Los vaporizadores desechables están contribuyendo a la crisis de los residuos plásticos, contienen productos químicos y metales nocivos que representan una amenaza para el medio ambiente y la salud humana. ¿Es posible promover la eliminación responsable y adoptar un enfoque de economía circular para abordar la crisis de los residuos plásticos y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras?
Según un estimado de 2017, desde la década de 1950, los humanos hemos producido más de 8.300 millones de toneladas de plástico. Solamente en 2020 se produjeron aproximadamente 370 millones de toneladas métricas de plástico en el mundo; 55 millones en el continente europeo. La inmensa mayoría de este plástico aún se encuentra en nuestro planeta, ya que tarda cientos de años en descomponerse. Los océanos del mundo han absorbido gran parte de este material, resultando en lo que se conoce como la «isla de basura del Pacífico», un enorme remolino de desechos que cubre un área del tamaño de Texas.
El problema es que, a medida que la población crece, también lo hace nuestra demanda de plástico. Se estima que la producción de plástico aumentará en un 40% en la próxima década y algunas de las empresas más grandes del mundo, incluidas las compañías de combustibles fósiles, están invirtiendo miles de millones de dólares en nuevas industrias de fabricación de plástico en todo el mundo.
En España, por ejemplo, la situación no es diferente. Se venden 50 millones de envases de bebidas cada día, de los cuales 35 millones no se reciclan. Según Greenpeace, España es el cuarto país de la Unión Europea con mayor demanda de plásticos.
Este problema no solo afecta a la vida marina, sino también a la vida humana. Los estudios han encontrado que los microplásticos, pequeñas partículas de plástico que se descomponen en la naturaleza, pueden encontrarse en la sal marina, el agua potable y los alimentos que comemos. Además, el proceso de producción de plástico es altamente contaminante y contribuye significativamente al cambio climático.
El impacto de los objetos desechables
El simple sentido común nos hace pensar que el creciente uso de los dispositivos desechables, los aparatos de un solo uso, realmente está contribuyendo al aumento de la cantidad de residuos sólidos indeseables en el medio ambiente. Esto ha sido comprobado por la cantidad de residuos encontrados en las playas del Reino Unido, según un trabajo realizado por YouGov en nombre de la Marine Conservation Society. La investigación anual de esta organización sobre la basura en las playas destacó el aumento de estos dispositivos, que no solo tardan décadas en degradarse, sino que también contienen productos químicos y metales potencialmente dañinos. Además, la encuesta reveló que 9% de los jóvenes de entre 11 y 15 años están utilizando este tipo de dispositivos, a pesar de que su venta está prohibida a menores de 18 años.
La publicación del Beachwatch 2022 de la Marine Conservation Society reveló también que nueve de cada diez elementos encontrados en las playas del Reino Unido estaban hechos de plástico. Este hallazgo es motivo de gran preocupación, ya que la contaminación por plástico se ha convertido en una crisis ambiental mundial que amenaza la vida marina, los ecosistemas y la propia salud humana. La contaminación por plásticos puede dañar la fauna silvestre al enredarse en animales, obstruir sus tractos digestivos y contaminar sus hábitats. Además, los microplásticos, pequeñas partículas de plástico que resultan de la descomposición de objetos plásticos más grandes, pueden ser ingeridos por criaturas marinas y subir en la cadena alimentaria, afectando en última instancia la salud humana.
Materiales no biodegradables y dañinos
Como se mencionó, los vaporizadores de un solo uso están contribuyendo a la crisis de los residuos plásticos debido a su eliminación inadecuada y su uso generalizado sin políticas de reciclaje. Los materiales que los componen no son biodegradables y pueden tardar décadas en descomponerse, sin contar con las baterías y otros componentes químicos. Esto significa que su impacto persiste en el medio ambiente, representando una amenaza a mediano y largo plazo para la fauna y los hábitats.
Existen varios tipos de plásticos que se utilizan en la fabricación de estos dispositivos: polipropileno (PP), que es un plástico resistente al calor y a los químicos utilizado en la fabricación de cartuchos y cápsulas; el polietileno de alta densidad (HDPE), un plástico duro y resistente utilizado en la fabricación de tanques de líquido y tubos; el policarbonato (PC), un plástico transparente y resistente utilizado en la fabricación de cartuchos y cápsulas y el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS), que es un plástico resistente y liviano utilizado en la fabricación de cubiertas y carcasas.
Otra preocupación son los metales como níquel, plomo y cadmio, que pueden ser encontrados en los cables y en la resistencia del dispositivo. El Beachwatch también subraya que los productos químicos y metales dañinos contenidos en los vaporizadores de un solo uso también representan una amenaza para el medio ambiente. El litio, por ejemplo, es un metal altamente reactivo que puede causar incendios y explosiones si no se maneja correctamente. El cobre también es potencialmente dañino, ya que puede acumularse en los tejidos de las criaturas marinas y alterar sus procesos metabólicos. Además, los productos químicos contenidos en estos materiales pueden filtrarse en el medio ambiente, contaminando el agua y el suelo y potencialmente dañando la fauna.
¿Hay solución a corto o mediano plazo?
La Marine Conservation Society insta a los responsables políticos a trabajar por una economía circular, centrada en la regla de los de las 5 Rs: rechazar, reducir, reparar, reutilizar y reciclar. Este enfoque ayudaría a reducir la cantidad de residuos plásticos generados, así como a promover el uso y la eliminación responsables de los productos plásticos. La economía circular también reduciría la demanda de nuevos productos de plástico, reduciendo así el impacto medioambiental de su producción.
Es esencial que se tomen medidas para hacer frente a la crisis de la contaminación por plásticos y proteger nuestro medio ambiente para las generaciones futuras. Reducir el consumo y reciclar tienden a ser decisiones voluntarias, pero seguramente se necesita legislación para obligar a las empresas a usar plásticos y otros materiales de manera más sostenible, así como plantearse un sistema de retorno de envases.
El plástico es uno de los materiales más versátiles y útiles que se ha creado en la historia de la humanidad. Ha revolucionado la forma en que almacenamos alimentos, bebemos agua, hacemos compras y transportamos productos. Pero este material, que alguna vez fue considerado una maravilla, ha comenzado a amenazar la supervivencia de la vida en nuestro planeta.
La solución a este problema no es fácil, pero es esencial si queremos proteger nuestro planeta y nuestra propia salud. Necesitamos reducir nuestra demanda de plástico, reutilizar y reciclar los productos que ya tenemos y, lo más importante, dejar de producir nuevos plásticos innecesarios.
Como consumidores, podemos hacer nuestra parte utilizando más los sistemas abiertos, los cacharros de metal de toda la vida, comprando productos sin plástico, llevando nuestras propias bolsas de compras y botellas de agua reutilizables y reciclando adecuadamente los productos de plástico que ya tenemos. Pero también necesitamos que las empresas y los gobiernos tomen medidas para abordar este problema de manera efectiva. Esto podría incluir la implementación de políticas que fomenten la reducción de plásticos y el aumento del reciclaje, la inversión en tecnologías de producción de plástico más limpias y la promoción de alternativas sostenibles al plástico.
El problema del plástico no desaparecerá de la noche a la mañana, pero si todos trabajamos juntos, podemos comenzar a abordar este problema antes de que sea demasiado tarde.
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