“Si no le gusta la ciencia que existe, cree una propia. Y luego diga ‘necesitamos más investigación’. Y luego etiquete a su oposición como un grupo de fanáticos de mente cerrada». Esto tuiteó Adriana Blanco Marquizo, recientemente reelegida como jefe de la Secretaría del Convenio Marco, un par de días después de concluida la COP9. La afirmación le salió por la culata, ¿acaso no viene siendo esta la práctica predominante de la OMS?
El desarrollo de la COP9 ha dejado claro al público que las intenciones de la COP del Convenio Marco de la OMS para el control de tabaco, y que incluye al “innombrable vapeo”, no va más allá de una simple reunión para acordar las rutas más difíciles, económica y socialmente hablando, que los fumadores han de tomar.
Es una sentencia de muerte desde el momento en que se decide hacer ‘investigaciones y generar datos’ que buscan desacreditar otras rutas, métodos y tecnologías que demuestran ser contundentes y concluyentes. De hecho, el historiador científico Robert Proctor dice, en una conversación con su colega Peter Galison para el MIT PRESS: “Es realmente brillante: Si no te gusta la ciencia que hay, crea la tuya propia».
Cómo la industria convierte a la ciencia en un arma: «Si no le gusta la ciencia que existe, cree una propia. Y luego diga ‘necesitamos más investigación’. Y luego etiquete a su oposición como un grupo de fanáticos de mente cerrada», parafraseó la Dra. Marquizo.
El tuit publicado por la jefe de la Secretaría del CMCT está dirigido naturalmente a la comunidad mundial del vapeo, pues se publicó días después de concluir la novena Conferencia de las Partes del Convenio Marco para el Control del Tabaco, acusando a las organizaciones civiles y de consumidores de nicotina de usar la ciencia para obtener resultados deseados. Además, se hace un claro intento de descalificar a dichas organizaciones como agentes de la industria del tabaco (sic).
Sin embargo, es bien conocido que, tergiversando completamente la realidad, ese órgano de la OMS sostiene una implacable y reticente oposición frente a la evolución, la verdad y los resultados. Y las reacciones no tardaron en llegar.
Reacciones a la declaración de Blanco Marquizo
Después de celebrarse la COP9, que excluyó a los consumidores y exfumadores, el neurobiólogo Charles A. Gardner, director ejecutivo de INNCO, dice: “Tuit de la líder de la @FCTCofficial que (1) rechaza las voces de las personas que usan nicotina segura, (2) ignora todas las evidencias de los beneficios para la salud, (3) exagera los daños, (4) promueve las mentiras por omisión de contexto y (5) ahora sufre de «proyección narcisista».
Acompaña el mensaje una imagen que dice: “La proyección psicológica es el acto o técnica para defenderse a sí mismo en contra de impulsos incómodos negando la existencia de estos en uno mismo, mientras se le atribuye a otros. Por ejemplo, una persona que es constantemente grosera tiende a acusar constantemente a otros de ser groseros. ¿Ya es consciente de su problema de conversación?
Esta es, de hecho, una actitud muy común en los círculos de la OMS. De las personas y Partes que fueron autorizadas para entrar a la COP9, muchos tenían vínculos con organizaciones filantrópicas como Bloomberg Philanthropies, organización reconocida por ser despiadadamente financiadora de la intromisión y de la cruzada en contra de las nuevas tecnologías que substituyen los cigarrillos combustibles.
El usuario Panthernoster recordó a los asociados a Bloomberg, entre ellos Campaign for Tobacco-Free Kids, Vital Strategies y The Union, tal vez las organizaciones con más pulso y garras en Latinoamérica.
James A recuerda que “la inepta OMS etiqueta a todos los críticos como industria, con la ayuda de Bloomberg, arma la «ciencia» basura para aumentar su propia relevancia y financiación». Y añade una hoja informática del Real Colegio de Médicos del Reino Unido como contrapunto a la declaración de Marquizo.
Otro de los usuarios, Geoff Vann, rescata una imagen con “algunas reglas para la desinformación del cigarrillo electrónico” expuestas por el profesor Peter Hajek, donde resalta la “rigurosa metodología” que usan los grupos antivapeo para establecer un comunicado atacando al cigarrillo electrónico.
1. Presentar cualquier nivel de cualquier químico como peligroso, evitar las comparaciones con el cigarrillo;
2. Presentar como evidencias de peligro datos irrelevantes de pruebas in vitro y en animales;
3. Mostrar reacciones inocuas en el organismo como riesgosas;
4. Exponer el consumo juvenil como puerta de entrada al tabaquismo;
5. En las investigaciones, sesgar la evidencia para exponer riesgos y, por último, sin importar lo que digan los datos, exigir regulaciones más estrictas.
Hamish Bowly contesta y presenta diversas imágenes que hablan por sí solas: “No, esos son ustedes. Mientras tanto en Inglaterra …”:
Blanco Marquizo se hizo así un tiro al pie. Fue un desatino vergonzoso que ha expuesto, una vez más, la inconformidad frente al tratamiento que la OMS ha dado a los dispositivos de riesgo reducido y a los programas de reducción de riesgos y daños. Peor aún, se trata del daño que ha hecho a las vidas y derechos de los exfumadores, fumadores, vapeadores y público en general, porque es evidente que las decisiones que allí se toman a puerta cerrada están contaminadas con discursos, dineros e ideologías cínicas que no van más allá del tamaño de sus bolsillos.
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