Son cada vez más los estudios que corroboran la seguridad del cigarrillo electrónico y su viabilidad para convertirse en la herramienta más eficiente para la cesación del tabaquismo.
Un estudio publicado en Addiction (Society for the Study of Addicction – SSA) analiza la incidencia del uso de tabaco en la salud cardiovascular, concluyendo y reafirmando que el tabaquismo está estrechamente ligado a las afecciones del sistema circulatorio. ¿Qué sucede con el vapeo?
El estudio titulado “Tobacco use Disorder and Cardiovascular Health” menciona que el uso de productos combustibles de tabaco, sistemas electrónicos de nicotina y productos sin humo como el snus incrementa la probabilidad de sufrir enfermedades crónicas o aguadas relacionadas con el sistema circulatorio y cardiovascular. Sin embargo, los mismos investigadores han encontrado que al cesar el consumo estos efectos nocivos se revierten relativamente rápido.
Con esta afirmación los investigadores alientan a los fumadores a usar los métodos tradicionales de cesación, sumados a un acompañamiento y asesoría que exponga las dificultades y enfermedades que afronta un fumador, así como las ventajas y la reducción de daños que se presentan al momento de cesar, sin olvidar un riguroso seguimiento del caso bajo criterio de un profesional.
Ciencia y fanatismo
Frente a lo anterior, desde la Universidad de Boston, el profesor Michael Siegel se ha encargado de desmentir que el vapeo es causante de paros cardiacos. Su estudio titulado “Re-examining the Association Between E-Cigarette Use and Myocardial Infarction: A Cautionary Tale” ha refutado tres estudios anteriores que han asociado el vapeo con el incremento de ataques cardiacos y han incluido a los que nunca fueron fumadores. El argumento es que no se encontraron ningún tipo de asociaciones entre el uso de vaporizadores en pacientes sin problemas cardiacos previos.
El fanático antivapeo Stanton Glantz es uno de los coautores de estos estudios: “Electronic Cigarette Use and Myocardial Infarction Among Adults in the US Population Assessment of Tobacco and Health”, publicado en 2019 en la American Heart Association (AHA). Este fue desestimado cuando, después de reevaluar los datos, se encontró que las falsas asociaciones hechas en este estudio se basan en en la malinterpretación y no corresponden a la realidad, situación por la cual la AHA tuvo que retractarse a inicios de 2020.
En contraste, este nuevo estudio del profesor Siegel obtuvo datos de 175.546 participantes en la encuesta anual National Health Interview Survey entre 2014 y 2019. En el análisis encontró que el consumo diario de cigarrillo electrónico únicamente está asociado con un alto riesgo de ataques al corazón cuando las personas continúan fumando cigarrillos combustibles (usuarios duales). De hecho, la evidencia encontrada por Siegel no considera el vapeo como riesgo al corazón, corroborando sus sospechas iniciales sobre el estudio inicial (el de Glantz), que no tuvo al tabaquismo como un factor significativamente variable.
En conclusión…
Cada estudio sigue demostrando que el consumo de nicotina no representa un riesgo latente para el consumidor. Lo que sí genera problemas serios de corto, mediano y largo plazo son los subproductos de la combustión que producen químicos altamente cancerígenos. El vapeo, nuevamente, tiene de su lado el peso de la ciencia para demostrar que es la herramienta más efectiva para la cesación tabáquica.
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