Hablemos: sin humo, por favor. Una invitación al diálogo sobre productos de riesgo reducido desde la industria tabacalera.
«¿Fumaste?». Todo fumador sabe lo que implica esta pregunta: una discusión inevitable con su pareja, con su familia o con algún ser querido.
Se estima que actualmente hay alrededor de 1.100 millones de fumadores en el mundo. En nuestra región los datos aproximados indican que en Colombia hoy hay cerca de 3 millones de fumadores, cerca de 6,4 millones en Argentina y más de 15 millones en México. Desafortunadamente estas cifras no tienden a cambiar, y la Organización Mundial de la Salud calcula que para 2025 el número de fumadores se mantendrá más o menos igual.
En América Latina, aunque hay productos alternativos disponibles en Colombia, Costa Rica, Guatemala, México y algunas islas del Caribe, aún es un reto para los fumadores acceder a información clave sobre los beneficios y riesgos de estos productos. ¿Por qué? ¿Acaso no estamos todos de acuerdo en que debemos ayudar a los millones de fumadores en Latinoamérica a dejar de fumar? Por supuesto, pero muchos simplemente no lo ven así. Actualmente, gracias a la ciencia y a la innovación, aquellos que de otra manera seguirían fumando cigarrillo tienen mejores alternativas.
¿Qué dice la industria?
Los escuchamos: hemos seguido con atención el discurso de las organizaciones civiles y de otros actores en contra del cigarro en Latinoamérica, y hay temas sumamente importantes en los que coincidimos.
El punto de partida es que nosotros también queremos que el cigarro sea cosa del pasado. Partimos de la base de que la mejor decisión es no empezar a fumar; si fuma, lo mejor es dejarlo; pero si no lo deja, la mejor alternativa es cambiarse a productos más seguros. Trabajamos para que haya una reducción sostenida y significativa del consumo de cigarro, y gracias a la ciencia y la innovación tenemos alternativas disponibles para aquellos fumadores adultos que de otra manera continuarán fumando, pues también escuchamos a los fumadores y no les daremos la espalda.
Estamos de acuerdo con ustedes: las alternativas al cigarro deben ser analizadas rigurosamente por la ciencia y deben regularse. Aunque la evidencia muestra que pueden ser una mejor opción para los fumadores actuales, es importante entender que no son productos libres de riesgo y son adictivos, pero son significativamente mejor opción que fumar cigarrillo.
Coincidimos: los nuevos productos necesitan nuevas regulaciones, basadas en estudios científicos, objetivos, independientes y rigurosos, pero no prohibición. Prohibir algo que es claramente mejor va contra el sentido común y deja a los fumadores que no quieren dejar de fumar con una sola opción: los cigarrillos. Sin duda, los fumadores merecen una mejor elección, basada en información real y objetiva, como la que han conseguido Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda, entre otros. Dicha información ha sido reconocida por entidades como la FDA de Estados Unidos y el Departamento de Salud Pública de Reino Unido en lo referente a productos de tabaco calentado y cigarros electrónicos.
Hablemos de opciones
¿Qué pasa si trabajamos conjuntamente? Consumidores, gobierno, sociedad civil y empresas tenemos la capacidad de dialogar de manera inteligente, respetuosa y constructiva, basados en la ciencia y no en ideologías. De esta manera estamos seguros de que podemos acelerar el cambio.
Hablemos de productos sin humo, por favor, y de los intereses de los fumadores. Si lo hacemos, encontraremos estrategias que fortalezcan los esfuerzos de prevención y cesación para lograr una reducción sistemática en el consumo de cigarros de manera mucho más eficaz que con prohibiciones. Un reciente estudio asegura que el declive del 38% en las ventas de cigarrillos en Japón entre 2011 y 2019 se relaciona con las ventas de productos de tabaco calentados (HTP) que se introdujeron en el mercado japonés a finales de 2015.
En Philip Morris International estamos siempre en la mejor disposición para sostener ese diálogo, porque estamos comprometidos con la construcción de un mundo sin humo. Hoy los invitamos a construir juntos, partiendo de la base de que todos queremos un futuro mejor, reemplazando el cigarrillo tan pronto como sea posible con regulaciones adecuadas, con mejores alternativas para los hombres y mujeres que de otro modo seguirán fumando.
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