Con un lenguaje confuso que, sin embargo, busca conseguir la confianza ciega del lector, la neumóloga Stella Regina Martins busca difundir los supuestos peligros de la nicotina.
«La nicotina de base libre no es atractiva porque tiene un sabor amargo y es irritante para las vías respiratorias; (…) chocolate, vainilla, crème brûlée, menta, fresa, etc. Estos aromas tienen como objetivo hacer que el vapeo sea agradable y, cuando la nicotina está presente, enmascarar su mal sabor (…). Son muy atractivos para niños y adolescentes y no son para nada una preferencia entre los fumadores adultos”.
Estas afirmaciones son de la neumóloga Stella Regina Martins, especialista en dependencia química con énfasis en control del tabaco, en la reciente nota técnica de su autoría titulada “Nicotina: ¿qué sabemos?”, que publicó la organización no gubernamental ACT Promoção da Saúde (Alianza para el Control del Tabaco Promoción de la Salud) en asociación con la dinámica y omnipresente Campaign for Tobacco-Free Kids.
Uno de los objetivos declarados de la publicación es justamente tratar los “daños a la salud causados exclusivamente por la nicotina”, ya que aparte de la “capacidad de causar dependencia, [la nicotina] es la responsable de predisponer a los usuarios a diversas morbilidades”.
¿Propaganda antivapeo?
El tono alarmista está presente a lo largo de todo el texto, en el que se perciben las huellas de una actitud prohibicionista supuestamente dirigida a defender la salud de las personas. Ya en la introducción la doctora sutilmente se adelanta a los posibles cuestionamientos de su lector y presenta en forma de pregunta las formas en que cree que se podrían regular los productos de reducción de daños, sugiriendo como únicas opciones “como un producto de tabaco o como droga o medicamento”.
La diligencia en abordar, aunque con brevedad, un aspecto fundamental para la seguridad de los usuarios como es la normatividad para estos productos tiene un timing perfecto, ya que en la Agencia de Salud de Brasil (ANVISA) se está tramitando el proceso regulatorio para mantener la prohibición por decisión unánime de sus directores. Para un lector más atento, es claro que se busca negar que los productos de reducción de daños necesitan su propio ordenamiento regulatorio y que no es adecuado ni eficaz tratarlos como un producto de tabaco, así como que es absolutamente incorrecto considerarlos como una droga terapéutica o medicamento.
Entre otras sutilidades, la doctora enfáticamente menosprecia el potencial de la sustancia y el propio método científico afirmando que los beneficios de la nicotina se restringen a los productos farmacéuticos. “Excepto en el tratamiento de cese de fumar, hasta la fecha, no hay evidencia científica de que la nicotina haya demostrado eficacia o efectividad para el tratamiento de enfermedades neurológicas enfermedades degenerativas como la enfermedad de Párkinson o la enfermedad de Alzheimer, ni para la colitis ulcerosa o la COVID-19″.
Un texto deficiente
A pesar de la intención de la autora de promover la divulgación y discusión del tema entre profesionales de la salud, funcionarios públicos y personas interesadas en general, el texto es poco didáctico para este propósito. Aunque por un lado está plagado de afirmaciones y convicción, por otro desborda tecnicismos que a los lectores de a pie les parecerán fastidiosos.
En la publicación, es evidente que el discurso de autoridad que convenientemente busca el equilibrio entre la incertidumbre y la seguridad pretende que el lector, que solo busca entender el tema y se preocupa por la salud, se convenza sin cuestionamiento alguno de lo que dice la autora.
Sometimos las afirmaciones de la doctora al análisis del Dr. Brad Rodu, colaborador de The Vaping Today y profesor de Medicina de la Universidad de Louisville, quien investiga el tema hace treinta años. El objetivo era buscar una postura más matizada y equilibrada. Sabemos que, como cualquier sustancia consumible, la nicotina no es inocua, tiene sus grados de seguridad y grupos de riesgo que deben evitarla, pero a la vez, de acuerdo con las evidencias científicas, su uso recreativo no representa ningún peligro para la gran mayoría de las personas.
A continuación, reunimos algunas de las afirmaciones de la Dra. Martins, que luego se contrastarán con las respuestas del Dr. Brad Rodu.
Cardiovascular
“La nicotina estimula el sistema nervioso simpático (SNS) que, en el cardiovascular, desencadena una cascada de cambios agudos, como aumento de frecuencia cardíaca, alrededor de 10 a 15 latidos por minuto, y contractilidad miocárdica. Este escenario provoca una mayor demanda de oxígeno y nutrientes.
“La nicotina también actúa sobre los receptores α-adrenérgicos y sobre la disfunción del endotelio de los vasos, provocando la constricción de las arterias coronarias. Estos cambios conducen a isquemia miocárdica, infarto e incluso muerte súbita.
“La nicotina promueve importantes disfunciones endoteliales, que son la primera etapa de la enfermedad vascular, ya que desencadena inflamación vascular, proliferación celular y trombosis, además de cambios en los lípidos y resistencia a la insulina. Los fumadores tienen una capacidad de regeneración endotelial alterada«.
Tromboangitis obliterante
“El endotelio de las arterias es fuertemente atacado por la nicotina. Esta lesión promueve el engrosamiento de las paredes arteriales, la vasoconstricción, la reducción de la luz arterial, lo que puede conducir a la obstrucción del flujo sanguíneo, lo que explica la fisiopatología de la tromboangeítis obliterante, también conocida como enfermedad de Buerger.
“Si la obstrucción ocurre en la arteria femoral, se puede clasificar como Síndrome de Leriche. A medida que avanza la enfermedad y se produce la oclusión arterial, se produce gangrena, que requiere amputación«.
Endocrino
“La nicotina también puede contribuir a crear resistencia a la insulina, pues interfiere con la respuesta de las células musculares, del tejido adiposo y el hígado a la insulina excretada por el páncreas, perdiendo así la capacidad de absorción y reducción de los niveles de glucosa en plasma«.
Metabolismo de los lípidos
“La nicotina estimula la liberación de catecolaminas, que actúan sobre la lipólisis de los adipocitos, altera la niveles plasmáticos de ácidos grasos libres y actúa en la reesterificación de este ácido en el hígado, causando hipertrigliceridemia y bajos niveles de la fracción antiaterogénica del colesterol (HDLc)«.
Digestivo: úlcera péptica
“La nicotina provoca un flujo reducido de sangre en el revestimiento del estómago.
“La nicotina suprime la restitución y las células epiteliales del estómago no puede extenderse o migrar, por lo que la regeneración de la lesión no puede tener lugar correctamente.
“La nicotina puede reducir los niveles de EGF (factor de crecimiento epidérmico) en la saliva, lo que puede estar relacionado con la patogenia de la úlcera péptica. También afecta negativamente la producción de prostaglandina E2, aumentando la susceptibilidad a la ulceración en el estómago«.
Sistema reproductivo
Infertilidad: disminución de los niveles de testosterona; reducción significativa en el conteo de espermatozoides, así como un impacto negativo en su capacidad para fertilizar.
Disfunción eréctil e impotencia: la nicotina provoca un vasoespasmo agudo de las arterias del pene, que a su vez alteran el flujo sanguíneo eréctil, aumentando el tono del SNS, lo que afecta negativamente la erección.
Menopausia temprana
“Niveles reducidos de estrógeno activos circulantes, altera la periodicidad normal de los ciclos menstruales, además de provocar la menopausia precoz«.
Osteoporosis
“La nicotina aumenta la apoptosis de los osteoblastos, es decir, acelera la muerte de las células encargadas de la síntesis de la parte orgánica de la matriz ósea«.
Accidente cerebrovascular isquémico, nicotina y anticonceptivo oral
La asociación de la exposición a la nicotina con el uso de anticonceptivos orales mostró un mayor riesgo de un evento isquémico en un estudio realizado con ratas con un ciclo menstrual normal. Se observó que la nicotina sola es dañina y un factor de riesgo para eventos de isquemia cerebral en mujeres, pero que se potencian en asociación con anticonceptivos orales.
Esterilidad
“La nicotina parece tener un efecto perturbador del sistema endocrino, afectando el sistema reproductivo. La presencia de nicotina y su metabolito metilado (M-nicotina) puede inducir un tipo de insuficiencia lútea al inhibir la liberación de progesterona, probablemente a través de demodulaciones en el sistema de prostaglandinas«.
Embarazo
“Problemas con la fertilización uterina y la implantación del huevo se observan en mujeres expuestas a la nicotina, favoreciendo el embarazo ectópico al afectar la función del oviducto. La nicotina afecta el transporte de nutrientes en las microvellosidades de las células placentarias, incluidos los aminoácidos, más en fumadoras embarazadas en comparación con las mujeres embarazadas no fumadoras, impactando negativamente en el crecimiento fetal«.
Feto
“La nicotina puede disminuir la infusión del tejido placentario, lo que lleva a la hipoxia fetal y acidosis«.
Cáncer
Se hace alusión a que la exposición humana a la nicotina podría desencadenar el cáncer. La nicotina tiene la capacidad de estimular varios mecanismos en la promoción de la angiogénesis, favoreciendo la migración de células endoteliales, proliferación, supervivencia y formación de tubos. La supervivencia del cáncer y la metástasis dependen de la angiogénesis. La angiogénesis se ha demostrado en numerosas células de tumores (mama, colon y pulmón) que fueron implantados en la membrana corioalantoidea de pollos y otros sistemas vivos.
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Stella Regina Martins,
https://actbr.org.br/uploads/arquivos/ACT-Nicotina-NotaTecnica-%284%29.pdf
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