Juan Facundo Teme, presidente de la Asociación Argentina de Vapeadores (ASOVAPE Argentina), concedió una entrevista a Vaping Today donde nos cuenta del panorama del vapeo en su país, la prohibición y las expectativas sobre la reducción de daños en el mediano plazo.
En América Latina, Argentina es uno de los países con una posición más hostil hacia el vapeo. Desde 2011, se prohíbe allí toda venta, promoción o importación de productos de vapeo o de accesorios relacionados con él. En un contexto como este, son esenciales las organizaciones de la sociedad civil que abogan por el derecho a consumir, pero sobre todo a tomar decisiones libres para conseguir una mejor salud y, en el largo plazo, un beneficio para la salud pública.
Este es el caso de ASOVAPE Argentina. Juan Facundo Teme es su presidente y un decidido activista a favor de la reducción de daños por tabaquismo. Su compromiso con esta causa lo ha llevado a participar en espacios nacionales e internacionales relacionados con el tema y a vincularse activamente con la vida política de su país para lograr una legislación más justa para el vapeo y, sobre todo, para las personas fumadoras. Entre sus participaciones se cuentan las que tuvo en el documental «Detrás de la nube» de Somos Innovación y en el documental #Safer Argentina de Jeffrey Zamora.
Su objetivo es promover una regulación sensata sobre el cigarrillo electrónico en Argentina. Hasta el momento, ha defendido más de 20 proyectos de ley antivapeo en distintas provincias. Busca incansablemente que el gobierno permita a millones de fumadores acceder a una alternativa que reduzca los daños que ocasiona el consumo de tabaco. «El éxito de ASOVAPE Argentina repercutirá positivamente en la vida de millones de personas, tanto en fumadores y sus familias, como para quienes quieran emprender en una industria naciente», afirma Teme.
A continuación, la entrevista completa.
Vaping Today (VT): Juan, cuéntanos un poco cómo está el contexto en Argentina.
Juan Facundo Teme (JFT): La situación argentina es muy compleja. Hace más de una década existe una prohibición por disposición administrativa. Si bien no es una ley que haya pasado a nivel parlamentario, no es una decisión de un senador o de los diputados, es muy difícil. Está prohibida la venta, la promoción y la importación de todo producto de vapeo y sus accesorios. Así que es bastante complejo y duro. Es bastante criminalizado quien se arriesga a comercializar este tipo de productos, incluso los vendedores que existen desde antes de dicha prohibición, porque el vapeo en nuestro país está presente y es una realidad desde hace aproximadamente unos 15 años, se estima.
VT: Y entonces la situación legal no ha pasado por ningún rito legislativo, ningún proceso, digamos, democrático, ha sido una imposición administrativa.
JFT: Democrático, no. No ha pasado a nivel parlamentario, no fue una decisión que haya pasado por la Cámara de Diputados y de Senadores. El ente que maneja todo lo que sea tecnología médica y alimentos dispuso que no había evidencia suficiente en su momento, en el 2011, que avalara la seguridad de estos productos y decidió prohibirlos.
VT: Y desde entonces sigue valiendo el mismo argumento.
JFT: Sigue el mismo argumento. Si bien hubo una suerte de revisión, que en realidad no fue una revisión porque no se evaluó nueva evidencia, ratificaron la misma posición, siguieron con la misma postura y agudizaron los controles sobre quienes expenden productos de vapeo con allanamientos bastante duros y bastante hostiles.
Si bien no fueron muy plurales en cuanto a la cantidad de los allanamientos, es muy tortuoso pasar por ese [proceso] porque interviene Policía Federal, interviene Aduana, AFIP, que sería el fisco en Argentina, y la mayoría de los emprendedores son pequeños, como lo definen en nuestro país son pymes, a veces están en una pequeña oficina o en sus propios hogares, y quedan muy estigmatizados, no solo en la comunidad de vapeadores porque perdés a la mayoría de tus clientes, te cuesta mucho remontar tu negocio, sino con tus vecinos, con tus colegas.
Es un proceso muy, muy duro de afrontar y, [en] la situación económica del país, perder toda tu mercadería, perder tus clientes te lleva a no poder recuperarte. Generalmente, tienda que es allanada, tienda que por lo general cierra definitivamente. Y si no es por una cuestión económica, el miedo es un factor determinante que los lleva a salir del rubro del vapeo.
VT: ¿Llegan a ocurrir procesos criminales, [causas judiciales], con usuarios o comerciantes?
JFT: Por lo general, no. Solo es una multa económica. Rara vez se llegó a un proceso judicial, pero las veces que lo hubo fueron procesos judiciales muy complejos, pero fueron casos que tenían algunas particularidades que lo llevaron a ser de esa manera tan compleja.
VT: Porque está prohibido comercializar, ¿el comercio configuraría un contrabando como mínimo?
JFT: Las causas son por contrabando y eso conlleva a que lo que determina la causa es el volumen de mercadería que te encuentren. Si encuentran poca mercadería, pasa un poco desapercibida a la parte judicial. Si encuentran gran volumen, ya es una causa de contrabando y si ya es extremadamente grande la red de comercios y tenían varios locales, muchos distribuidores, ya se va complicando por asociación ilícita y aparece una carátula que, no me quiero equivocar, pero le atribuyen una carátula de perjuicio a la salud y es una carátula, un título bastante duro de afrontar.
Pero el mismo ente que te atribuye esa carátula que después pasa al plano judicial se admite incompetente, que no tiene competencias en el país, no existen competencias para determinar o hacer un análisis para demostrar lo que te adjudica. O sea, confiscan un líquido al cual le atribuyen que hace un daño o un perjuicio a la salud pública, pero no pueden hacer un análisis que determine que es tan malo como dicen o tan bueno como la defensa del acusado dice que es. Es realmente lisérgica la situación, por describirlo de alguna manera.
VT: ¿Y desde ASOVAPE han encontrado espacios públicos para el diálogo con un congreso, con la administración pública, no han conseguido dialogar con estos entes?
JFT: Si bien ASOVAPE tiene un tiempo de vida muy corto, prácticamente dos años, all principio fue muy difícil conseguir esos espacios. El primer año fue prácticamente imposible, estaban muy negados, incluso temerosos de llevar adelante un proyecto de ley. Este segundo año fue mucho más abierto, los legisladores, pero todo basado en evidencia, empezó la reducción de daños a ser un tema de interés público, [se empezó] a ver que había otro lado de la historia, no sólo la que proponían los súbditos de Michael Bloomberg o las subsidiarias de Bloomberg.
Empezaron a ver que había otra ciencia. Se empezó a contrarrestar un poco la desinformación y ahí empezaron a surgir las oportunidades con distintos legisladores, tanto del oficialismo como de la oposición. Empezaron a surgir oportunidades en distintos medios, no sólo dando lugar a entrevistas, sino también a, bueno, yo tuve la oportunidad de ser columnista de un diario, por ahora solo escribí una columna, pero bueno, si el interés sigue creciendo, me van a seguir convocando con el mismo título, ¿no?
Y no es menor ser columnista. Bueno, el doctor Diego Verrastro escribió un artículo de opinión que tuvo mucha relevancia y de a poco se van acercando legisladores más tímidamente. Pero hace unos diez días surgió una oportunidad con diputados y la Comisión de Salud que abre una puerta a la esperanza para todos los vapeadores en Argentina, que a medida que vaya avanzando la vamos a ir dando a conocer. Pero creo que se viene algo importante que esperemos que llegue a buen puerto.
En Argentina nunca se sabe, todo puede ir mutando en el proceso, hay muchos intereses de por medio. La corrupción también es un factor determinante en el proceso, pero hay una pequeña esperanza y uno se mantiene optimista, ¿no? Porque si perdemos el positivismo, ¿para qué lo vamos a intentar?
VT: ¿Y qué tal la opinión pública en Argentina acerca del vapeo?
JFT: Hay mucha desinformación. Yo te podría decir que cada 15 días hay ciertos medios que sacan un artículo negativo sobre el vapeo. Esos artículos incluso van generalmente sin firma de un periodista y, cuando llevan firma de algún especialista o de alguna institución, sabemos que están financiadas por Bloomberg o tuvieron un grant [subvención] en alguna época.
Nos hemos dado cuenta que Bloomberg Philanthropies hace mucho que no financia instituciones en Argentina, entonces hay como una desesperación por volver a conseguir un financiamiento. Ese financiamiento estuvo muy atomizado, muy estratégicamente atomizado, y la estrategia era, justamente y valga la redundancia, desinformar y apoyar la mala ciencia en contra del vapeo y hacer afirmación sobre supuestos como “el vapeo genera impotencia” o “en determinada universidad se demostró que el vapeo causaba tal efecto sobre salud”, y leías el artículo completo o el paper y realmente el estudio lo habían realizado sobre ratones y en un tubo de acrílico y te das cuenta de que con los ratones no hay comparación porque ni siquiera tienen la capacidad de respirar por la boca y las sesiones a las cuales los sometían a los pobres animales eran demasiado extremas. Y bueno, para alguien como yo, que es amante de toda la fauna y la biodiversidad, es aberrante lo que hacían.
Pero bueno, el periodismo argentino y lo que consumimos… estamos acostumbrados a titulares muy amarillistas y es lo que vende el periodismo. Sobre el vapeo se venden titulares alarmantes.
VT: ¿Entonces eres optimista sobre lo que puede ocurrir en Argentina a mediano plazo?
JFT: Me gustaría creer que sí. Yo creo que a mediano plazo… no sé si vamos a conseguir una regulación a mediano plazo, pero creo que la opinión pública cada vez va a ir mutando a favor del vapeo, que los legisladores cada vez se van a ir acercando más a nosotros, que van a ir despertando, que se van a ir sacando la venda que tienen sobre los ojos y eso nos va a ir llevando a un futuro prometedor en Argentina.
Pero bueno, hay demasiados intereses de por medio, pero como hay intereses en contra también hay muchos intereses a favor. Y cuesta quizás admitirlo, pero incluso yo creo que hasta la industria tabacalera, por más loco que parezca, hoy no representa un enemigo. Y es triste creer que una industria que ha hecho tanto daño a nivel mundial tenga una posición más favorable para el vapeo en Argentina que el mismo Estado, que es quien debería cuidarnos y protegernos y favorecer y darnos los beneficios de la salud pública y opciones. Porque la real epidemia es el tabaquismo y enfocarse en el control del tabaco, no en por qué las personas fuman, sino en por qué deberían dejarlo y cómo deberían dejarlo.
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