Bloomberg Philanthropies es un nombre reconocido en el universo del vapeo. Con sus campañas en contra de esta alternativa al tabaquismo ha perseguido incansablemente a sus consumidores, basándose en estrategias de desinformación, pánico informativo e incluso usando razones vacías y carentes de sentido.
Una respuesta inesperada
El periodista Mark Gunther logró conseguir una respuesta de Kelly Henning, Mattew Myers y Robin Koval, líderes de las campañas de Bloomberg Philanthropies, Tobacco-Free Kids y Truth Initiative respectivamente.
Lo más llamativo de sus respuestas fue el tono a la defensiva de sus posiciones. No es común que se pronuncien públicamente, pues usualmente les resulta más conveniente y efectivo usar millones en divulgación masiva. Sus posturas generalmente se basan en la negación, la malinterpretación y la desinformación, dejando como resultado una pared con la cual es casi imposible debatir.
La carta recibida por Gunther pone en evidencia estrategias y procedimientos que claramente indican una disposición reacia a la discusión. Es bastante claro que no tienen intenciones de encontrar una ruta que permita plantear estrategias integrales y que ignoran por completo estrategias exitosas como la de Japón con los HNB (el tabaco calentado), el apoyo gubernamental en el Reino Unido o el marco legal en Europa. Las campañas, por ejemplo, usan datos que no corresponden a la situación ni a los grupos específicos a los que debería estudiar, sino datos generales que son resultado de comportamientos riesgosos y adictivos.
Se percibe fácilmente que la intención de estos grupos antivapeo es implantar leyes restrictivas muy severas, sin importar en lo más mínimo el libre desarrollo de la personalidad o el derecho a acceder legalmente a una alternativa para dejar el tabaco. Su propósito va más allá de salvar poblaciones vulnerables. Basados en políticas afines a la “lucha antidrogas” buscan una sociedad libre de nicotina.
Malinterpretación, desinformación y manipulación
Bloomberg está llevando una campaña de desprestigio contra del vapeo a como dé lugar. Cada vez es más evidente el rechazo a, por lo menos, considerar la existencia de investigaciones y profesionales en diferentes áreas que no están permeados por intereses externos o que son diferentes a la verdad sustentada en números. Es más, su reacción frente a dicha información es negacionista y soberbia.
Profesores como Ken Warner, Steven Schroeder o David Abrams, autores o cabezas de estudios en el área de la salud e incluso en programas de cesación del tabaquismo, son ejemplo de estas posiciones. Sin embargo, en Bloomberg el dinero manda y el vasto apoyo financiero que reciben no deja lugar a un debate limpio y sin cinismos.
“Sabemos que 3,6 millones de niños actualmente usan cigarrillos electrónicos, un umbral que en 2018 llevó al cirujano general de EE. UU. a declarar que el uso de cigarrillos electrónicos en los jóvenes es una epidemia. De estos niños, 1,3 millones usan cigarrillos electrónicos con frecuencia o todos los días, un fuerte signo de adicción a la nicotina”.
Con declaraciones como la anterior, alarmistas y apuradas, este grupo de campañas busca desinformar y crear un entorno confuso como estrategia de activismo antivapeo. Aunque los datos que suministra la carta son reales, están descontextualizados. Para el periodo 2019-2020 el número de estudiantes usuarios de vaporizadores pasó de 5,3 millones a 3,5 millones, y la prevalencia de uso diario se redujo de 27,5% a 19,6%, demostrando un descenso muy marcado para un periodo de dos años. De hecho, la mayoría de jóvenes usuarios de vaporizadores son aquellos que previamente ya eran consumidores de cigarrillo. En contraste, quienes usan vaporizador no fuman cigarrillo.
La guerra contra los sabores
En 2017 se creó una prohibición frente a los líquidos saborizados en Estados Unidos. El argumento era que estos sabores nuevos, como postres, frutas y bebidas, son atractivos para los jóvenes. Sin embargo, la prohibición se decretó sin tener en cuenta la elección de los consumidores, y un estudio demostró que parte del proceso para dejar el tabaco incluye dejar atrás el sabor a tabaco de combustión.
Sin embargo, ninguna de las acusaciones que estas campañas hacen en contra de los sabores tienen un trasfondo real ni sustentado. Se basan en denuncias sobre términos alusivos al sabor del producto, sus colores y diseños, e incluso sobre la manera como se les hace publicidad. Según ellos, el objetivo es llegar a la población joven no fumadora. Para sustentar esto, Bloomberg lanzó un programa con una inversión de 160 millones de dólares para acabar con la epidemia juvenil de cigarrillos electrónicos. Con él logró por un tiempo la prohibición de ventas de líquidos con sabores y el estilo publicitario de Juul, entre otros.
En 2015, cuando Juul lanzó una de sus campañas más agresivas y masivas, la que llamó la atención de Bloomberg, el uso de los vapeadores en estudiantes de secundaria empezó a decrecer. Se mantuvo bajo hasta 2018, cuando Juul cambió sus estrategias de publicidad y nuevamente se sufrió un repunte. A partir de entonces las campañas se rediseñaron y enfocaron en adultos. Es claro que las campañas no fueron necesariamente influyentes.
¿Bloomberg quiere una tajada del pastel?
Aunque la intención de Bloomberg sea acabar con el uso de vaporizadores en los jóvenes, al parecer no dimensiona las consecuencias que pueden acarrear sus acciones. Las acusaciones hechas para salvaguardar la integridad de los menores no tienen en cuenta la decisión de los usuarios de vaporizadores adultos ni el uso de estos como una estrategia de reducción de daños.
Se jactan de la reducción de los índices de fumadores, aunque una prohibición estricta puede llevar a los vapeadores a recaer en el cigarrillo, a usar otros productos de tabaco, como picaduras y productos esnifados, o, lo más grave, incentivar el uso de productos farmacológicos. Además, la aparición de un mercado negro sería inminente, con todo lo negativo que esto conlleva.
La crisis de EVALI en 2019 fue una de las situaciones más tergiversadas y usadas por Bloomberg para crear confusión y darle fuerza a sus reclamos sobre lo peligroso que es vapear. Aunque rápidamente se supo que la causa no fue el vapeo, nunca tuvieron intención de rectificar sus afirmaciones. También está MPOWER, una iniciativa propuesta por la Organización Mundial de la Salud y lanzada en conjunto con Michael Bloomberg, que se ha convertido en pilar de las campañas antitabaco desde 2008. A pesar de ella, en países desarrollados 1 de cada 7 habitantes sigue fumando.
Ahora la compañía Hava Health Inc., con claros vínculos económicos con Bloomberg, planea sacar al mercado Hale, un dispositivo administrador de nicotina, un vaporizador con la posibilidad de regular la cantidad de nicotina administrada. La decisión es cuando menos curiosa después de años y recursos dedicados a desprestigiar el vapeo. Con un cinismo inocultable, esta empresa no está innovando en absoluto. Por el contrario, busca entrar al mercado con las mismas estrategias de Bloomberg: desinformar, manipular y disuadir.
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