La Coalición de Defensores de la Reducción de Daños por Tabaco de Asia Pacífico (CAPHRA) pidió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que deje de vender mentiras sobre los riesgos de contraer la enfermedad del Coronavirus (COVID-19) a través del vapeo o el uso de cigarrillos electrónicos.
En su libro blanco de 103 páginas, CAPHRA afirma que el vínculo entre vapeo y COVID es la última mentira peligrosa que está difundiendo la OMS como parte de su agenda contra el tabaquismo. El grupo señaló que la OMS, en su búsqueda por librar al mundo del tabaquismo, adopta medidas contra una de las mejores y más eficientes alternativas contra este. Y una vez más ha tratado de evitar deliberadamente que millones de fumadores adultos tengan acceso a productos más seguros para el consumo de nicotina y así dejen de fumar.
“Durante años, la OMS ha creado un flujo constante de afirmaciones contra el vapeo, lo que ha tenido graves consecuencias para los fumadores adultos que buscan dejar de fumar. También ha llevado a muchos gobiernos a aprobar leyes que prohíben el vapeo y todos los productos relacionados. Al seguir esta ruta, la OMS ha optado por apoyar el consumo de cigarrillos mortales en lugar de una alternativa más saludable y, en el proceso, ha llevado el vapeo a las manos del mercado negro. Y lo hacen con pleno conocimiento de las consecuencias de sus acciones. La falta de legislación significa que estos productos no regulados terminan en manos de menores, cortesía de la OMS”, dijo Nancy Loucas, coordinadora ejecutiva de CAPHRA y defensora del vapeo en Nueva Zelanda.
Declaraciones contradictorias
La organización también dijo que, contrario a lo que afirma la OMS, la investigación médica global sobre la relación entre vapear y COVID-19 no ha demostrado ninguna conexión. Señaló que los estudios en todo el mundo han hecho tres observaciones clave que contradicen las acusaciones de la OMS:
1. Hay un porcentaje notablemente bajo de fumadores entre los pacientes con COVID-19;
2. Existe una teoría de que la nicotina puede ser un factor protector frente a la COVID-19;
3. El vínculo entre COVID-19 y vapeo se considera inconcluso, los investigadores piden más estudios para aclarar la situación.
Los propios hallazgos de la OMS apoyan la posición de que no existe un vínculo establecido entre la nicotina y la COVID. En el reporte “Fumar y COVID-19”, publicado en junio de 2020 por la División del Pacífico Occidental de la OMS, una revisión de 34 estudios concluyó que no existía evidencia de un vínculo entre fumar y la probabilidad de contraer COVID-19, y que se necesitaba más investigación directa.
“Actualmente no hay estudios revisados por pares que hayan evaluado el riesgo de infección por SARS-CoV-2 entre fumadores. Esta pregunta de investigación requiere estudios poblacionales bien diseñados que controlen la edad y los factores de riesgo subyacentes relevantes», dijo el informe de la OMS. Agregó que «no hay evidencia sobre la relación entre el uso de cigarrillos electrónicos y COVID-19».
Los resultados del estudio de laboratorio más grande de su tipo, titulado «Características y factores de riesgo para el diagnóstico de COVID-19 y resultados adversos en México: un análisis de 89.756 casos de COVID-19 confirmados por laboratorio», mostraron que los fumadores tenían menos probabilidades de dar positivo en la prueba de COVID-19 que la población general.
CAPHRA confirmó que, si bien los hallazgos de que los fumadores están subrepresentados entre los pacientes con COVID-19 llevaron a la hipótesis de que la nicotina puede ejercer efectos protectores, aún es imposible establecer el papel de la nicotina de una forma u otra, ya que existe un desacuerdo sobre la interpretación la ciencia. Sin embargo, la OMS continuó vinculando el vapeo y la COVID en sus diversos informes y materiales, afirmando que como “el virus COVID-19 afecta el tracto respiratorio, la acción de la mano a la boca del uso de cigarrillos electrónicos puede aumentar el riesgo de infección”, sin ofrecer ninguna base científica.
Graves consecuencias
CAPHRA dijo que la demonización continua del vapeo por parte de la OMS tiene consecuencias importantes y graves. Un estudio de 2012 mostró que el costo económico total de fumar era aproximadamente 422 mil millones de dólares, equivalente al 5,7 por ciento del gasto mundial en salud o al 1,8 por ciento del PIB mundial.
Desafortunadamente, la OMS, en su intento por reducir el consumo de cigarrillos en todo el mundo, se negó a identificar el vapeo como una opción viable de reducción de daños. Esto provocó un efecto en cascada de muchos gobiernos que lo prohibieron por completo sin considerar la creación de una legislación proteccionista, sensata y fiscalmente responsable. “Los efectos son devastadores, permitiendo que los comerciantes del mercado negro vendan a menores mientras roban al gobierno los ingresos”.
“Si la Organización Mundial de la Salud y los gobiernos a nivel mundial pueden depender tanto de la ciencia en torno a la COVID-19, ¿por qué no adoptan el mismo enfoque ante la pandemia de tabaquismo que mata a alguien cada 10 segundos? La mitad de todos los fumadores que no pueden dejar de fumar morirán a causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Eso es más de 8 millones de muertes por año”, dijo CAPHRA.
CAPHRA deja abierta una pregunta en relación con lo anterior: «Si los gobiernos confían en la ciencia sobre la pandemia de COVID, ¿por qué no confían en la ciencia sobre la reducción del daño del tabaco para mitigar la pandemia de tabaquismo de larga data?».
Descargue el documento completo aquí.
Este artículo lo produjo el equipo de Vaping Today. Si encuentra algún error, inconsistencia o tiene información que pueda complementar el texto, comuníquese utilizando el formulario de contacto o por correo electrónico a redaccion@thevapingtoday.com.