El estigma y las leyes obstaculizan nuestra capacidad para saber cuántos, pero al menos algunos padres aprueban que sus hijos adolescentes vapeen. ¿Por qué?
El alboroto continuo sobre el vapeo juvenil sigue acaparando titulares y políticas alrededor del mundo, alimentado en parte por padres que han formado destacados grupos antivapeo, como Parents Against Vaping e-cigarettes (PAVe) de la ciudad de Nueva York y Mothers Against Vaping en India.
Los defensores de la reducción del daño por tabaco lamentan cómo esta narrativa del vapeo juvenil eclipsa las necesidades de los adultos que cambian de los cigarrillos a los vaporizadores. Y aunque el vapeo no está completamente exento de riesgos, algunos discuten la afirmación de que el vapeo juvenil causa daños netos a nivel poblacional. Pero los padres que presentan a sus hijos como amenazados siempre han sido poderosos defensores.
Sin embargo, estos grupos no representan las actitudes de todos los padres. El estigma y las leyes obstaculizan nuestra capacidad para saber cuántos, pero al menos algunos aprueban que sus adolescentes vapeen. Eso me hizo preguntarme por qué.
Simon Davies (no es su nombre real) está bien posicionado para arrojar luz sobre esto. Es profesor de inglés y coordinador de Necesidades Educativas Especiales (SENCO) en una escuela secundaria en el Reino Unido. Y le dijo a Filter que, en su experiencia, varios padres están comprando vaporizadores para sus hijos.
Los padres a menudo le dicen: «Sé que no debería permitirles tener uno, pero prefiero que vapeen en lugar de…»
Muchos estudiantes en la escuela de Davies tienen dificultades de aprendizaje y él asesora a adolescentes que tienen problemas con su educación por razones que incluyen condiciones de salud mental, trauma y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Esto a menudo implica trabajar estrechamente con sus padres y en los últimos años ha notado un cambio en las actitudes hacia el vapeo.
«Un cambio que he visto es con los padres e incluso los abuelos sancionando los vapeadores como un ‘mal menor’ en comparación con otros ‘venenos’ como las drogas, el alcohol e incluso las bebidas energéticas», dijo. Los padres a menudo le comentan: «Sé que no debería permitirles tener uno, pero prefiero que vapeen en lugar de…».
Davies explicó que muchos de sus estudiantes tienen desafíos complejos: «Son jóvenes que existen en ollas a presión y turbulencia, y estos son los chicos que ves recurriendo a otros medios para aliviar estas presiones que no saben cómo procesar».
Los estudios muestran que los jóvenes con condiciones de salud mental tienen más probabilidades de fumar cigarrillos que aquellos que no. En una escala más amplia, aunque el tabaquismo ha disminuido en general en el Reino Unido a lo largo de los años, la tasa ha permanecido mucho más alta entre los adultos con una condición de salud mental grave, sin una disminución equivalente.
«Estoy viendo un patrón emergente con estudiantes que tienen TDAH que recurren a los vapeadores para contrarrestar sus efectos».
El TDAH es un problema común entre los estudiantes de Davies. «Algunos padres entienden que los jóvenes con TDAH tienen un mayor riesgo de suicidio y adicción a las drogas, y usan vapeadores como una forma de mitigar este último», dijo. «Estoy viendo un patrón emergente con estudiantes que tienen TDAH que recurren a los vapeadores para contrarrestar sus efectos. Una herramienta externa calmante para mitigar el motor interno».
«Nuevamente, he hablado con padres que sancionan este enfoque e incluso los compran para sus hijos», continuó, «viéndolos como preferibles a otros elementos a los que sus hijos puedan recurrir».
Los jóvenes con TDAH tienen más probabilidades que sus pares de fumar. La nicotina, como un estimulante del sistema nervioso central, puede actuar de manera similar a los medicamentos comunes para el TDAH.
Davies dijo que los padres también están aceptando el mensaje de que los vaporizadores son más seguros que fumar y preferirían que sus hijos vapeen en lugar de fumar, aunque esta no es tanto la atracción para los estudiantes, en su experiencia.
Recientemente, un prominente médico británico culpó al mensaje del Reino Unido de que los vaporizadores son un 95 por ciento más seguros que los cigarrillos por el aumento del vapeo juvenil, una afirmación que expertos e investigadores rechazaron.
«Algunos miembros de la familia han dicho a los estudiantes que están a punto de hacer exámenes que pueden vapear durante estos meses estresantes».
Davies le dijo a Filter que, a menudo, son los padres que fuman para aliviar sus propias tensiones quienes compran vaporizadores para sus adolescentes, porque quieren una alternativa más segura para sus hijos. Una investigación ha encontrado que los adolescentes cuyos padres fuman tienen más probabilidades de empezar ellos mismos.
Los posibles beneficios de la nicotina también incluyen aliviar la ansiedad y el estrés y mejorar el rendimiento cognitivo. «Sé que algunos miembros de la familia les han dicho a los estudiantes que están a punto de hacer exámenes que pueden vapear durante estos meses estresantes, si tienen la intención de dejarlo una vez que terminen los exámenes», dijo Davies.
Estas ideas probablemente serán consideradas particularmente incendiarias en los Estados Unidos, donde muchas escuelas y hogares tienen actitudes y políticas de «tolerancia cero«. Pero, allí también, los desafíos de salud mental no pueden ser ignorados como un motor principal del vapeo juvenil.
Mientras tanto, en la nueva docuserie de Netflix sobre Juul, exempleados ponen la responsabilidad en los padres si no quieren que sus hijos vapeen. Y, recientemente, el American Journal of Preventive Medicine publicó un estudio que resume la evidencia sobre la efectividad de las intervenciones de prevención del vapeo juvenil. Concluyó: «La prevención del uso de cigarrillos electrónicos estuvo asociada con una alta percepción de monitoreo parental a nivel individual».
«Mi posición como padre es una de decirles a nuestros hijos la verdad».
En respuesta a este estudio, Marc Slis, propietario de una tienda de vapeo y defensor de la reducción del daño por tabaco en Michigan, tuiteó que había educado a sus hijos sobre «todos los aspectos del vapeo» con «datos reales, sin mentiras, tácticas de miedo». Habiendo dejado los cigarrillos él mismo con la ayuda de los vaporizadores, declaró que preferiría que sus hijos vapearan si la alternativa es «el fumar mortal».
«Mi posición como padre es una de decirles a nuestros hijos la verdad, educarlos para que tomen decisiones informadas y, con suerte, elegir alternativas de menor riesgo al producto más mortífero del mercado, sin importar su edad», explicó a Filter. «Fumar destruirá su salud y eventualmente matará a la mitad, en promedio 10 años antes. Ese es un destino que preferiría que mis hijos evitaran».
Slis dijo que sus hijos hasta ahora han elegido no fumar ni vapear, a pesar de tener un padre que vapea y les ha dado permiso para hacerlo, si eso significaba que no fumarían.
Todo esto puede ayudar a explicar por qué algunos padres, incluso en medio de impactantes historias sobre los peligros del vapeo juvenil, han decidido dar luz verde a los vaporizadores para sus adolescentes.
Este artículo fue publicado originalmente por Filter, una revista en línea que cubre el uso y las políticas de drogas y los derechos humanos a través de una lente de reducción de daños. Siga a Filter en Facebook o Twitter, o suscríbase a su boletín informativo.
Este artículo fue traducido y adaptado al español por el equipo de Vaping Today. Publicación original: Parents for Vapes? Why Some Are Buying Them for Their Teens. Si encuentra algún error, inconsistencia o tiene información que pueda complementar el texto, comuníquese utilizando el formulario de contacto o por correo electrónico a [email protected].
