En lugar de aspirar a un mundo idealista donde el vapeo entre adolescentes no existe, el Dr. Colin Mendelsohn elabora un camino que reconoce el escenario actual y busca dirigirlo hacia el mejor resultado posible.
En el artículo «Fresh approach: A pragmatic 7-point plan to address vaping in schools» («Enfoque fresco: un plan pragmático de 7 puntos para abordar el vapeo en las escuelas»), publicado en el portal Education HQ, el Dr. Colin Mendelsohn arroja luz e inteligencia sobre la creciente preocupación por el consumo de vapeo entre los estudiantes australianos. Su perspectiva no solo busca reiterar el problema o sumergir a los lectores en un mar de estadísticas alarmantes, sino ofrecer una solución anclada en la realidad.
1. Una perspectiva equilibrada
El Dr. Mendelsohn insta sabiamente a una respuesta medida. Contrastando el pánico que rodea el vapeo juvenil con otros comportamientos adolescentes de alto riesgo, como el consumo excesivo de alcohol, el uso de drogas y los accidentes automovilísticos, proporciona un marco que previene que el alarmismo nuble el juicio.
«En 2019, 63 adolescentes australianos murieron por consumo de alcohol. Ningún adolescente ni adulto ha muerto por vapear nicotina. Una evaluación reciente de los daños causados por las drogas en los jóvenes clasificó el vapeo como una de las formas menos perjudiciales de consumo de drogas».
2. Desmintiendo mitos
Una de las fortalezas del artículo radica en su compromiso con corregir conceptos erróneos. El autor enfatiza que el vapeo no está exento de riesgos, pero que la desinformación alimenta un pánico innecesario y contraproducente. Al destacar que ningún adolescente ha muerto por vapear nicotina en Australia, dirige la atención hacia una realidad matizada que muchas narrativas contra el vapeo pasan por alto.
«No hay evidencia de que la nicotina dañe el cerebro humano adolescente. Los estudios no han encontrado diferencias en el coeficiente intelectual, el rendimiento educativo o las capacidades cognitivas en adultos como resultado de haber fumado en el pasado, por lo que es muy poco probable que el vapeo tenga estos efectos.
«No hay evidencia de que vapear nicotina cause la grave enfermedad de lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos (EVALI) o “pulmón de palomitas de maíz”, convulsiones o neumotórax espontáneo (colapso pulmonar).
«Existe un riesgo poco común de quemaduras y lesiones por explosiones de baterías de litio».
3. Educación en lugar de alarmismo
El llamado de Mendelsohn a una educación transparente y basada en evidencia en las escuelas es oportuno. El autor señala acertadamente que se pierde la confianza cuando se exagera o se proporciona información errónea a los estudiantes. Sus recursos en video, como menciona, podrían ser un material valioso para las escuelas que navegan por este territorio.
«Mi consejo sobre qué decirles a los adolescentes sobre el vapeo es:
- Vapear es una ayuda para dejar de fumar para fumadores adultos.
- No se recomienda vapear a jóvenes que no fuman.
- Vapear no es inofensivo y existen pequeños riesgos potenciales, particularmente la dependencia de la nicotina. Sin embargo, vapear es mucho menos dañino que fumar.
- Puede haber riesgos adicionales de los productos del mercado negro.
- Puede haber más riesgos por el uso a largo plazo que aún no conocemos.
- En última instancia, vapear es su elección.
«Mi breve vídeo aquí se puede utilizar para educar a los estudiantes sobre el vapeo».
4. Reconocer el comportamiento adolescente
Comprendiendo que los adolescentes son naturalmente propensos a buscar sensaciones y asumir riesgos, el Dr. Mendelsohn sugiere que los programas educativos pueden no siempre disuadir a los jóvenes de experimentar. Sin embargo, esto no debería desanimar a las escuelas de intentar educarlos.
«Los comportamientos arriesgados son impulsados por la influencia de los compañeros y factores emocionales, no por factores cognitivos o conocimiento. Ten expectativas realistas».
5. La ineficacia de la coerción
Su crítica a las estrategias punitivas es particularmente resonante. Los métodos actuales, incluidas las suspensiones y los detectores de vapeo en las dependencias de las escuelas, claramente están fallando. Y, como argumenta Mendelsohn, estas medidas pueden hacer más daño que bien, especialmente para los estudiantes vulnerables.
«Las respuestas coercitivas y duras son ‘como un trapo rojo para un toro‘. Los niños se resienten cuando se les dan sermones sobre su comportamiento y esto puede socavar su relación con los adultos».
6. Apoyando a quienes desean dejar el vapeo
El artículo destaca por su enfoque pragmático para ayudar a aquellos que desean dejar de vapear. Ofrecer pasos tangibles y alternativas como terapias de reemplazo de nicotina enfatiza una postura compasiva sobre una punitiva.
«Dejar de vapear generalmente es mucho más fácil que dejar de fumar, ya que vapear es menos adictivo. Sin embargo, algunos estudiantes pueden necesitar consejos y apoyo para dejarlo. Algunos vapeadores pueden dejar de fumar abruptamente. Otros prefieren reducir gradualmente el contenido de nicotina del vaporizador y usarlo con menos frecuencia. Algunos se beneficiarán al cambiar a la terapia de reemplazo de nicotina (TRN), como parches o chicles, como un paso hacia dejar de vapear».
7. Creando una política realista
Por último, la propuesta de Mendelsohn para que las escuelas adopten políticas claras sobre el vapeo es pedagógica y significativa. Aunque ciertas sugerencias, como tener áreas designadas para vapear, sin duda causarán controversia, la intención es clara: abordar el problema desde un lugar de comprensión, en lugar de prohibiciones y sanciones generalizadas que difícilmente pueden ser eficaces.
«Se necesitan restricciones, pero es más probable que sea efectivo y aceptable un enfoque pragmático, solidario y compasivo. La venta de cigarrillos electrónicos en las escuelas debería ser prohibida y esta prohibición ser aplicada rigurosamente. Vapear en los baños escolares es inaceptable, pero controlarlo es casi imposible y supone una carga para los escasos recursos escolares.
«Algunas escuelas podrían considerar un área designada al aire libre para vapear. Idealmente, esta debería estar fuera de la vista, por ejemplo, detrás de los baños, y restringida a estudiantes que estén «registrados» como vapeadores, tengan una cierta edad (por ejemplo, 16 años) y tengan el permiso por escrito de sus padres. El vapeo no será tan atractivo para los adolescentes si se les permite hacerlo».
El enfoque del Dr. Colin Mendelsohn es refrescante, sincero y arraigado en la realidad. En lugar de aspirar a un mundo idealista donde el vapeo entre adolescentes no existe, elabora un camino que reconoce el escenario actual y busca dirigirlo hacia el mejor resultado posible. Como con cualquier propuesta, la efectividad se verá cuando las escuelas comiencen a implementar y adaptar estas ideas a sus circunstancias únicas. Sin embargo, por ahora, es una bienvenida desviación de la narrativa alarmista típica en torno al tema del vapeo en las escuelas. Para saber más visite su sitio web.
Además, este video de 5 minutos proporcionado por el Dr. Colin Mendelsohn resume los riesgos para la salud de los vapeadores adolescentes:
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