Un vaporizador y el cannabis hacen una pareja perfecta que maximiza los beneficios de la planta y reduce los riesgos de la combustión.
La marihuana es solo una planta, aunque ha estado prohibida en el mundo desde 1961, más por racismo y política que por una preocupación genuina por la salud. Sus usos, tanto medicinales como recreativos, son tan diversos como sus formas de consumo. Estamos entrando en una era en la que el cannabis hace parte de la revolución industrial y social. Su consumo también ha dejado lo “análogo” para pasar a lo “digital” en pro de la reducción de daños.
La complejidad de este espécimen y su diversidad la convierten en un tema complejo y muy rico. No solamente podemos hablar de los efectos del cannabis en el cuerpo; sus sabores y aromas cumplen un papel importante, pues algunas cepas pueden emular aromas como el mango, el limón, el queso e incluso la gasolina. Esta es una guía exprés sobre el cannabis y la reducción de daños. ¡Sí, también se puede vaporizar!
Esto es la marihuana
La especie Cannabis posee tres variedades: Sativa, Indica y Ruderalis. Cada una tiene características morfológicas diferentes, así como efectos y aromas diversos y característicos de cada una.
Las sativas se suelen asociar con efectos más mentales y eufóricos: claridad mental y una mejor percepción sensorial. Las indicas, suelen tener un efecto más relajante y muy corporal, desestresante, con una sensación de bienestar muy marcada. Las plantas de hojas delgadas y alargadas suelen ser sativas, con olores generalmente cítricos, frutales, picantes. Por otra parte, las hojas de las indicas suelen ser muy anchas y poco alargadas; sus aromas suelen recordar un bosque, olores terrosos, acres, de pino.
La más corta de las variedades, ruderalis, procede de la estepa siberiana. Tiene una característica muy particular que la hace resaltar: a diferencia de sus hermanas, tiene un proceso metabólico acelerado y no necesita de un cambio de fotoperiodo para florecer. Esta propiedad se usa para hacer cruces de plantas que se conocen como “autoflorecientes”. Es una planta dioica, tiene macho y hembra. Las flores machos producen polen y no son psicoactivas.
Las tres variedades coinciden en que las flores de las plantas hembras poseen tricomas, que son glándulas que concentran los cannabinoides, terpenos y flavonoides que se exudan en forma de resina. De ahí surgen una gran cantidad de métodos extractivos, tanto mecánicos como químicos, que se usan en la industria para vaporización.
La combustión pasó de moda
Tal vez la forma más tradicional de consumo de cannabis es a través de la combustión. Aunque funciona, se ha comprobado que no es completamente eficiente. Las temperaturas alcanzadas por el tizón solo logran activar y liberar entre el 5 y el 15% de los compuestos. La mayoría se destruyen por el exceso de calor. Los terpenos, por ejemplo, son uno de los compuestos más delicados debido a su volatilidad. El mirceno, excelso analgésico, necesita de 168°C para vaporizarse, mientras al guaiol, gran antimicrobiano, le bastan 92°C.
Si hablamos de los cannabinoides y los fitocannabinoides, también poseen puntos de vaporización bastante bajos. Los cannabinoides, como el THC, CBD y CBN, están entre los 155°C y 185°C, mientras que los fitocannabinoides, como THCa y CDBa, se evaporan entre los 120°C y 130°C.
Estos últimos son las moléculas más presentes en los tricomas, precursores de los cannabinoides activados. Y es acá dónde la tecnología se pone al servicio de la química y, claro, de la reducción de daños.
Un poco de química
Sí, así de compleja y diversa es esta planta, y por eso sus usos medicinales son muy amplios y eficaces. La presencia de cannabinoides, terpenos y flavonoides puede variar radicalmente entre cepas, lo cual define su concentración, uso medicinal y perfil organoléptico. Sin embargo, casi todos estos compuestos vienen en forma ácida. THCa y CBDa, por ejemplo, necesitan ser “activados” o, mejor, descarboxilados antes de consumirlos. Esto sucede de forma inmediata en la combustión, aunque con un pésimo rendimiento.
Por otro lado, gracias a los tricomas es posible realizar extracciones para reducir o eliminar por completo el material vegetal. Estas técnicas concentran la cantidad de compuestos presentes y facilitan su dosificación. Existen dos grandes grupos: extracción mecánica y extracción con solventes.
Con la primera técnica, el popular rosin, o en español colofonia, se hace la extracción por medio de prensas térmicas. La cera (wax) resultante es altamente concentrada. Aunque en el proceso se pierden terpenos y flavonoides, se puede lograr eliminar hasta el 75% del material vegetal. Por otro lado, la extracción con solventes es tan diversa como sus técnicas. Los resultados se diferencian por sus texturas, una presencia más marcada de terpenos y flavonoides, así como una concentración mucho más baja de lípidos. Algunos solventes utilizados son etanol, isobutano y monóxido de carbono.
Reducir riesgos aumentando la eficiencia
Los e-líquidos con CBD son fácilmente accesibles y se han convertido en una excelente opción. Su efecto ansiolítico y relajante lo convierten en una excelente opción para quienes desean dejar la nicotina, y difiere de esta en que el cannabidiol no genera dependencia.
En el mercado se encuentran diferentes concentraciones, desde los 65 hasta los 5.000 mg, siendo la carga de 1.000 mg la más popular. Es decir, un líquido de 60 ml con una concentración de 1000 mg tiene 16,6 mg por mililitro, y por calada un aproximado de 0,2 mg de CBD. Una dosis apropiada para controlar el dolor, por ejemplo, está alrededor de los 10 mg.
Dentro de los dispositivos HNB existe una rama dedicada al cannabis: los vaporizadores herbales. En términos generales, estos dispositivos poseen una recámara en metal o cerámica que se calienta a la temperatura deseada y vaporiza todos los compuestos de las flores. Sin embargo, la tecnología de calentamiento es lo que marca la diferencia. Un dispositivo como el Davinci iQ2 o el famoso PAX 3 poseen un calentamiento por conducción, es decir, es la recámara la que calienta el contenido por contacto y el flujo de aire de la calada arrastra el vapor con los componentes.
Por otra parte, dispositivos como el Firefly2 y el Volcano Classic trabajan con calentamiento por convección, pues existe una resistencia que se encarga de calentar el aire antes de pasar por la recámara, que no se calienta. Estos dispositivos suelen ser los más costosos, pero su eficiencia es incomparable.
Existen otros modelos más accesibles y muy eficientes, como Xvape y Gpro. Es importante que el dispositivo permita el control de temperatura, pues basado en los datos de la tabla anterior se puede sacarle todo el jugo a las flores. Sin embargo, es recomendable usar temperaturas entre los 175°C y 195°C y nunca exceder los 220°C.
Para los productos obtenidos por extracción también existen una serie de vaporizadores diseñados para estas resinas. Esta opción es ahora muy popular debido a la calidad organoléptica que se puede lograr, la baja o nula percepción del olor en el ambiente y lo práctico que resulta su uso.
Cacharros como el Puffco Peak o el Xvape Vista 2 trabajan con una resistencia dispuesta en una recámara donde se vaporizan los concentrados y estos pasan por un “bubbler” lleno de agua. Este tipo de vaporizador resulta muy efectivo y, a pesar de su tamaño, es portátil.
Otros modelos tipo AIO no necesitan de un “bubbler” y se asemejan mucho a un vaporizador tipo pen. El Yocan Armor y el Linx Hypnos Zero poseen resistencias expuestas y una boquilla generalmente corta y delgada. Son aparatos muy discretos y fáciles de usar. Es aconsejable usar cargas pequeñas, una limpieza posterior a su uso y caladas intermitentes como sostenidas para evitar el recalentamiento y una posible molestia por exceso de temperatura del vapor.
Una de las extracciones más populares y controvertidas, los cartridges de destilados, ha estado bajo la lupa desde 2019, después de los casos presentados de neumonía lipoidea atípica, EVALI (E-cigarette or Vaping Associated Lung Illness), que ha causado la hospitalización de 2.807 personas y más de 65 muertos. La enfermedad se ha atribuido a la presencia de un agente cortante, acetato de vitamina E, en cartuchos de destilado adquiridos en el mercado negro. E inmediatamente se vinculó erróneamente al vapeo de nicotina.
Este tipo de destilado, cuando es legal, se fabrica con grado farmacéutico y se usa en medicamentos y hasta en productos culinarios. Su concentración y posibilidad de mezcla con terpenos le dan un lugar privilegiado en la industria. Además, estos cartuchos, en acero o plástico, poseen una resistencia cilíndrica en cerámica que es calentada por una batería tipo eGo con rosca 510.
Las marcas que están liderando el mercado en 2021 en Estados Unidos ofrecen destilados de CBD como 3hi y DiamondCBD. De hecho, este tipo de extracción permite aislar compuestos específicos de la planta, por ejemplo el Delta-8-THC, un isómero del Delta-9-THC con propiedades estimulantes y energizantes, o el CBN (cannabinol) muy efectivo para el trastorno del sueño.
El cannabis ofrece muchas posibilidades para manejar afecciones de forma natural. Se puede usar con un riesgo casi nulo y, en cambio, muchos beneficios. La vaporización, con su practicidad y seguridad, desde que se trate de productos provenientes de mercados regulados, hace una pareja perfecta con la planta, pues permite aprovechar sus bondades medicinales con un riesgo reducido en comparación con las formas tradicionales de consumo.
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