tratamiento que lo han utilizado informan que este tipo de enfoque es superior a la filosofía de abstinencia de los programas tradicionales para dejar de fumar. Hemos aprendido en el campo de la adicción que el uso de un modelo de etapas de cambio con mejoras motivacionales mejora los resultados, por lo que el conjunto de herramientas lleva este aprendizaje al problema del tabaquismo”.
Con respecto a la pregunta sobre cuáles son las principales ventajas de tratar varias adicciones a la vez Miranda no tiene dudas: “Hace años, la sabiduría convencional sostenía que dejar de fumar y dejar el alcohol o las drogas pondría en peligro la recuperación de [ambas adicciones]. Investigaciones recientes han encontrado justo lo contrario. Los clientes en programas de tratamiento son receptivos a hacer algo acerca de su tabaquismo. El conjunto de herramientas brinda a los programas, así como a las personas, herramientas para reducir o eliminar el riesgo del tabaco combustible”.
Igualmente, “un enfoque más suave es mejor que exigir un compromiso de tolerancia cero. En lugar de preguntarle a alguien si está listo para dejar de fumar, la pregunta inicial debería ser «¿está listo para hacer algo con respecto a su hábito de fumar?»”.
Vea o descargue el Kit:
- https://www.smokingandrecoverytoolkit.com/_files/ugd/52a09b_4ceb689c74854274995962507620c9c0.pdf
- https://www.smokingandrecoverytoolkit.com/
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