Es posible cerrar la brecha para los países de bajos ingresos y los grupos vulnerables al aceptar que productos como el vapeo y el snus son herramientas de reducción de daños.
El objetivo de reducir la desigualdad en salud pública sigue siendo una cuestión urgente. La carga de enfermedades relacionadas con el tabaco recae de manera desproporcionada en países y grupos de bajos ingresos de todo el mundo, ya que tienen mayores porcentajes de fumadores actuales, menos información y menor acceso a terapias de cesación tabáquica y productos alternativos.
La OMS estima que el tabaquismo causa más de 8 millones de muertes al año, una cifra que se estima que aumentará a 10 millones de muertes para 2030, y el 70 % de ellas se producirá en países de ingresos bajos y medios.
Se han desarrollado nuevas alternativas al tabaco menos dañinas como una respuesta potencial al problema. Productos como las bolsas de nicotina, el snus y el vapeo brindan una oportunidad única para abordar las desigualdades en salud.
La apertura a productos de reducción de daños puede cerrar la brecha y permitir a las personas realizar ajustes razonables al ofrecer una alternativa conveniente y más económica al tabaquismo. Es hora de que los tomadores de decisiones reconozcan finalmente el potencial revolucionario de las medidas de reducción de daños.
«Reducción de las disparidades en el consumo de tabaco: La clave radica en la regulación y la tributación basadas en el riesgo. Las alternativas menos dañinas deben ser más baratas y más accesibles para los fumadores que los cigarrillos».
El snus, las bolsas de nicotina y el vapeo pueden ser muy efectivos para reducir las desigualdades en salud causadas por el tabaquismo en regiones desatendidas. Estas poblaciones suelen tener tasas más altas de tabaquismo y dificultades para obtener métodos convencionales de abandono. El vapeo y productos similares pueden ayudar a cerrar esta brecha y mejorar la igualdad en salud al ofrecer una opción de reducción de daños más conveniente y económica. Sin embargo, para poder aprovechar este potencial, el marco regulatorio debe ser adecuado. La clave radica en la regulación y la tributación basadas en el riesgo. Las alternativas menos dañinas deben ser más baratas y accesibles para los fumadores que los cigarrillos.
Accesibilidad y asequibilidad
Los métodos tradicionales de cesación tabáquica, como la terapia de reemplazo de nicotina (TRN), pueden ser costosos para muchos. Además, no funcionan para la mayoría de las personas. La gran mayoría de los fumadores no logran dejar de fumar.
En cambio, el vapeo y el snus resultan ser de los métodos más exitosos para dejar de fumar, lo que los convierte en una opción viable para personas para quienes otros métodos de cesación no funcionan.
Para que estos productos sean accesibles para el público en general es fundamental contar con regulaciones adecuadas. Un marco legal idóneo, que permita a los adultos comprar fácilmente estos productos y que los incentive a hacer el cambio al someter las alternativas más seguras a menos restricciones que el tabaco, puede reducir rápidamente las tasas de tabaquismo.
Uno de los incentivos más poderosos para cambiar es ahorrar dinero en el proceso. Por lo tanto, mantener una diferencia fiscal con los productos de tabaco, de modo que sean más asequibles, los hará más atractivos para los fumadores que deseen hacer el cambio y mejorar su salud.
Personalización para necesidades individuales
Con diferentes niveles de nicotina y sabores para adaptarse a diferentes gustos, el vapeo y el snus ofrecen un consumo personalizado de nicotina. Esta flexibilidad permite a las personas elegir productos que satisfagan sus necesidades.
Por lo tanto, las prohibiciones de sabores y las restricciones de nicotina a niveles demasiado bajos perjudican a los fumadores que intentan dejar de fumar. Las personas son diferentes, por lo que necesitamos la mayor cantidad de opciones posible.
Potencial para la reducción de daños
Más de 100 agencias de salud pública y gobiernos, entre ellos Public Health England, han identificado el vapeo como una herramienta de reducción de daños y han concluido que es un 95 % menos perjudicial que los cigarrillos.
Las bolsas de nicotina también son alternativas mucho menos dañinas y tienen un perfil de riesgo similar a los productos convencionales de reemplazo de nicotina (como chicles o parches).
Los formuladores de políticas pueden reducir el costo desproporcionado de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo al aceptar el vapeo, el snus y las bolsas de nicotina como opciones de reducción de daños.
Cambiar el enfoque
Los formuladores de políticas deberían enfocarse en mejorar la salud pública en lugar de concentrarse únicamente en acabar con el consumo de nicotina. La abstinencia total es el objetivo ideal para muchos, pero también es una aspiración muy poco realista.
Claramente vemos que hay una demanda de nicotina. Lo que hacen productos como el snus, el vapeo y las bolsas de nicotina es separar los componentes más dañinos del tabaquismo de la nicotina. Si bien no son completamente libres de riesgos, son formas mucho menos dañinas de consumir nicotina que fumar. Por lo tanto, cada fumador que haga el cambio a estos productos supone una mejora en la salud pública.
Podemos cerrar la brecha para los países de bajos ingresos y grupos vulnerables al aceptar que productos como el vapeo y el snus son herramientas de reducción de daños. Reconocer su accesibilidad, variedad y potencial para reducir daños permitirá a las personas tomar decisiones informadas sobre su bienestar.
Finalmente, los tomadores de decisiones deben abrir un diálogo con las personas más afectadas, los consumidores de nicotina, y promover regulaciones basadas en evidencia que enfaticen la reducción de daños en lugar del consumo.
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