Empresarios y promotores del vapeo han entablado una demanda contra el gobierno español por un comunicado institucional que afirma que «El tabaco ata y te mata en todas sus formas”. El problema: equiparan el daño del cigarrillo por combustión y el del vapeo. ¿Pero qué pasa con el daño que hace la publicidad engañosa?
Una campaña lanzada por el Ministerio de Sanidad y Consumo de España y difundida desde 2019 en redes sociales, páginas web, radio y televisión advierte que cualquier forma de consumo de tabaco, particularmente pulmonar, “ata y te mata”. Indiscriminadamente, los equipos de calentamiento de tabaco y vaporizadores se equiparan con el consumo de cigarrillo y narguile (hookah), atribuyendo así los mismos efectos nocivos de la combustión a un sistema de reducción de daños.
La Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV), en cabeza de Arturo Ribes, han entablado una demanda en contra de la campaña del Ministerio “El tabaco ata y te mata en todas sus formas”, debido a que desde su lanzamiento “esta campaña ha supuesto la pérdida de numerosos empleos y una reducción anual del 70% en las ventas de kits básicos, que son los productos que suelen comprar los fumadores que se deciden por primera vez a intentar dejar de fumar con esta herramienta de reducción de daños por tabaquismo”, argumenta Ribes. Incluso señala que “desde la asociación hemos reclamado en numerosas ocasiones la retirada o modificación de la campaña del Ministerio de Sanidad, pero las solicitudes del sector no han sido escuchadas”.
¿Por qué importa la rectificación?
UPEV ha decidido tomar el camino legal para continuar velando por la veracidad en la información y seguir defendiendo los intereses de un sector económico consolidado que siempre ha operado de la mano de los estudios científicos.
La UPEV afirma que la campaña del Ministerio tuvo como consecuencia un descenso de más del 30% en la facturación del sector del vapeo en los últimos 4 meses de 2019, caída que se ha pronunciado aun más debido a la pandemia. Esta situación llevó también a que en 2020 el cierre en ventas fuera de 50 millones de euros, mientras que en 2018 fue de 88 millones. Adicionalmente, en este mismo año el sector sostenía alrededor de 4.500 empleos; actualmente no son más de 2.500.
La cantidad de usuarios de dispositivos administradores de nicotina también ha disminuido con la campaña. Se estima que pasó de más de 560 mil en 2018 a cerca de 317 mil en 2020, y, según la UPEV, cerca de 100 mil de estas personas podrían haber vuelto al cigarrillo de combustión.
Por otra parte, el número de empresas bajó de 560 a 316 en el mismo periodo de tiempo. El abogado Santiago Thomas de Carranza, socio y director del Despacho Thomás de Carranza y asesor de UPEV, manifiesta que “la campaña institucional promovida por el Ministerio de Sanidad y Consumo conculca de forma manifiesta el principio de veracidad en la información difundida con cargo a fondos públicos y lesiona los derechos y libertades de las empresas del sector causándoles graves daños y perjuicios. Los poderes públicos no pueden emplear las herramientas a su disposición para desarrollar campañas institucionales engañosas basadas en criterios erróneos”.
Un pequeño paso adelante
Gracias a la presión de organizaciones de usuarios y de la UPEV, junto a una queja formal ante la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Sanidad y Consumo reconoció que vapear no es una forma de consumir tabaco. Sin embargo, también argumentó que dispuso así la campaña, equiparando al tabaco con el vapeo, “por necesidades propias del lenguaje en la campaña” y por “su carácter limitado y de tipo sintético”.
Sin duda, se trata de una decisión injustificable para la UPEV, puesto que “no justifica en modo alguno la campaña de descrédito contra el sector”.
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