Asia enfrenta la amenaza de la creatividad del mercado negro: los riesgos del «vapeador zombi» y el «óleo espacial»

En la constante carrera entre el prohibicionismo y la inventiva humana, una nueva amenaza emerge en las calles y mercados clandestinos de Taiwán y Hong Kong: dispositivos de vapeo cargados con etomidato, un anestésico de uso exclusivamente hospitalario, ahora conocido como «vapeador zombi» u «óleo espacial». 

En las calles y mercados clandestinos de Taiwán, un nuevo peligro amenaza la salud pública. Salidos de los quirófanos para el abuso recreativo, los «vapeadores zombies» son dispositivos para vapear cargados con etomidato. Bajo la apariencia de una alternativa moderna y segura al consumo de sustancias, estos dispositivos están llevando a jóvenes desinformados a riesgos severos de salud, dependencia y, en casos extremos, la muerte.

El etomidato es un hipnótico intravenoso rápido y eficaz, diseñado para inducir anestesia en procedimientos médicos breves. Su acción sobre los receptores GABA en el cerebro lo hace ideal en contextos hospitalarios estrictamente controlados. Sin embargo, su perfil cambia drásticamente cuando se desvía al consumo recreativo. Inhalar esta sustancia a través de cápsulas de vapeo puede provocar depresión respiratoria, convulsiones, pérdida de consciencia y arritmias cardíacas.

Lejos de la supervisión médica, el etomidato no solo carece de propiedades analgésicas, exponiendo al usuario a lesiones dolorosas, sino que induce dependencia severa y daños irreversibles al sistema nervioso central. Esta peligrosa sustancia, etiquetada como «droga zombi» en Taiwan u “óleo espacial” en Hong Kong, se ha convertido en sinónimo de una crisis de salud pública en rápida escalada.

En Taiwán, el atractivo del «vapeador zombi» radica en su fácil acceso y en la percepción equivocada de que el vapeo, en cualquier forma, es intrínsecamente seguro. Pero aquí no se trata de líquidos idealizados para vapear nicotina. Una reciente operación de la guardia costera taiwanesa confiscó más de siete kilogramos de etomidato, suficientes para producir 85.000 cápsulas de vapeo. Este mercado clandestino muestra tanto la alta demanda como la rentabilidad de esta actividad ilegal.

Los efectos ya son visibles. En Hong Kong, el «óleo espacial» se ha relacionado con tres muertes y múltiples accidentes vehiculares, evidenciando el impacto de esta sustancia más allá del ámbito individual. La mezcla frecuente del etomidato con metanfetaminas y cannabis amplifica sus efectos destructivos, aumentando el riesgo de sobredosis.

Entre la prevención y la penalización, las autoridades no saben qué hacer

Los adolescentes son las principales víctimas de esta epidemia. En 2023, 16 de los 98 arrestados por casos relacionados con el «óleo espacial» en Hong Kong eran menores de 21 años. Esta estadística subraya la vulnerabilidad de los jóvenes desinformados y la urgencia de campañas educativas que aborden la percepción de seguridad de productos no regulados.

Frente a esta amenaza, las autoridades de Hong Kong y Taiwán discuten medidas más estrictas. En Taiwán, se propone reclasificar el etomidato de Categoría 3 a Categoría 2, una acción que endurecería las penas por posesión, distribución y fabricación. Mientras tanto, Hong Kong busca incluir esta sustancia en su lista de drogas peligrosas para 2025, con penas que podrían llegar a la cadena perpetua para traficantes.

El «vapeador zombi» u «óleo espacial» expone las fisuras en los sistemas regulatorios tradicionales. Las drogas sintéticas camufladas en dispositivos cotidianos desafían las legislaciones convencionales y exigen respuestas coordinadas a nivel internacional. Taiwán y Hong Kong, aunque están en el centro de esta crisis, no están solas en este desafío. Las autoridades taiwanesas han decomisado millones de cápsulas de «óleo espacial» entre julio y octubre de 2024, demostrando el carácter global del problema.

Más allá de las medidas represivas, es imperativo priorizar la educación pública. Campañas dirigidas a jóvenes, combinadas con regulaciones actualizadas y vigilancia fronteriza, son esenciales para mitigar los daños. En un escenario donde las sustancias trascienden fronteras con facilidad, la cooperación internacional será clave para frenar esta crisis emergente.

La crisis del «vapeador zombi» es una advertencia sobre los peligros de la adulteración y el abuso de medicamentos en mercados desregulados. Pero sobre todo revela el fracaso de las políticas punitivas para abordar la demanda de sustancias. Solo una estrategia integral, que equilibre educación, regulación adecuada y cooperación global, podrá proteger a las generaciones más jóvenes y fortalecer los sistemas de salud pública frente a las crecientes amenazas de las drogas sintéticas.

Contenido

(0:00) ¿Qué es el «óleo espacial»? 

(0:02) Es un tipo de líquido que suele inhalarse mediante vapeo, 

(0:05) al que se le añaden sustancias nocivas de manera ilegal. 

(0:07) Generalmente, su ingrediente principal es el etomidato, 

(0:10) un anestésico que, según la ley, solo puede ser prescrito por un médico. 

(0:13) Además, puede mezclarse con otras drogas, incluyendo cannabis, metanfetamina, ketamina, etc.

(0:19) Vapear «óleo espacial» es lo mismo que consumir drogas. 

(0:21) Provoca adicción, graves daños físicos y mentales, e incluso la muerte. 

(0:26) Aléjate de esto.

(0:27) Mantengámonos firmes. 

(0:29) Derrotemos a las drogas.

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