La Asociación Médica Británica ha pedido al gobierno del Reino Unido que prohíba los vaporizadores con sabores y los desechables para proteger a los menores de una creciente epidemia de vapeo. Sin embargo, a medida que el uso de estos dispositivos aumenta entre los adolescentes, la prevalencia del tabaquismo disminuye, lo que ha generado preocupaciones sobre si la narrativa alarmista alrededor del vapeo podría estar influyendo de manera desproporcionada en las decisiones regulatorias. En 2023, solo el 13% de los jóvenes británicos fumaba, una cifra significativamente más baja que en países como España, donde la tasa es casi el doble.
La Asociación Médica Británica (AMB) ha emitido un llamado urgente al gobierno del Reino Unido para que prohíba los vaporizadores con sabores, especialmente aquellos que no son de tabaco, y los desechables. Según la BMA, esta medida busca proteger a los niños y jóvenes de una creciente epidemia, ya que estos productos no tienen un lugar legítimo en la vida de los jóvenes y se necesitan acciones audaces para frenar su popularidad en esta población.
Con la reciente publicación del informe titulado “Taking our breath away: why we need stronger regulation of vapes”, la AMB expone un análisis exhaustivo de los peligros asociados con el uso de vaporizadores, especialmente entre los niños y adolescentes. La organización médica subraya la necesidad de implementar regulaciones más estrictas debido al aumento significativo en el uso de vapes entre los jóvenes en la última década.
¿Qué dice el informe?
Según datos del informe, el 7,6% de los jóvenes entre 11 y 17 años en el Reino Unido utiliza vapes de manera regular u ocasional, comparado con solo un 1,3% en 2014. De acuerdo con la Asociación, este aumento ha sido impulsado en gran medida por la disponibilidad de vapes desechables, que son económicos, fáciles de usar y están diseñados deliberadamente para atraer a un público joven a través de estrategias de marketing. Además, la amplia variedad de sabores, muchos de ellos inspirados en dulces y bebidas energéticas, contribuye a que estos productos sean aún más atractivos para los adolescentes.
La visibilidad de estos productos en los puntos de venta, sumada a empaques brillantes y diseños llamativos, también juega un papel crucial en su popularidad. Más de la mitad de los jóvenes entre 11 y 17 años en el Reino Unido ha reportado haber visto promociones de vapes en tiendas, lo que aumenta la probabilidad de que los prueben, destaca el documento.
El informe subraya que, aunque los vaporizadores pueden ser menos dañinos que los cigarrillos tradicionales, no están exentos de riesgos. Entre los problemas mencionados se incluyen la adicción a la nicotina, los efectos negativos en la salud cardiovascular y la posibilidad de que contengan sustancias tóxicas como metales pesados. La AMB enfatiza que aunque los vaporizadores no implican combustión y esto reduce la exposición a muchas sustancias cancerígenas presentes en los cigarrillos, esto no significa que su uso sea seguro.
Las propuestas de la AMB: ¿más alarma que soluciones equilibradas?
En la Unión Europea, el Reino Unido (27%) tiene una prevalencia de tabaquismo menor que países como Polonia (34%), Rusia (45%), Grecia (45%) y Turquía (40%). A pesar de esto, las medidas que propone la Asociación Médica Británica son bastante contundentes:
- Prohibición de los vapes desechables. Estos productos son objeto de uso desproporcionado por parte de jóvenes y tienen un impacto negativo en el medio ambiente.
- Prohibición de todos los sabores no relacionados con el tabaco. Esta medida reduciría la atracción que los vapes ejercen sobre los jóvenes.
- Eliminación de imágenes, colores y marcas en el empaquetado de vapes. El objetivo es reducir su atractivo, especialmente entre los menores.
- Reducción de la visibilidad de los vapes en puntos de venta. Al igual que con los productos de tabaco, se sugiere que los vapes se mantengan fuera de la vista en tiendas y no se publiciten abiertamente.
- Fortalecimiento de la aplicación de la ley contra la venta ilegal de vapes. Esta medida incluye el aumento de los recursos y poderes para organismos reguladores como Trading Standards y Border Force, así como la implementación de campañas educativas dirigidas tanto a minoristas como al público general.
El informe concluye que, aunque los vaporizadores pueden desempeñar un papel relevante en la reducción del consumo de tabaco, no se pueden ignorar los riesgos asociados con su creciente uso entre jóvenes.
Este llamado a la acción de la AMB se produce en un momento clave, cuando el gobierno del Reino Unido se encuentra debatiendo la legislación sobre tabaco y vapeo. El proyecto de ley, inicialmente propuesto por el gobierno conservador y retomado por el gobierno laborista, busca encontrar un equilibrio entre restringir el acceso de los jóvenes a los vaporizadores y mantenerlos disponibles para los adultos que desean dejar de fumar.
Vea el informe completo aquí.
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