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BAT planea revolucionar la industria del tabaco: ¿el fin del tabaquismo está al alcance?

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En un intento audaz pero aparentemente sincero en su propósito de transformar la industria, British American Tobacco (BAT) ha presentado su visión de un futuro sin humo, enfocada en la reducción del daño causado por el tabaco.

Uno de los grandes desafíos del siglo XXI es combatir la mortalidad y la morbilidad causadas por el tabaquismo. Este reto solo parece posible de superar si se articulan el desarrollo tecnológico, la regulación equilibrada y el compromiso con la equidad y la justicia social, todo sostenido por una base científica sólida. 

En esa línea, y en un intento audaz pero aparentemente sincero en su propósito de transformar la industria, British American Tobacco (BAT) ha presentado su visión de un futuro sin humo, enfocada en la reducción del daño causado por el tabaco.

Con la ambiciosa meta de migrar a millones de fumadores hacia productos de menor riesgo, BAT apuesta por la innovación y la ciencia para dejar atrás los cigarrillos combustibles. Sin embargo, surgen preguntas inevitables: ¿será esta transformación lo bastante poderosa para enfrentar la desinformación, los obstáculos regulatorios y la percepción pública sobre la nicotina? ¿Logrará cambiar las dinámicas sociales y culturales relacionadas con el consumo de productos de nicotina o persistirá el estigma, incluso frente a formas menos dañinas de consumo?

¿De qué se trata la iniciativa?

Este septiembre, British American Tobacco (BAT) lanzó «Omni™: Pensamiento Futuro para un Mundo sin Humo», una publicación diseñada para impulsar el diálogo y el debate científico sobre la reducción de daños del tabaco. 

Aunque es una de las principales empresas tabacaleras, con este documento BAT refuerza su intención de imaginar un futuro en el que el acto de fumar, tal como lo conocemos, sea reemplazado por alternativas menos dañinas, respaldadas por la ciencia. No obstante, la empresa, que busca consolidarse como líder global en el desarrollo de alternativas como el tabaco calentado, vaporizadores, tabaco oral y bolsas de nicotina, reconoce que su papel en la industria tabacalera, tradicionalmente considerada una gran amenaza para la salud pública, genera dudas sobre la autenticidad de su nueva misión.

A pesar de esto, como revela el documento, BAT parece estar convencida de la necesidad de enfrentar el reto de trasladar su principal y nocivo producto hacia el ámbito de la reducción de daños.

Las dos premisas principales del paradigma de la reducción de daños aplicadas al tabaquismo son bien conocidas por la empresa: 

  1. Es la combustión del tabaco, no la nicotina, la que provoca los graves daños asociados al hábito de fumar; 
  2. Aunque el resultado ideal sería que los fumadores abandonen el hábito por completo, muchos no lo harán. 

Teniendo esto en cuenta, las estrategias de reducción de daños por tabaquismo buscan alentar a los fumadores que de otro modo seguirían consumiendo tabaco combustible a cambiar a alternativas más seguras. 

Los productos sin combustión de BAT, como su dispositivo de tabaco calentado glo y su vaporizador Vuse, se presentan como opciones de menor riesgo frente a los cigarrillos tradicionales. La empresa asegura, con el respaldo de estudios científicos incluidos en su informe, que al evitar la combustión estos productos reducen de manera significativa la exposición a tóxicos como el alquitrán.

El impulso por la regulación y la innovación

Consciente de la percepción pública y del pasado de la industria tabacalera, uno de los principios clave de la estrategia de BAT es la transparencia en la investigación. La empresa busca involucrarse con reguladores, expertos, autoridades de salud pública e inversores para fomentar una mayor aceptación de la reducción de daños por tabaquismo. 

A pesar de esto, reconoce que enfrenta importantes obstáculos regulatorios, como las prohibiciones de productos sin combustión en ciertos países y el escepticismo hacia la investigación financiada por la industria. Además de la desinformación, muchas organizaciones políticas y de salud pública desconfían de las soluciones promovidas por las empresas tabacaleras, argumentando que el enfoque de BAT en el “riesgo reducido” podría subestimar los riesgos significativos que aún plantea la adicción a la nicotina.

De acuerdo con el Informe, la ambición de BAT de lograr que los productos de menor riesgo y daño para el consumo de nicotina representen el 50 % de sus ingresos globales para 2035 subraya la magnitud de la transformación que la empresa se propone alcanzar. 

Este cambio refleja lo que está ocurriendo en otras industrias que, al igual que la tabacalera, están pasando de procesos basados en la combustión a alternativas sin combustión, como la industria automotriz en su transición de vehículos a gasolina a eléctricos. El Informe traza paralelismos con estos sectores, resaltando el papel fundamental de los gobiernos y del comportamiento de los consumidores para que las transiciones sean viables. 

La empresa enfatiza la importancia de políticas que apoyen el enfoque de reducción de daños por tabaquismo y regulen de manera efectiva los nuevos productos. Esto podría ocurrir por medio de incentivos gubernamentales como los que han acelerado la adopción de vehículos eléctricos.

En este orden de ideas, el eje central de la propuesta es la creación de un marco regulatorio que respalde la reducción de daños por tabaquismo al mismo tiempo que se previene el uso por menores de edad y se garantiza la seguridad de los dispositivos e insumos. 

La compañía ha invertido miles de millones en investigación y desarrollo para crear productos como glo y Velo, diseñados para ofrecer a los fumadores adultos alternativas satisfactorias a los cigarrillos tradicionales. Aunque aún faltan datos de salud a largo plazo, BAT se apoya en un conjunto de evidencia que sugiere que estos productos de menor riesgo exponen a los usuarios a muchas menos sustancias químicas dañinas que el tabaco combustible.

La ciencia detrás del mundo sin humo

En Omni™, BAT enfatiza de manera constante su compromiso con la ciencia como el pilar de su transformación hacia un futuro sin humo. 

La investigación de la compañía sobre la toxicología de los productos no combustibles es un componente esencial de su mensaje. BAT señala que organizaciones de salud pública como Public Health England han concluido que los productos de vapor son probablemente mucho menos dañinos que el tabaquismo, aunque no exentos de riesgos. También citan el caso de Suecia como un ejemplo destacado del potencial de la reducción de daños aplicada al consumo de tabaco. En este país, el uso extendido de tabaco oral (snus) ha contribuido a que lograr las tasas más bajas de tabaquismo y muertes por cáncer de pulmón en Europa, 

Sin embargo, BAT es cautelosa al enmarcar sus nuevos productos como parte de un esfuerzo de salud pública más amplio, en lugar de presentarlos como soluciones perfectas. Por ejemplo, subrayan que, aunque los productos no combustibles reducen la exposición a toxinas, siguen siendo adictivos debido a su contenido de nicotina. Además, BAT aclara que estos productos no están diseñados ni se comercializan como herramientas para dejar de fumar, sino como alternativas dirigidas a quienes no están dispuestos o no pueden abandonar el tabaco por completo.

Una perspectiva global de la reducción de daños por tabaquismo

El documento posiciona a BAT como un actor clave en el esfuerzo global por reducir las consecuencias del tabaquismo en la salud, con la ambiciosa meta de alcanzar 50 millones de usuarios de productos de reducción de daños para 2030. BAT imagina un futuro en el que los cigarrillos sean cosa del pasado, reemplazados por productos que ofrezcan un menor riesgo para los fumadores adultos. 

Sin embargo, este futuro depende de una aceptación más amplia del paradigma de la reducción de daños por tabaquismo por parte de reguladores, científicos y comunidad de salud pública. Para lograrlo, la compañía hace un llamado a un diálogo más abierto y una regulación colaborativa, destacando el éxito de países como Suecia, donde un entorno regulatorio favorable ha facilitado la transición de los fumadores hacia alternativas más seguras, con un impacto positivo importante en la salud pública.

A pesar del panorama prometedor, BAT enfrenta una considerable oposición por parte de la comunidad global de salud pública, que sostiene que la mejor manera de reducir los daños asociados al tabaquismo es eliminar por completo el uso de tabaco y nicotina. Los críticos también se mantienen escépticos respecto a los motivos de la tabacalera, sugiriendo que la transformación de la compañía está más impulsada por intereses comerciales que por una verdadera preocupación por la salud pública. 

Aunque estos productos han sido utilizados y estudiados durante décadas, los prohibicionistas y negacionistas insisten en señalar la falta de estudios a largo plazo sobre sus impactos en la salud. También subrayan el riesgo de que puedan servir como puerta de entrada a la adicción a la nicotina para los no fumadores, especialmente entre los jóvenes.

Hacer del futuro soñado una realidad tangible

Con el informe, BAT ofrece una visión de un futuro donde los productos de menor riesgo y daño para el consumo de nicotina desempeñan un papel crucial en la reducción de las muertes y enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Pero la realidad es que la visión de BAT depende del éxito del diálogo y de las estrategias colaborativas entre múltiples partes interesadas. Dicho de otra manera, este futuro sin humo depende de decisiones, acciones y circunstancias del presente. 

Aunque el compromiso de la empresa con la innovación y la reducción de daños es evidente, el camino hacia una aceptación generalizada sigue plagado de desafíos regulatorios, científicos y éticos. 

BAT aspira a liderar el cambio global hacia un futuro sin humo, pero el éxito de este esfuerzo dependerá en gran medida de las decisiones de los gobiernos, las autoridades de salud pública y los propios consumidores. Si esta transformación se logra, podría verdaderamente remodelar la industria del tabaco. Sin embargo, por ahora, un mundo sin humo sigue siendo una visión que requerirá esfuerzo sostenido, diálogo y confianza para convertirse en una realidad tangible.

Lea el Informe completo: Omni™: Forward Thinking for a Smokeless World.


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