El Dr. Konstantinos Farsalinos ha lanzado una nueva revisión actualizada de su informe «The Case for Flavours in Tobacco Harm Reduction», originalmente publicado en 2022. Este informe incluye estudios recientes sobre el uso de sabores en los cigarrillos electrónicos que refuerzan lo que ya se sabía: el vapeo con sabores no está asociado con la iniciación de los jóvenes en el tabaquismo, pero sí se vincula con un aumento en las tasas de cesación entre adultos.
El debate sobre los cigarrillos electrónicos y los sabores en sus líquidos parece haber alcanzado un punto álgido. En medio de la controversia, el Dr. Konstantinos Farsalinos, reconocido investigador en la reducción de daños por el tabaco, presenta un argumento detallado y bien fundamentado a favor de los sabores en estos productos.
En su revisión multidimensional, «The Case for Flavours in Tobacco Harm Reduction», Farsalinos aborda un aspecto fundamental que muchos legisladores y expertos en salud pública pasan por alto: los sabores en los líquidos de los cigarrillos electrónicos no solo son un componente atractivo, sino una herramienta vital para que los fumadores abandonen el hábito de los cigarrillos combustibles.
En su argumento profundiza en el rol que juegan los sabores en los cigarrillos electrónicos, técnicamente conocidos como productos de administración electrónica de nicotina (ENDS por sus siglas en inglés). Para Farsalinos, los sabores son un factor decisivo en la experiencia de los usuarios de estos dispositivos.
«El acceso a una variedad de sabores es clave para hacer que los cigarrillos electrónicos sean más atractivos para los fumadores que buscan dejar de fumar», explica, refiriéndose a estudios que muestran cómo los usuarios de cigarrillos electrónicos a menudo comienzan con sabores de tabaco, pero luego se inclinan hacia sabores dulces o afrutados a medida que progresan en su transición para dejar el tabaco.
El médico e investigador griego también argumenta que prohibir los sabores podría tener consecuencias negativas no deseadas, pues los fumadores que buscan una alternativa menos dañina al tabaco combustible podrían verse disuadidos de usar cigarrillos electrónicos si no encuentran una opción que les resulte placentera. En este sentido, Farsalinos advierte que «la restricción de sabores llevaría a muchos usuarios de cigarrillos electrónicos de vuelta al tabaco, lo que podría anular años de progreso en la lucha contra el tabaquismo».
Frutas, postres y dulces
El uso de sabores también se asocia con mayores tasas de éxito en la cesación tabáquica. Según Farsalinos, varios estudios han demostrado que los usuarios que prefieren sabores afrutados o dulces tienen más probabilidades de dejar de fumar cigarrillos que aquellos que se limitan a los sabores de tabaco.
“Los sabores no son simplemente un añadido frívolo, sino un componente esencial para el éxito de la reducción de daños y la transición de los fumadores hacia alternativas menos dañinas”.
Un gran estudio transversal liderado por el propio Farsalinos demostró que los sabores distintos del tabaco, especialmente los de frutas, eran los más utilizados en el momento de dejar de fumar. Este estudio incluyó a 69.233 participantes mayores de 18 años que habían usado cigarrillos electrónicos, quienes respondieron a un cuestionario en línea. Se registró su estado de tabaquismo y los patrones de uso de sabores de cigarrillos electrónicos al inicio de su uso, en el momento de la encuesta y al dejar de fumar (para aquellos que dejaron el tabaco usando cigarrillos electrónicos).
Los resultados mostraron que:
- Los sabores más populares al comenzar a usar cigarrillos electrónicos fueron frutas (82,8%), seguidos por postres/panadería (68,6%) y dulces/chocolates (52,2%).
- El uso de sabores de tabaco fue menos común (20,8%), especialmente entre los que nunca habían fumado.
- En el momento de la encuesta, el uso de sabores de tabaco disminuyó aún más (7,7%) y solo el 2,1% lo usaba como sabor principal.
- Entre los exfumadores, el sabor más común al dejar de fumar fue nuevamente frutas (83,3%), seguido por postres/panadería (68,0%) y dulces/chocolates (44,5%).
- El sabor a tabaco solo fue utilizado por el 15% al dejar de fumar y solo el 9,3% lo consideró útil para lograrlo.
La conclusión general fue que los sabores no relacionados con el tabaco eran populares entre los adultos estadounidenses que vapeaban y estos sabores fueron especialmente útiles para dejar de fumar. El uso de sabores de tabaco fue bajo y disminuyó con el tiempo, lo que sugiere que los reguladores deben tener en cuenta las preferencias de sabor de los consumidores adultos, especialmente aquellos que dejan de fumar, al legislar sobre cigarrillos electrónicos con sabor.
Estos hallazgos subrayan que la disponibilidad de diferentes sabores no solo mejora la experiencia del usuario, sino que fomenta una mayor constancia en el proceso de dejar de fumar.
Una opción que no se debe ignorar
A pesar de las ventajas evidentes que ofrecen los sabores para la reducción de daños y la cesación del tabaquismo, Farsalinos manifiesta preocupación por las políticas recientes que, en varios países, buscan restringir o prohibir los sabores en los líquidos de los cigarrillos electrónicos.
Naciones como Bélgica, Países Bajos y los Estados Unidos están considerando o han implementado restricciones a los sabores con el objetivo de evitar que los jóvenes se inicien en el vapeo. Si bien Farsalinos reconoce la necesidad de proteger a los jóvenes, también hace un llamado a que las regulaciones no sacrifiquen la oportunidad de salvar millones de vidas adultas que dependen de estos productos para dejar de fumar.
En su revisión, Farsalinos subraya que el problema no es el sabor en sí, sino cómo se regula. Sugiere que, en lugar de imponer prohibiciones totales, se deben adoptar políticas que regulen el acceso de los menores sin eliminar una herramienta crucial para la cesación tabáquica.
Como exfumador y actual usuario de cigarrillos electrónicos, Farsalinos comparte su perspectiva personal y profesional. “Los sabores no son simplemente un añadido frívolo, sino un componente esencial para el éxito de la reducción de daños y la transición de los fumadores hacia alternativas menos dañinas”, dice.
Al final, lo que propone Farsalinos es una estrategia equilibrada, basada en evidencia científica, que considere tanto la necesidad de proteger a los jóvenes como la importancia de brindar a los fumadores adultos todas las herramientas disponibles para dejar de fumar. Con una regulación cuidadosa y bien informada, los sabores en los cigarrillos electrónicos podrían ser la clave para reducir drásticamente las muertes relacionadas con el tabaco en el siglo XXI.
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